Hace muchos años tuve la oportunidad de ir a Bogotá. Era muy tarde, viajaba sola y no sabía cómo avisar a mi familia de que había llegado.

De repente, vi a una mujer con varios móviles colgados en su cintura, con un cartel que ponía: “llamadas por minuto", recuerdo que hablé con mi madre y la llamada me costó realmente poco.

Fue entonces cuando escuché por primera vez la palabra “rebusque”,  que forma parte del argot popular de los colombianos y de algunos países latinoamericanos. Un término que implica una lucha por la supervivencia a través de múltiples mecanismos de acción; personas que hacen de la informalidad una forma de vida.

- El rebusque es una forma de supervivencia de los sectores más populares (vendedores ambulantes callejeros que montan su negocio sobre ruedas, un canasto, una caja, una olla...)

- Por las mañanas venden tamales, buñuelos, almojábanas, y a media mañana y a media tarde venden gaseosa, agua, empanadas, helados, maracuyá...

- Cuando cae el día, trabajan para la venta de comida rápida sin un local que les proteja de las inclemencias del tiempo.

- Todos ellos buscan un trabajo dependiendo de las características de sus potenciales clientes.

Después de tantos años de haber vivido aquello y haciendo una reflexión sobre el concepto, creo que hoy todos somos sectores populares, hoy todos los profesionales y personas del mundo, tenemos que practicar “nuestro rebusque”, nos tenemos que reinventar porque las circunstancias cambian y lo que ayer te valía hoy no te sirve.

Recordemos lo que dijo Velibor Bozovic acerca del sitio de Sarajevo en la década de 1990, que paralizó la vida en esta ciudad bosnia: “Fue el primer invierno en el que nos dimos cuenta de que sería algo duradero, de que esa sería nuestra vida (...) Y de alguna manera vives”. Bozovic narró que, durante los casi cuatro años que duró el sitio, el sentido de comunidad, de historia e incluso del tiempo, se transformaron.

Circunstancias diferentes requieren acciones y personas diferentes, e igual que en el rebusque, deberemos acostumbrarnos a saber vivir en espacios indeterminados, vendiendo paraguas si llueve y helados si hace calor. Ahora se habla mucho de las soft skills, pero hay algunas de ellas que deberían ser obligatorias en esta nueva vida que nos ha tocado vivir.

Es el caso de la innovación. Si leemos el significado de innovación, se refiere a aquel cambio que introduce alguna novedad o varias. Cuando alguien innova, aplica nuevas ideas, productos, conceptos, servicios y prácticas a una determinada cuestión, actividad o negocio, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad

Si el mundo es distinto, si las organizaciones son más austeras, más líquidas, si tenemos que hacer más, pero tenemos menos, será necesario que al igual que en el rebusque de las clases más populares de Latinoamérica inventemos un estilo de cambios sociales, un estilo de invenciones técnicas, un estilo de resistencia moral, in puntal de tenacidad o, en definitiva, un estilo propio.

Por su parte, encontramos la invención. Inventar es crear, diseñar, producir algo por primera vez. En el rebusque colombiano las clases más populares, ante la privatización del servicio público del teléfono, han creado multiplicidad de empresas pequeñas que compiten entre sí y han inventado portear teléfonos móviles, (celulares como ellos los llaman) por un vendedor de la calle con un cartel que pone, "Llamadas por minuto”.

En este entorno, especialmente la necesidad nos debe empujar a concebir ideas, proyectos, creaciones innovadoras... Y a veces, no es cuestión de esfuerzo inversor sino de una gran dosis de imaginación. Es un chip que tenemos dentro y tenemos que cambiar, para poder vivir en esta vida nueva

A añadir la capacidad para adaptarnos a las circunstancias con facilidad o para acomodar las normas a las distintas situaciones o necesidades.

En el rebusque colombiano, ante el poder dominante, se han establecido prácticas populares que están implementadas y aceptadas por todos los habitantes.

En un momento en que el poder dominante es convulso, o mejor, ni siquiera se sabe cuál es el poder dominante o si lo hay, y las fronteras de lo que vale y lo que no vale son tan porosas, establezcamos nuestras propias prácticas, nuestros propios procedimientos, nuestros propios métodos de supervivencia.

Y al igual que los rebuscadores siguen las lógicas del mundo económico contemporáneo, sigamos nosotros la lógica de esta nueva vida y adaptémonos y prosperemos nosotros también. Para ello tenemos que estar dispuestos al cambio, marcarnos objetivos sólo a corto plazo y aprender a convivir en espacios ambiguos e inciertos.

Para todos los profesionales y las personas del mundo mi mensaje es 'rebusca-t': crea tu propio sistema, inventa tu propio peaje para mejorar la circulación en este caos tan tremendo que nos ha tocado vivir.

Ahora tenemos que lidiar con nuestra nueva vida cotidiana y como ya señalaba Luka Lucic, psicólogo que estudió los efectos de la guerra, “durante épocas de cambios prolongados y radicales, las personas terminan cambiando”

“Hagamos de esta revolución una evolución” y "de la necesidad, virtud” ……

*** Olga Serrano es directora de RRHH de Costa Cruceros España y Portugal y miembro de la Asociación Española de Directores de RRHH.