Economía

Renault cierra la era Ghosn con una caída del 36,6 % de sus beneficios

14 febrero, 2019 13:12

El grupo Renault obtuvo 3.451 millones de euros de beneficios el pasado año, el último con Carlos Ghosn al frente, lo que representa una caída del 36,6 % del resultado neto, que se explica por el peor desempeño de su socio Nissan y por contratiempos en varios mercados.

Al presentar este jueves las cuentas de Renault, el nuevo director general, Thierry Bolloré, aparcó cualquier sentimentalismo por la ausencia del hombre al que ha sustituido y con el que trabajó durante años, recluido en una prisión japonesa desde hace tres meses por supuestos delitos de corrupción.

Bolloré se esforzó en destacar que se cumplieron todos los objetivos que la marca del rombo se había marcado para 2018.

"Frente a los vientos contrarios, Renault ha mostrado una gran resistencia", y la prueba es que el grupo ha sido rentable en todas las regiones, señaló Bolloré, quien se limitó a reconocer que lo ocurrido con Ghosn había supuesto "un impacto enorme" para su empresa y para la alianza con Nissan que aquél creó.

"Nuestra responsabilidad, más allá de la emoción, es continuar" su obra, y en primer lugar hacer más fluidas las relaciones en el interior de esa alianza en la que también está Mitsubishi, afirmó.

Pese a ello, no quiso responder si Renault se plantea una eventual fusión con sus socios, algo que considera "prematuro", ni si Ghosn mantendrá alguna relación con Renault, después de que el grupo avanzase este miércoles que le retirará una parte de sus remuneraciones futuras.

Esas cuestiones, explicó, serán abordadas por el consejo de administración el próximo 15 de marzo.

Tanto Bolloré como su directora financiera, Clotilde Delbos, restaron importancia al descenso del beneficio anual de Renault en 2018, que en gran medida tuvo que ver con la menor contribución de Nissan por la caída del resultado neto del fabricante japonés.

Nissan contribuyó el pasado año con 1.540 millones de euros de beneficios a las cuentas de Renault (su principal accionista, con un 43 % de su capital), frente a los 2.799 millones que había aportado en 2017.

Otros elementos desfavorables redujeron el margen operativo en 242 millones de euros para dejarlo en 3.612 millones: la apreciación del euro respecto a otras divisas (572 millones de impacto), el alza de las materias primas (356 millones), la salida de Irán por las sanciones de Estados Unidos, o el revés a los motores diésel.

A eso se añadieron otras cargas de explotación, en particular los 306 millones de euros de costos de reestructuración en Francia (jubilaciones anticipadas) y 213 millones por depreciación de activos en Argentina, relacionado con el hundimiento de la cotización del peso y de las ventas en ese país.

La facturación se redujo en un 2,3 %, con 57.419 millones de euros, por la depreciación de la inmensa mayoría de las divisas frente al euro, y eso pese a que Renault vendió el pasado año 3.884.000 vehículos, un 3,2 % más gracias a la incorporación de dos nuevas marcas en China, Jinbei y Huasong.

El margen operativo, en términos de cifra de negocios, se redujo en 2018 en tres décimas, hasta el 6,3 %. Según Bolloré, sin las condiciones adversas del mercado atribuidas a factores exteriores, la facturación de Renault habría sido de 61.000 millones de euros, y su margen del 7,3 %. Por eso el consejo ha decidido mantener el nivel del dividendo, con 3,55 euros por acción.

Para 2019, Renault confía en incrementar su facturación, siempre en condiciones estables de tipo de cambio, obtener un margen operativo "del orden del 6 %" en el negocio automovilístico, y un flujo de caja operativo positivo.