El proyecto de Cucare encarna la clara demostración de cuán efectiva puede ser la aplicación de la ciencia básica en el mundo real. La historia de esta startup es el caso paradigmático de cómo tejer puentes entre la ciencia y el mundo académico o investigador y el mercado, ese en el que de vez en cuando -todavía no con la frecuencia que necesita España- emergen proyectos que cambian la vida de las personas.
Si, además, en la ecuación añadimos altas dosis de liderazgo femenino y una aportación disruptiva para avanzar hacia un modelo productivo más sostenible, podemos sostener sin riesgo a equivocarnos que rozamos la cuadratura del círculo.
Ana Millán es CEO y cofundadora de Cucare Diagnostics. Sus soluciones moleculares para prevenir pérdidas agrícolas detectando precozmente patógenos y resistencias en cultivos e insectarios no han pasado desapercibidas para el ecosistema emprendedor.
EIT Food, a través de su programa de emprendimiento femenino con foco en el sector agroalimentario EWA, ha sido el último organismo en destacar la contribución del equipo liderado por Ana Millán a este segmento económico.
Cucare acaba de ser galardonada como la startup ganadora de EWA en España y mañana, 4 de diciembre, defenderá en Varsovia su propuesta en el encuentro global de esta iniciativa junto a las ganadoras del resto de países participantes.
"Es una oportunidad única para visibilizar lo que estamos construyendo en Cucare", declara en conversación con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL Ana Millán, con una emoción contenida en el rostro que delata la ilusión que le produce la cita.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Asumir riesgos, salir de la zona de confort y defender un proyecto -que en el caso de las mujeres, "llega a ser casi siempre personal", confiesa- ha sido su día a día en los últimos años desde que decidió trasladar el conocimiento pionero de su grupo de investigación al mercado y suplir una necesidad que empezaba a detectarse y de la que sólo ellos eran capaces de ofrecer una respuesta.
Cucare recoge el premio de EWA España 2025.
'Disruptores ayudando a disruptores'; esta podría ser la esencia de la historia de Cucare que bien merece ser contada. Su génesis se circunscribe en el seno del grupo de investigación Control Biotecnológico de Plagas (CBP) de la Universitat de València (UV), vinculado al instituto Universitario BIOTECMED.
El CBP es un grupo multidisciplinar con más de 30 años de trayectoria estudiando los mecanismos genéticos e interacciones moleculares entre insectos, patógenos y plaguicidas, con el objetivo de desarrollar herramientas más sostenibles para el control de plagas.
Insectos para el biocontrol y producción de proteínas
"Durante años trabajamos investigando virus y bacterias que afectan a los insectos, así como los procesos que generan resistencias a los plaguicidas. Gracias a esta experiencia, y al creciente interés del mercado por el uso de insectos en ámbitos como el biocontrol o la producción de proteína, comenzamos a participar en proyectos dirigidos a mantener la salud de insectos con valor comercial", detalla Ana Millán.
Fue en este contexto donde la startup comenzó a recibir consultas de granjas de insectos y apicultores que se enfrentaban a problemas para los que no encontraban solución ni disponían de herramientas que les facilitaran el manejo de sus problemas del día a día.
'Pitch' de Cucare.
"Aquellas peticiones nos hicieron reflexionar: ¿y si las herramientas moleculares que utilizábamos a diario en el laboratorio podían ayudar más allá de la investigación básica? ¿Y si podían convertirse en soluciones reales para detectar patógenos, anticipar problemas y mejorar la sostenibilidad de todo el sector?".
Así nació la idea de Cucare Diagnostics. "Convencidos de que podíamos tender un puente entre la ciencia y la práctica profesional, en 2022 los fundadores empezamos a darle forma de proyecto empresarial, a adaptar nuestras técnicas y a validar su utilidad en entornos reales. No fue hasta enero de 2025 cuando Cucare Diagnostics se constituye oficialmente como spinoff de la Universitat de València".
"Convencidos de que podíamos tender un puente entre la ciencia y la práctica profesional, en 2022 comenzamos a dar forma al proyecto empresarial y validar su utilidad en entornos reales"
Detrás de Cucare hay investigadores comprometidos con el propósito de la empresa que comparten una misma motivación: "Llevar la ciencia aplicada del laboratorio al campo y las granjas, ofreciendo diagnósticos rápidos, precisos y accesibles que permitan a nuestros clientes tomar decisiones basadas en datos".
"Creemos firmemente que la innovación en el diagnóstico es clave para un control de plagas y manejo de insectos más eficiente, sostenible y preparado para los retos del futuro", puntualiza la CEO.
Sus disruptivas soluciones ponen el foco en necesidades críticas del mercado agroalimentario y productor primario que actualmente están desatendidas o mal cubiertas.
La primera pasa por el emergente sector de la cría industrial de insectos, que ha experimentado un crecimiento exponencial como fuente sostenible de proteína para alimentación animal y humana, debido a que los insectos son la fuente de proteína de calidad con menor impacto ambiental).
La cría de insectos a escala industrial
En los últimos años se ha invertido notablemente en el crecimiento de las granjas y el escalado de la cría y producción. Sin embargo, este crecimiento ha revelado una necesidad crítica desatendida: la gestión de la salud de las colonias a escala industrial.
La viabilidad y la productividad de las granjas de insectos viene determinada por el estado de salud de las colonias de insectos. Sin embargo, las condiciones de alta densidad en las granjas de insectos crean entornos propicios para la aparición de enfermedades infecciosas -causadas por bacterias, virus, hongos y protozoos- capaces de diezmar colonias enteras en pocos días, y causar grandes pérdidas económicas a la granja.
"El mayor problema es que los síntomas de enfermedad en las colonias de insectos no se hacen visibles hasta que ya es demasiado tarde para salvarlas"
"Pero el mayor problema es que los síntomas de enfermedad en la colonias no se hacen visibles hasta que ya es demasiado tarde para salvar la colonia de insectos", advierte Ana Millán. "Al ser una industria emergente, muchos de estos patógenos permanecen sin caracterizar, y se carece de herramientas diagnósticas comerciales".
Ahí es donde Cucare vuelca todo su conocimiento científico atesorado durante años. "Hemos desarrollado el primer servicio de diagnóstico específicamente diseñado para la salud de colonias de insectos, que permite la detección temprana tanto la detección dirigida de patógenos conocidos como el descubrimiento de nuevos patógenos no descritos".
"Nuestra metodología es muy sensible, permitiendo una detección temprana, incluso con cargas patogénicos bajas, lo que nos permite predecir brotes antes que aparezca la enfermedad. De esa forma, se pueden tomar acciones para prevenir y contener la enfermedad, y evitar las pérdidas económicas que conlleva".
La segunda necesidad está en el sector agrícola, ganadero y apícola, donde la resistencia a plaguicidas se ha convertido en un problema creciente que compromete la efectividad de los tratamientos, aumenta los costes de producción.
Superar la resistencia a plaguicidas
Actualmente, los productores aplican tratamientos de manera generalizada, muchas veces sin conocer si las poblaciones de plagas que les afectan tienen resistencia a algún tratamiento, lo que resulta en aplicaciones ineficaces, pérdidas en la cosecha y acumulación de residuos en el medio.
Ante esta realidad, Cucare ofrece servicios de detección de resistencias a plaguicidas en poblaciones de insectos y ácaros plaga. "Podemos predecir qué tratamiento va a dar mejor resultado, permitiendo un control de plagas más directo y dirigido, a la vez que se reduce el uso de plaguicidas innecesarios".
Personal de Cucare en una explotación de abejas.
De cara a 2026, Cucare está centrada en el desarrollo de kits de detección para las enfermedades más comunes en colonias de insectos de interés comercial, como Tenebrio molitor, la mosca soldado negra y grillos. "Estos insectos se utilizan principalmente en alimentación, y creemos que estos kits facilitan la detección de enfermedades que acaban con las colonias, y pueden marcar la diferencia en la productividad y viabilidad a largo plazo de las granjas de insectos".
Servicios especializados para el sector apícola, incluyendo la introgresión genética en abejas, que nos permitirá determinar la pureza genética de las distintas razas. También la detección de virus y otros patógenos en abejas, así como para evaluar la resistencia a Varroa, uno de los principales problemas que enfrenta la apicultura actualmente.
Nada sería posible sin el equipo, formado por sus fundadores, con perfiles complementarios que cubren las áreas clave del negocio. Se trata de Anabel Millán, CEO y cofundadora, quien lidera la dirección estratégica de la compañía. Es responsable de la promoción corporativa, el desarrollo de negocio, la captación de clientes y la estrategia financiera. Su experiencia en investigación postdoctoral en biotecnología agrícola aporta una visión científica al liderazgo empresarial.
El equipo, activo esencial en Cucare
En segundo lugar, Luis Hernández Pelegrín, CTO y cofundador, al frente del departamento científico-técnico. Supervisa y ejecuta los procesos analíticos y de diagnóstico, además de liderar el desarrollo de nuevas metodologías.
A corto plazo se incorporará Fang-Shian Lim, también cofundador, al departamento de Diagnóstico y Análisis. Lim es el desarrollador de algunas de las metodologías bioinformáticas y de detección más innovadoras que constituyen nuestra ventaja tecnológica.
Complementando el equipo operativo, "contamos con un comité científico-asesor de primer nivel, formado por Salvador Herrero, Carmen Sara Hernández y Joel González, científicos referentes en genética y manejo de insectos".
"Este comité aporta rigor científico al desarrollo de I+D+I, lidera la optimización de productos y el desarrollo tecnológico, y respalda nuestra divulgación científico-técnica".
En esencia, una propuesta tecnológica basada en la aplicación de métodos genéticos y moleculares de última generación que está revolucionando la detección de patógenos y resistencias en insectos. Disruptores ayudando a los más disruptores a seguir siéndolo en beneficio de una industria agroalimentario más sostenible y competitiva.
