La Gran Recesión, que es como se conoce a la crisis financiera mundial que comenzó en el año 2008, fue un duro golpe para la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) en España, ya que borró todos los avances registrados en el país a principios de siglo y provocó que los diez años posteriores hayan sido una "década perdida" para España en este campo.

Sin embargo, en los últimos años esta tendencia ha ido mejorando y después de recuperar en 2018 los niveles previos a la crisis económica, la inversión

de España en I+D alcanzó en 2019 su máximo histórico, superando por primera vez los 15.000 millones de euros.

En concreto, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), España invirtió en I+D un total de 15.572 millones de euros en 2019, lo que supone 626 millones de euros más respecto a 2018.

Una tendencia que la pandemia de la covid-19 no sólo no frenó en 2020 sino que, tal y como anticipa la Fundación Cotec, aumentó. "Hay remontada, el objetivo es consolidarla en 2021", afirmó el director de Economía y Finanzas de la Fundación Cotec, Aleix Pons, en el acto presentación de su Anuario de 2021 de la organización

En concreto, a la espera de los datos oficiales de 2020, que se conocerán en el año 2022, el indicador adelantado que elabora la Fundación Cotec en colaboración con Ceprede señala que la inversión en I+D rozó el 1,5% el pasado año, frente al 1,25% de 2019.

Pons explica que debido a la caída del PIB registrada en España en 2020 por la crisis de la covid-19, aunque no se hubiera aumentado ni un solo euro la inversión en I+D, la ratio respecto al PIB hubiera subido del 1,25% al 1,40% por un efecto puramente estadístico. 

"Todo lo que quede por encima de ese 1,40% es mérito de los agentes económicos españoles. Nuestro modelo apunta a que en 2020 se aceleró la inversión en I+D en España, creció más que en 2019", incidió Pons, quien añadió que el sector público por cuarto año consecutivo y el sector privado por sexto hicieron que este porcentaje esté más cerca del 1,5% que del 1,4%. 

Una década perdida

La ciencia española no nos ha salvado del virus, pero el virus puede que salve a la ciencia. Esta frase contradictoria, pero positiva, ha servido de base para que la presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia, haya analizado lo que ha ocurrido en España en torno al I+D en los últimos años.

En la primera década de este siglo, España hizo un esfuerzo "impresionante", llegando a casi confluir con la media europea en cuanto a esfuerzo en I+D. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica y financiera, en España, a diferencia de lo que ocurrió en los países que han liderado el desarrollo de las vacunas durante la pandemia, se decidió "echar el freno" en esa apuesta.

Y no solo eso, sino que cuando el país se recuperó económicamente de esa crisis, lo hizo "a espaldas de la ciencia" y con un importante desequilibrio sectorial y territorial. "Estamos ante una década perdida, pero ahora emerge un momento de oportunidades y las oportunidades hay que jugarlas y creo que podemos tener un buen comienzo", afirmó.

En este sentido, apuntó que ese optimismo se ve avalado por algunos datos como el presupuesto "histórico" del Ministerio de Ciencia e Innovación para 2021, pero también recordó que esta cifra está muy alineada con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y con los fondos europeos previstos para los próximos tres años.

Asimismo, advirtió del riesgo de que, como ocurrió en el pasado, no se mantenga ese esfuerzo inversor en I+D impulsado por los fondos europeos. "Es muy parecido a la que pasa con un coche. Si entras en una aceleración muy profunda y luego pegas un frenazo, la capacidad de siniestro total es muy alta. Esto es lo que le puede pasar a la ciencia", incidió. 

Para evitar esta situación, desde Cotec señalan tres desafíos importantes, entre los que se encuentran ejecutar bien el presupuesto, lo que requiere un refuerzo de capacidades de ejecución adecuada. Además, ve necesario restituir las capacidades científicas perdidas en los últimos años y asegurar una "rampa presupuestaria" que permita lograr la estabilidad futura que necesita el sistema. 

"Es importante que después de estos tres años la rampa siga, porque si no la prima de riesgo reputacional se dispara y no tenemos margen. Necesitamos recuperar la reputación internacional ante nuestros pares internacionales", resaltó Garmendia, quien añadió que esto es necesario para ser un país fiable y confiable que cumple con sus compromisos y forma parte de la solución, así como para atraer talento. 

El tercer desafío está, según Garmendia, en los indicadores. Así, apunta que además del clásico indicador de inversión en I+D respecto al PIB, es importante ver cómo de capaces son los países de ejecutar ese esfuerzo previsto y qué impacto social y económico tiene ese presupuesto y lo que cada año es capaz de entregar al sistema al ciudadano. 

La innovación y el ser humano

El acto de presentación del Anuario 2021 de Informe Cotec ha sido clausurado por el rey Felipe VI, que es presidente de Honor de la Fundación Cotec. Don Felipe remarcó en su discurso que es la innovación la que marca el reloj de nuestra especie y aseguró que, "con el tiempo, será la vacuna −y no el virus− la que señale el comienzo de una nueva era".

Sin embargo, admitió que en el último año la covid-19 ha impuesto su ritmo "muy acelerado, sin duda", y remarcó que cada hora que pasa se cuenta en número de contagios y también en víctimas, "en enormes pérdidas humanas y económicas".

"Contra ese implacable cronómetro se enfrentan millones de innovadores en todo el mundo. Lo hacen sin descanso y, en muchos casos, sin recompensa. Puede que la mayoría de estos innovadores no haya dedicado mucho tiempo a reflexionar sobre lo que han logrado. Así que, permítanme que estos minutos sean de sincero reconocimiento para todos ellos", remarcó.

En este sentido, resaltó que el Anuario Cotec 2021 es un homenaje a quienes, en los momentos de mayor incertidumbre, tuvieron que adaptarse muy rápidamente, casi sin capacidad para asimilar los cambios que se sucedían; investigar día y noche, transformar sus fábricas y laboratorios y unirse para cooperar a distancia, muchas veces sin conocerse.

"En ocasiones, incluso poniendo en riesgo su propia salud, al igual que hicieron nuestros sanitarios y el resto de profesionales esenciales y servidores públicos en primera línea en las peores circunstancias de la pandemia", subrayón don Felipe.

Asimismo, apunta que, aunque es razonable que el muestrario de innovaciones recogido en el anuario de Cotec se haya restringido a ideas nacidas en España y puestas en práctica con éxito en el país, conviene no olvidar que "las grandes crisis no respetan tiempos ni distancias".

Por eso, destacó que, además de acelerar la velocidad a la que innovamos y "hemos de imprimir un nuevo ritmo a la difusión de las innovaciones". "Lo vemos ahora con la vacuna y lo veremos cada vez con mayor frecuencia en otros ámbitos: tan importantes son las políticas de promoción de la innovación, como las que facilitan el acceso de la Humanidad a sus numerosos beneficios", aseguro. 

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