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Nadie dijo que emprender fuera sencillo. El camino se convierte desde el inicio en una carrera de obstáculos que pone a prueba la resiliencia de los equipos fundadores y que, pese al gran talento que atesora este sector, deviene en un tremendo choque contra el muro antes de los cinco años.

Los datos así lo avalan. Aproximadamente el 90% de las startups fracasan a medio o largo plazo, y el grueso de las que cierran lo hacen en los primeros cinco años de vida. Diferentes estudios recientes apuntan a que el fracaso es especialmente alto entre el segundo y el quinto año, con tasas de cierre del 70% para las startups con menos experiencia.

Nadie tiene que explicar al equipo de Bamboo Energy lo que es estar en la cuerda floja entre ese segundo y quinto año. Lo han vivido en primera persona, con sus luces y sus sombras y, ahora sí, pueden decir que ya han superado el hándicap que supone seguir a flote cinco años después. El camino sigue, pero llegados a este punto, el escenario es bien distinto y, en su caso, prometedor.

DISRUPTORES - EL ESPAÑOL conversa con Cristina Corchero, cofundadora y CTO de Bamboo Energy, sobre el momento dulce que atraviesa la startup, nacida como una spinoff del Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC), y convertida en este 2025 en una compañía tecnológica que opera en cinco países europeos, trabaja con algunas de las principales utilities del continente y ha superado los 5,8 millones de euros en inversión pública y privada.

Sus logros van mucho más allá en cuanto a aprendizajes profesionales y personales y, para haberlos materializado, la startup catalana ha tenido que sortear, al igual que miles de compañías del ecosistema hacen en la actualidad, momentos realmente complejos. Algunos, incluso desde el mismo instante en que Bamboo Energy vio la luz. Es lo que sucede cuando tu proyecto es muy disruptivo y, de alguna forma, adelantado a su tiempo.

Porque la flexibilidad energética que propone, un concepto mucho más asentado y conocido por la opinión pública a gran escala en la actualidad, era una gran desconocida allá por 2020 cuando la spinoff irrumpió en el mercado, de hecho, según destaca Cristina Corchero, no existía en España ni regulación a la que ceñirse.

"Cuando arrancamos, la disrupción era tal que no era legal en España. No teníamos ni siquiera la regulación en el terreno que nos acompañaba. Sabíamos que ya era una realidad en Europa y que acabaría llegando, pero siempre teníamos presente el riesgo de llegar antes de tiempo", afirma Corchero.

"Hemos estado tres años en ese punto de tener que aguantar hasta que las circunstancias se dieran y, para cuando llegara, que la tecnología fuera lo suficiente sólida y fiable como para aprovechar la oportunidad".

Cristina Corchero, CTO y cofundadora de Bamboo Energy

El equipo de Bamboo Energy sabía que "si llegas antes de tiempo, vas a morir antes de poder ejecutar algo". "Hemos estado tres años ahí, en ese punto de tener que aguantar hasta que las circunstancias se dieran y, para cuando llegara ese momento, que la tecnología fuera lo suficiente sólida y fiable como para aprovechar la oportunidad".

Y los elementos acabaron alineándose para la startup. Cristina no puede evitar recordar, en este línea, las palabras de Miguel Rodrigo, director general del IDAE, durante su intervención en el reciente acto por el quinto aniversario de la compañía, donde destacó la apuesta "visionaria" de Bamboo Energy.

"Esa ha sido nuestra preocupación, que cuando llegue la oportunidad, hubiéramos conseguido consolidar nuestra tecnología y que ya no fuera un prototipo, sino una solución que está funcionando 24/7, que es fiable y que nos permitiera por fin escalar", reitera.

Ese miedo en el estómago ante el riesgo de 'haberse tirado a la piscina antes de tiempo' ha terminado por disiparse. No sólo porque Bamboo Energy ya ha logrado demostrar la solidez de su apuesta tecnológica, sino porque en los últimos tiempos la transición energética y la necesidad de que los Estados se doten de sistemas energéticos sostenibles y fiables está marcando la hoja de ruta en España y en Europa.

El apagón de abril: punto de inflexión

Y para muestra un botón: el apagón del pasado 28 de abril que continúa muy presente en la agenda pública y que marcará, sin lugar a dudas, la tendencias del mercado en los próximos años.

"En los últimos dos años ya habíamos notado que la tendencia en España había cambiado. Pero desde el apagón hay mucho más movimiento e interés", confirma la CTO al respecto. No obstante, se trata de un proceso "que lleva su tiempo", y que en 2026 y por la parte de las baterías, Corchero considera que "crecerá todavía más".

Su idea de empoderar al consumidor con una solución eficiente y escalable para la agregación de la demanda que permita activar la flexibilidad eléctrica usando IA se ha convertido, cinco años después, en un SaaS escalable, que agregadores y comercializadoras usan para generar ingresos monetizando la flexibilidad energética de consumidores industriales, edificios, baterías o plantas renovables.

Su modelo permite agregar y controlar los procesos industriales, las instalaciones de autoconsumo o baterías de los consumidores de forma automática, participar en mercados de flexibilidad y reducir su consumo en momentos más críticos del sistema.

SaaS de Bamboo Energy.

La alineación de la propuesta con las necesidades actuales del sistema eléctrico no sólo en España, sino en Europa, donde tuvieron que crecer antes de abordar el mercado nacional, es más que evidente.

Así, Bamboo Energy ofrece unos retornos que alcanzan hasta el 30% del coste anual del consumo de los activos energéticos utilizados y aumenta hasta en un 45% el uso del autoconsumo o la planta solar.

Para una tecnológa como Cristina, este viaje desde 2020 ha sido revelador en cuanto al peso que en él ha tenido el equipo, el activo más valioso -así lo ha comprobado en primera persona- de la compañía.

"Algo que te dicen desde el principio, es que en los inicios los inversores ponen capital en el equipo, no en la tecnología. Yo, siendo tecnóloga toda la vida, lo veía como algo absurdo -se ríe como evidenciando lo equivocada que estaba-".

El equipo: el activo más valioso, también para una tecnóloga

"A ver, ¿qué equipo ni qué equipo? -vuelve a sonreír-. Y realmente te das cuenta a lo largo de los años de que, para construir algo como Bamboo Energy, lo tienes que hacer mano a mano con personas que compartan tu visión y tu misión, asegurarte de que quieren ir donde quieres ir tú. Porque no soy yo, somos los tres -en referencia a los otros dos cofundadores que arrancaron el proyecto y continúan en Bamboo Energy- y lo hemos conseguido hasta la actualidad".

"Tenemos una cultura que es la nuestra, no es ni la mejor ni la peor, sino la que hemos querido construir. Manel (CEO) y yo también la compartimos al 100%, y ahí radica que hayamos conseguido mantener un nivel de rotación bajísimo"

Cristina Corchero, CTO y cofundadora de Bamboo Energy

Y, en este contexto, la cultura de empresa que ha construido la startup se erige en otra de las grandes cualidades que destaca Cristina, que ha ejercido de nexo de unión entre las personas que trabajan en la compañía y que ha logrado fidelizar hasta a los perfiles más demandados en un momento en que la rotación en el sector IT es altísima.

"Hay en particular tres personas que están con nosotros desde el principio, algo en una startup absolutamente inaudito y sobre todo siendo IT. Tenemos una cultura que es la nuestra, no es ni la mejor ni la peor, sino la que hemos querido construir. Manel (CEO) y yo también la compartimos al 100%, y ahí radica que hayamos conseguido tener un nivel de rotación bajísimo. Somos súper afortunados", concluye Corchero.

Cinco años quedan cubiertos, pero por delante una nueva etapa no menos apasionante... y llena de desafíos. Pero de eso, el equipo de Bamboo Energy ya tiene el mejor máster acreditado, el que concede el mercado y avalan sus clientes. Un ejemplo más del gran talento emprendedor que hay en España al que no perder la pista.