Madrid

“Esta empresa tiene 400 años de historia y siempre ha seguido procesos muy mecánicos. Lo digital parece estar muy alejado de la construcción de barcos, de la chapa y la soldadura, pero no hay que olvidar que dentro hay todo tipo de sistemas que se sustentan en la tecnología”. 

Miguel Ángel Rojí, máximo responsable de tecnologías digitales en Navantia (CDTO, por sus siglas en inglés), comienza así la conversación que durante más de una hora mantendrá con D+I - EL ESPAÑOL, en un encuentro que ha tenido lugar en la sede de esta empresa pública española dedicada a la construcción de buques de los ámbitos civil y militar.

El acceso a sus instalaciones está protegido por los más altos estándares de seguridad. Tanto es así que, salvo permiso oficial, no es posible pasar más allá de las salas habilitadas junto a la entrada para mantener encuentros con personas ajenas a esta entidad. Y sólo se permite acceder con el teléfono móvil empaquetado en una bolsa que impide el uso de su cámara y, por tanto, la toma de fotos o vídeos. 

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Ya acomodados para la entrevista, Rojí rompe una lanza a favor de la empresa en la que entró como becario tras acabar sus estudios de Ingeniería Naval, y donde ahora forma parte del equipo que está dirigiendo su estrategia de transformación digital. “En algunas áreas siempre hemos ido por delante en cuanto a desarrollos tecnológicos, y no únicamente en la industria naval”, asegura.

“Navantia Sistemas tiene un sistema de detección de imágenes a distancia propio que utilizan el Ejército Español y la Guardia Civil para el control de fronteras y que permite identificar a una persona en el mar a 10 kilómetros de distancia”, pone como ejemplo. Al compararse con Europa, no duda al afirmar que “estamos mejor de lo que pensamos”. 

Validación de tecnologías

Ese desarrollo desigual de la tecnología y de la digitalización de procesos en las diferentes áreas y departamentos de Navantia empezó a subsanarse en 2018. Ese año se puso en marcha un plan estratégico que se prolongó hasta 2022 bajo la marca Astillero 4.0, “con el propósito de unificar nuestro ecosistema y pasar a una plataforma única”, apunta Rojí, con una inversión de 473 millones de euros.  

En este tiempo han definido una arquitectura digital de referencia y, sobre ella, explica el responsable de esta transformación, “estamos construyendo toda la nueva plataforma que dará soporte a los procesos para el desarrollo de futuros productos y servicios”. 

“En algunas áreas siempre hemos ido por delante en cuanto a desarrollos tecnológicos, y no únicamente en la industria naval”

Explica que hace 20 años se fusionaron varios astilleros –como Astilleros Españoles, La Bazán en Cádiz o La Naval en Vizcaya–, cada uno con su actividad y sus proyectos. “Ahora se trata de hablar el mismo idioma para ahorrar costes y mejorar la productividad, pero también para dar ese paso hacia la transformación digital en una casuística como la nuestra. No construimos en serie, no fabricamos coches, fabricamos buques, y cada uno de ellos es único”. 

A esto se añade un factor diferencial más: los procesos constructivos son largos, “algunos duran décadas”, por lo que la incorporación de la nueva plataforma requería mantener la antigua para los trabajos ya en marcha. “Tenemos que seguir dando soporte a todos los proyectos y mantenimiento a nuestros clientes, al tiempo que desarrollábamos nuevos productos desde cero”, sostiene Rojí. 

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El responsable de tecnologías digitales de Navantia cuenta que en este tiempo, además de identificar los retos tecnológicos del sector naval, digitalizar centros y procesos, también han definido Centros de Excelencia “donde concentrar las capacidades técnicas de Navantia, catalizar todo su potencial, atraer talento y ofrecer valor añadido”.  En total son seis: Smart Ships, Smart Services, Digital Twin, Naval Systems, Additive Manufacturing y Green Energies. 

Todos ellos sustentados en 14 tecnologías habilitadoras del plan estratégico “que revisamos constantemente”. Las enumera: blockchain, big data analytics, inteligencia artificial, vehículos industriales automatizados, robótica industrial, comunicaciones 5G, modelado y simulación, materiales avanzados, IoT, fabricación aditiva, realidad virtual /aumentada /extendida, la nube, drones y automatización robótica de procesos (RPAs, por sus siglas en inglés). 

"El plan estratégico Astillero 4.0 que se prolongó hasta 2022 tenía el  propósito de unificar nuestro ecosistema y pasar a una plataforma única”

“A corto y medio plazo seguiremos aplicando todas ellas en el desarrollo de diferentes proyectos y las modificaremos a medida que evoluciones su aplicación”, explica Rojí. A largo plazo, ya tienen la vista puesta en la cuántica y la fotónica, entre otras. Y admite que de esa lista prescindiría del blockchain “porque para implantarlo necesitas un organismo regulatorio que lo verifique y nosotros ya tenemos una trazabilidad”. 

En cuestiones de ciberseguridad van siempre de la mano del Centro Criptológico Nacional (CNN-CERT) en temas relativos a la seguridad industrial de su operativa, y “cumplimos a rajatabla” con la Ley de Protección de Datos, para asegurar la confidencialidad de la información que manejan. 

Simulador de Navantia para la formación de corbetas.

Hacia una empresa 'data driven'

Esta estrategia de digitalización se ha materializado en proyectos canalizados desde los seis Centros de Excelencia. “Hemos establecido alianzas con compañías como Telefónica, Siemens, Accenture, IBM, Ansys, Microsoft, AR Soft, SAP y Safran para llevar a cabo pilotos, colaborado con universidades para sacar adelante pruebas de concepto y trabajamos estrechamente con la Armada, como nuestro cliente principal, para identificar necesidades y validar posibles casos de uso”. 

De estas prospecciones, se han desarrollado proyectos como el uso de simuladores para la capacitación de corbetas en el centro de formación avanzada Navantia Training Center, inaugurado en San Fernando (Cádiz) hace dos años, la creación de un chatbot con inteligencia artificial para agilizar procesos internos, drones para la inspección de aerogeneradores en alta mar, o exoesqueletos con los que los operarios pueden manejar piezas de hasta 100 kilos sin perjuicio para su salud. 

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Pero, sin duda, una de las estrellas de esta transformación es el taller con el que Navantia quiere revolucionar la construcción naval. Una fábrica digital de bloques en el astillero de Ferrol y en la que han invertido 100 millones de euros. “Tendrá medio kilómetro de largo y cambiará el modo en el que hemos construido hasta ahora los buques”, asegura Rojí. 

El producto, en este caso, el bloque, va avanzando en la línea de fabricación, de forma análoga a una cadena de montaje, algo que ya es así en otros sectores industriales, pero que Navantia será uno de los primeros astilleros en incorporar a la construcción de buques militares y que desde la compañía aseguran que supondrá una transformación total en los procesos de trabajo. 

Mientras se espera a la inauguración de esta fábrica prevista para 2025, en Navantia ya han puesto en marcha el próximo plan estratégico: Horizonte 5.0, que se alargará hasta 2027: “Es una evolución de lo conseguido con el anterior, en el que el objetivo era la validación tecnológica de los proyectos. Ahora el propósito es la industrialización y convertir a Navantia en una empresa data driven”. 

Rejuvenecimiento de la plantilla

Este proceso de transformación digital también ha implicado un rejuvenecimiento de la plantilla. “La media de edad antes rondaba los 58 años y ahora ha bajado a los 53. El 90% de las nuevas incorporaciones ha sido de ingenieros superiores, con formaciones más digitales”. Aunque el CDTO de Navantia, Miguel Ángel Rojí, reconoce que, como ocurre en otros sectores, no es fácil captar y retener esos perfiles. 

“Por un lado, no hay profesionales suficientes para atender a la demanda de tecnologías como la inteligencia artificial y, por otro, cada vez son más los que solicitan a las empresas un modo de trabajo híbrido”. Algo que en Navantia se ha acelerado, como en muchas otras compañías, con motivo de las exigencias derivadas de la pandemia.  

Junto a un plan de formación y de gestión del cambio, contemplado en la estrategia Astillero 4.0, también se han incentivado las prejubilaciones, que se cuentan en 2.200, frente a las 1.659 incorporaciones en cuatro años, según datos proporcionados por la propia compañía. En Horizonte 5.0 están contempladas 1.500 nuevas contrataciones