En los tiempos del coronavirus, el ingenio y la inventiva han cambiado el paso y se han alterado sus actividades y objetivos. Según la Oficina Europea de Patentes (EPO), con datos publicados hoy, las solicitudes de patentes se redujeron un 0,7%, tras años de crecimiento sostenido, registrándose 180.250. En 2019 fueron 181.532.

En el caso desglosado de España, la caída es muchísimo más fuerte: baja el 5%, pasando de las 1.885 solicitadas en 2019 a 1.791 en 2020. Los tres últimos años habían registrado apreciables crecimientos.

Paradójicamente, la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) registró en la misma etapa un recorrido opuesto. Tras una década de sucesivos descensos, en 2020 las solitudes nacionales subieron casi un 9%, pasando de las 1.358 en 2019 a 1.479.

¿Cómo se explica ese entrecruzamiento de las tendencias? Seguramente por la ambición y la urgencia de las propuestas.

En los dos ámbitos, las aplicaciones de patentes dominantes han tenido que ver con asuntos de sanidad. Obviamente, con el propósito de resolver cuestiones locales relacionadas con el shock de la covid, en el ámbito de las patentes en la OEPM (protecciones, máscaras y diversas soluciones de urgencia), mientras que las solicitudes en la EPO se plantean pensando en un mercado mucho más amplio.

Sirve la explicación que en enero aportaba a D+I Patricia Ramos, directora de Patentes de Pons, referida al mercado exclusivamente español de la innovación: "Las pequeñas empresas y solicitantes particulares, han debido poner en marcha en tiempo récord su creatividad para adaptarse a la reciente ‘normalidad’, con invenciones que facilitan estos nuevos escenarios y aprovechar las nuevas oportunidades de negocio vinculadas a la lucha contra la pandemia".

Los datos conocidos hoy se refieren a un escenario más ambicioso, en el que también el protagonismo lo toman las invenciones relacionadas con la salud. El presidente de EPO, el portugués António Campinos, se muestra piadoso con el ingenio español asegurando que "a pesar de la pandemia, los inventores españoles se mantuvieron muy activos en 2020, y las universidades y las instituciones de investigación volvieron a hacer una contribución significativa a la innovación. Esto son buenas noticias porque la ciencia, la investigación y la innovación, respaldada por un sistema de propiedad intelectual sólido, es más importante que nunca para hacer que nuestro mundo sea más seguro, inteligente y sostenible, y para impulsar la recuperación económica. Los investigadores españoles se lo han tomado en serio y han dado ejemplo en tiempos difíciles".

La salud copa la inventiva en 2020

La tecnología médica experimenta en Europa un crecimiento del 2,6%, con un total de 14.295 solicitudes, siendo el campo con mayor cantidad de ellas. Además, las aplicaciones farmacéuticas, sexto campo en la segmentación que hace EPO, crecen un 10,2%, hasta un total de 8.589. La biotecnología, con 7.246 aplicaciones, situada en octava posición, crece también un 6,3%.

Asuntos que se sitúan en crecimiento, aunque más moderado y prácticamente en paridad con el año anterior, son las comunicaciones digitales (+1%), tecnología de computación (+1,9%), ocupando el segundo y tercer lugar en el listado, maquinaría eléctrica y de energía (+0,4%), actividades que también pueden encontrar relación con la situación creada por el coronavirus.

Y otro tanto se puede decir, en sentido contrario, el área de transportes, que baja un 5,5% en la Europa paralizada, y el de tecnología de mediciones, que cae un 5,2%.

En lo que se refiere a empresas, el liderazgo se corresponde íntegramente con el ámbito de la tecnología de comunicaciones y computación: Samsung desbanca a Huawei del número uno, 3.276 y 3.113 solicitudes, respectivamente. Les siguen LG (2.909), Qualcomm (1.711) y Ericsson (1.634).

España, 26º del mundo en patentes

En España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recupera este año el primer puesto nacional, con 72 solicitudes, seguido por, sorpresa, Amadeus, con 60. Les siguen la farmacéutica Esteve, Tecnalia y Telefónica, empatadas a 17 solicitudes de patente; Universidad Politécnica de Cataluña, 15; Pharma Mar y Repsol empatadas a 14; y Autotech, Fundación del Instituto de Técnicas Fotónicas y Seat, con 11 cada uno.

Un dato significativo, que mezcla seguramente la situación sanitaria con la política, es que Cataluña lidera el ranking regional español 2020, con 559 solicitudes de patentes en total, lo que representa un 31,2% de todas las solicitudes de patente españolas presentadas ante la OEP en 2020. Eso supone una reducción de su aportación que en 2019 fue del 34,2%, mientras que la aportación de Madrid sube al 21,1%, desde el 19,2% en 2019. También crece el País Vasco, del 10,3% al 11,9%. Por ciudades, Barcelona lidera con 496 solicitudes (-14,5%) por delante de Madrid, con 378 solicitudes, + 4,4%.

Por especialidades, la farmacéutica fue la más activa en la solicitud de patentes desde España, 190 (+22,6%) seguida de tecnología médica 126 (sin cambios). Ambas actividades habían ocupado las mismas posiciones en 2019. Hay crecimiento en transporte (+3,4%) y biotecnología (+5,1%), pero sobre todo en motores, bombas y turbinas, que salta un 43,8% (de 48 a 69 peticiones) y tecnología de computación, un 31% (de 42 a 55).

Conviene, en todo caso, considerar que las subidas y bajadas porcentuales, cuando se analizan sobre cifras pequeñas, pueden producir imágenes distorsionadas. Los números reales siguen siendo muy modestos en sus totales y en la comparación con el conjunto de Europa.

Europa sigue languideciendo

Alemania, que vuelve a ser el país EPO con mayor cantidad de aplicaciones, registra 25.954 (324,1 por cada millón de habitantes), superada por Estados Unidos, con 44.293 (133,2 por millón de habitantes) y seguida por Japón, 21.841 (174,5 por millón). En ese ránking, por millón de habitantes, España queda un modesto 26º lugar, con 37,9 aplicaciones por millón.

Como de costumbre, el número uno es Suiza, con 965,9 aplicaciones por millón de habitantes, para un total de 8.112. No es que los suizos derrochen ingenio inventor respecto al resto del mundo, es que la legislación helvética resulta muy amigable para acoger empresas innovadoras y startups consolidadas.

Para no echar en falta a otros dos protagonistas habituales en estas estadísticas, si EEUU es el número uno en el total de aplicaciones del año (25%), seguido por Alemania (14%) y Japón (12%), China es la cuarta potencia en Europa, con 13.432 solicitudes, que son el 7% del total y un aumento del 9,9% sobre el año anterior. Corea del Sur, con 9.106, supone el 5% (crece el 9,2% en su actividad respecto al 2019), igualada con Suiza. Sólo queda por delante ellas Francia, con 10.554 peticiones y el 6% del global.

Como de costumbre, comparar esas cifras con la producción española conduce a la melancolía. Si bien hay que destacar que la número uno europea, Alemania, también bajó un 3%, Francia e Italia incrementaron su producción un 3,1% y 2,9% respectivamente.

España es ampliamente superada por Holanda (6.375 solicitudes, aun bajando un 8,9%), Reino Unido (5.715, -6,8%), Italia (4.600), Suecia (4.423), Dinamarca (2.404), Bélgica (2.400), Austria (2.303), Finlandia (1.895, +11%)… Algo tendrán que ver las políticas y esquemas educativos, organizativos, legales, fiscales y regulatarios, ¿no? 

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