“Una de las innovaciones más importantes y duraderas de la industria del automóvil se origina en la industria de defensa, aquí en Europa. Después de trabajar en asientos eyectores en aviones de combate para una compañía aeronáutica europea, Nils Ivar Bohlin, un ingeniero mecánico sueco, pasó a diseñar un nuevo cinturón de seguridad para una empresa automovilística europea. Inspirado en el arnés utilizado por los pilotos de jet, el cinturón de seguridad de tres puntos se convirtió en un estándar mundial en la industria del automóvil y ha salvado más de un millón de vidas desde su introducción”.

Así arranca un comunicado enviado el lunes por la Comisión Europea al resto de instituciones comunitarias, en el que envía las primeras propuestas concretas para aprovechar las sinergias entre las industrias civil, espacial y de defensa. Un planteamiento incorporado ya en la estrategia industrial europea que fue presentada en marzo de 2020 y que hasta ahora no había sido desarrollado.

Mediante este “plan de acción”, al que han bautizado como “el plan del cinturón de tres puntos”, la Comisión anuncia la creación de un observatorio de lo que denominan “tecnologías críticas”, entre otras medidas, la mayoría de ellas emplazando a desarrollar nuevos planes en el próximo año y medio... El plan se apoya en tres pilares: la identificación de esas sinergias, la promoción de empresas que aprovechen el conocimiento en defensa o espacio para usos civiles (spin-offs) y viceversa (spin-ins).

“Siempre que sea posible, la industria de defensa de Europa debe poder aprovechar los logros de la investigación de la industria civil de la UE para evitar los costos de una investigación duplicada”, argumenta la Comisión.

“En un contexto geopolítico más amplio, la UE se ha comprometido a desarrollar un enfoque transatlántico común para proteger tecnologías críticas, a la luz de preocupaciones económicas y de seguridad globales, para trabajar juntos en tecnología, comercio y estándares”, dice también.

Medidas

En este contexto, el nuevo plan de Bruselas se compone de 11 actuaciones, incluyendo la mencionada creación de un observatorio, así como de una nueva incubadora. Veámoslas más en detalle.

Antes de finales de 2021, la Comisión presentará una propuesta para “fortalecer la identificación temprana de necesidades y soluciones en el campo de la seguridad y la regulación”.  

Para finales de 2021, la institución prevé haber mejorado la coordinación entre programas e instrumentos comunitarios, así como “facilitar el acceso a financiación”.

A partir del segundo semestre de este año, la Comisión anunciará “medidas específicas” para dar a conocer esos programas e instrumentos entre startups, pymes y centros de investigación.

“La Comisión desarrollará hojas de ruta tecnológicas para impulsar la innovación en tecnologías críticas para la defensa, el espacio y los sectores civiles relacionados, y estimular la cooperación transfronteriza utilizando todos los instrumentos pertinentes de la UE de forma sinérgica”. Para evaluar y actualizar esas hojas de ruta cada dos años, se creará un Observatorio de Tecnologías Críticas, dentro de la propia CE.

Antes de finales de 2022, la Comisión presentará otro plan. En este caso, para promover la creación o el uso de estándares híbridos civiles-defensa.

En la primera mitad de 2022, la CE y el European Innovation Counsil (EIC) lanzará conjuntamente una incubadora de innovación.

La Comisión espera obtener sinergias también entre spin-offs y spin-ins y el futuro Centro Europeo de Ciberseguridad, que finalmente se ubicará en Bucarest.

En el primer semestre de 2022, Bruselas presentará nuevas fórmulas de financiación dirigidas a tecnologías disruptivas, con el objeto de atraer nuevos players y startups, y de favorecer la innovación cruzada entre los ámbitos civil, espacial y de defensa.

Por último, la CE asegura que va a intensificar el diálogo y el desarrollo de tres de sus proyectos bandera: el de drones -en 2022 habrá una estrategia específica para ello-, el de comunicaciones espaciales seguras -para proporcionar conectividad a todo el continente- y la estrategia de gestión del tráfico espacial -para evitar colisiones entre satélites y residuos espaciales-.

Alianzas público-privadas

Más tangible en el corto plazo será la creación de diez nuevas alianzas europeas entre la Unión Europea, los Estados miembros y la industria, anunciada ayer. El objetivo de institucionalizar estas alianzas público-privadas, asegura la Comisión, es acelerar las transiciones verde y digital. De hecho, identificar esas potenciales asociaciones constituye un terreno nuclear del programa Horizon Europe de apoyo a la I+D+i.

Bruselas prevé invertir 10.000 millones de euros en estas alianzas, condicionados a que los socios aporten, como mínimo, la misma cantidad.

“Con esta propuesta de institucionalizar los partnerships europeos se quiere mejorar la preparación y la respuesta de la UE ante las enfermedades infecciosas, desarrollar aviones con bajas emisiones para una aviación limpia, apoyar el uso de materias primas biológicas renovables para la generación de energía, asegurar el liderazgo europeo en tecnologías e infraestructuras digitales y hacer más competitivo el transporte ferroviario”, enumera la institución en un comunicado.

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