El comienzo de la primavera marca cada año en el calendario un momento clave para los jóvenes estudiantes de segundo ciclo de la ESO y Bachillerato. Es el momento en el que deben tomar algunas decisiones que a priori pueden parecer poco relevantes, pero que sin embargo marcarán su futuro educativo y laboral. Deben elegir aquellas asignaturas que más les guste, donde se sientan más cómodos y que les prepare para dar el salto a la universidad.

Todos aquellos que tengan hijos adolescentes entenderán lo que digo, ya que seguramente estará siendo tema de debate en casa estos días. Lamentablemente también estarán descubriendo que las asignaturas STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths) siguen siendo bastante impopulares, y que sus hijos consideran que las matemáticas y las ciencias son aburridas o demasiado difíciles.

¿Pero, por qué siguen teniendo esta percepción nuestros hijos, y especialmente las niñas? Esta segregación vocacional en la que los chicos muestran interés por las ingenierías y las chicas se inclinan por titulaciones universitarias relacionadas con humanidades, ciencias sociales y de la salud, sigue estando todavía muy presente. Esto ha propiciado el desarrollo de numerosas iniciativas en España y en todo el mundo con el fin de fomentar las vocaciones STEAM.

Una de las más novedosas es la denominada “Alianza STEAM por el talento femenino. Niñas en pie de Ciencia” impulsada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional y a la que se han adherido casi medio centenar de empresas, organismos e instituciones de nuestro país. Fue precisamente la ministra Isabel Celaá, la encargada de inaugurar la cuarta jornada de Wake Up! Spain dedicada a la educación y la igualdad. Los debates que allí se celebraron arrojaron interesantes ideas y conclusiones, pero todos los invitados coincidieron en dos puntos fundamentales. Que estamos en un momento único en la historia de la humanidad en el que la ciencia y la tecnología están transformando el mundo, y que la diversidad de género y la innovación mejoran la competitividad.

Según la UNESCO, los perfiles STEAM son los más demandados por las empresas, y actualmente el 35% de esos perfiles son mujeres. La realidad es que vivimos un mundo cambiante donde la tecnología está transformando todos los ámbitos de nuestra vida. La digitalización de las empresas impulsada por las innovaciones como cloud computing, inteligencia artificial o 5G requiere nuevos perfiles profesionales especializados que no están llegando al mercado al ritmo que demandan las empresas. Impulsar la educación STEAM debe ser una prioridad, porque constituye un factor determinante de progreso especialmente en el momento de transformación social y económica que estamos viviendo. Y los países que apuesten por ella tendrán un puesto relevante en el panorama mundial.

En este sentido, el debate sobre el despertar de vocaciones tecnológicas y científicas en niñas y jóvenes está más vivo que nunca. La comunidad educativa ha avanzado en los últimos años, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Por otra parte, cada vez son más los referentes científicos y tecnológicos que inspiran a nuestras jóvenes y despiertan su curiosidad.

No en vano, España puede presumir de ser el país con el mayor número de mujeres en puestos directivos de compañías tecnológicas. Organizaciones como HP, Google, IBM, VMware, Microsoft, INCIBE están dirigidas por mujeres, lo que demuestra que la revolución femenina está en pleno apogeo y que el sector ha dado pasos importantes para lograr una diversidad de género real.

Por otro lado, la actualidad no les es ajena a nuestros jóvenes y todo lo que pasa a su alrededor también les influye a la hora de tomar decisiones relacionadas con su educación. Sin ir más lejos, estamos viendo cómo la covid-19 ha disparado en un 44% la demanda para estudiar Medicina en las universidades públicas españolas, pasando de 44.589 solicitudes en el curso 2019/2020 a 64.164 en el actual curso académico 2020/2021.

Entonces, ¿en qué estamos fallando? ¿Por qué las niñas siguen sin sentirse atraídas por la ciencia y la tecnología? Y lo más importante, ¿cómo puedo inspirar a mis propias hijas sin ser ingeniera, ni científica? Esto me lleva a pensar también en la labor que realizamos periodistas y consultores especializados en tecnología, ciencia e innovación. Somo muchos los que con nuestro trabajo contribuimos a visibilizar cada día este sector tan apasionante. Algunos llegamos aquí hace ya unos años sin pretenderlo, por pura casualidad. Pero todos nosotros creemos en la divulgación tecnológica. Por eso cada día creamos historia que impactan en la sociedad y contribuimos a que la tecnología nos una a todos, empresas, instituciones y gobiernos, y ciudadanos.

No soy ingeniera, ni científica, pero las carambolas del destino me llevaron hacia el mundo de la comunicación y la tecnología, una profesión que vivo con verdadera pasión. Porque lo que es seguro es que la tecnología, la ciencia y la innovación puede cambiar el mundo.

*** Palmira Muñoz es directora de Tecnología en H+K Strategies y coordinadora de #SomosMujeresTech