Análisis de la oferta y demanda del mercado profesional de las TIC, la evolución salarial y la formación.

Análisis de la oferta y demanda del mercado profesional de las TIC, la evolución salarial y la formación.

La tribuna

La promesa incumplida del empleo TIC

Ni hay muchas empresas reclamando expertos en TIC ni hay una fuerte oferta de empleo TIC

28 agosto, 2019 07:00

Faltan 10.000 profesionales TIC en España”. “Las TIC englobarán los principales trabajos del futuro”. “Los perfiles tecnológicos son los más demandados”. “Informática e Ingeniería, las carreras con mayor empleabilidad”.

Titulares como éstos acaparan, día sí y día también, los medios de comunicación especializados, saltando incluso al primer plano de los medios generalistas. Existe un abrumador consenso social, a la luz de estas noticias, de que todo lo referido al empleo relacionado con las tecnologías de la informática y las comunicaciones es sinónimo de empleabilidad, futuro prometedor y oportunidades laborales.

Ni hay muchas empresas reclamando expertos en TIC ni hay una fuerte oferta de empleo TIC

Sin embargo, se hace necesario un análisis crítico de esta versión mediática que describa, con datos fiables, comparables y confiables, la realidad del mercado laboral relacionado con las TIC. E incluso, yendo más lejos, si éstas promesas se están cumpliendo realmente.

Para ello he considerado analizar cuatro dimensiones esenciales: la oferta y demanda del mercado profesional de las TIC, la evolución salarial y la formación, cuatro aspectos críticos para determinar el comportamiento de los entornos laborales tecnológicos en España.

Oferta y demanda

Es indudable: el empleo TIC crece, y a un ritmo superior al de la media del resto de sectores. Así, el número de ocupados en el sector TIC se ha incrementado en 66.413 personas desde 2012, lo que presenta un aumento del 16,5% (Indicadores del sector TIC, año 2017, INE). Esta tendencia positiva se ve confirmada por los datos de Eurostat, que cifra en 65.000 personas el incremento en especialistas TIC, sólo en 2018. Incontrovertible, hay incremento de empleo TIC. Lamentablemente, hasta aquí llegan las buenas noticias.

Este incremento de empleo debe ser puesto en contexto, tanto nacional como europeo. Así, el número de especialistas TIC sobre el total de nuestro empleo es de un ínfimo 3,2% (Eurostat), menos de la mitad de lo que ocurre en Finlandia y Suecia y bastante por debajo de la media europea (3,7%). Y a pesar de que este 3,2% supone el mejor dato de nuestra historia, nuestra posición es la vigésimo primera entre los 35 países que analiza Eurostat. Ni siquiera lideramos el furgón de cola: somos inquilinos de pleno derecho del mismo.

Detrás de esta escasísima presencia, está el escasísimo porcentaje de empresas que ofertan vacantes tecnológicas: el número de empresas españolas que contratan –necesitan- expertos TIC no alcanza el 20%, porcentaje que desciende vertiginosamente hasta el 3% de las empresas con menos de 10 trabajadores (INE).

Ni hay muchas empresas reclamando expertos en TIC ni hay una fuerte oferta de empleo TIC. El año pasado, sólo un 11% del total de empresas españolas contrató a un experto en nuevas tecnologías (dos puntos por debajo que en 2016). Visto desde otra perspectiva, sólo un 3% del total de compañías nacionales ha declarado tener verdaderos problemas para cubrir vacantes en puestos TIC (Eurostat, INE), cifra que desciende hasta un anecdótico 0,34% para las empresas con menos de 10 empleados (INE).

Entonces, ¿de dónde surgen los titulares citados al principio? Posiblemente de interés de las grandes compañías, donde sí se advierte esta necesidad: el 16% de aquellas corporaciones con más de 250 empleados confirma estas dificultades de contratación. De todos modos, habría que entrar a concretar el tipo de dificultades y los perfiles que se persiguen. Como bien comentan desde muchas universidades politécnicas, muchas de las peticiones que les hacen llegar las empresas describen perfiles exclusivos, muy difíciles de encontrar –y cualificar- en poco tiempo; y lo que es peor, para una prestación laboral que nunca va más allá de unos meses bajo contratos de prácticas o de becaría.

Hay demanda de empleo TIC, pero muy por debajo de lo esperado y esperable

En conclusión: hay demanda de empleo TIC, pero muy por debajo de lo esperado y esperable. La oferta es muy reducida, y cuando existe, se centra en perfiles exclusivistas. Dicho de otro modo: las empresas no tienen verdaderas dificultades para encontrar especialistas TIC, porque simplemente ofertan muy pocos puestos de trabajo.

Salarios

Los salarios en el sector TIC han acumulado un aumento del 3% en el último lustro con datos disponibles (2013-2017, datos del INE). La media anual es fácil de calcular: un 0,6% de incremento anual. ¿Se trata de una buena subida salarial? La mejor respuesta es la comparativa: en el mismo periodo, la media de todos los sectores productivos superó el 4% (0,8% anual), lo que significa un 33% más de incremento medio sobre los salarios del sector TIC.

Se podría alegar que el contexto sectorial no es mimético y que habría que valorar la evolución del sector TIC en términos de ingresos y beneficios– un argumento muy socorrido entre empresas y patronales-. Pues bien, la cifra de negocios en el sector TIC aumento un 21% para dicho periodo 2013-2017: siete veces más que los salarios. Huelga hacer valoraciones más detalladas: ambas comparativas lo dicen todo.

Con tales cifras, es fácil entender porque casi la mitad de los trabajadores cualificados españoles acaban emigrando al extranjero. Sí, entre los años 2007-2017 unos 87.000 trabajadores españoles de alta calificación (título universitario o grado superior) se fueron a otros países de la UE. El segundo país de la Unión con mayor tasa de emigración de titulados (Datos de EU Mobile Workers, CEPS). Deberíamos empezar a trocar el mantra de “fuga de talento” por el de “expulsión de talento”.

Formación

Se trata de uno de los valores más apreciados, y más en una actividad tan dinámica y que requiere constantes actualizaciones competenciales. El Sector TIC siempre ha presumido de ser un lugar de trabajo donde adquirir nuevos conocimientos es más accesible y fluido, lo que acaba mejorando el desarrollo profesional y las posibilidades de crecimiento laboral. De nuevo, la realidad no describe esta impronta.

Según Eurostat, el 61% de las empresas TIC españolas imparte formación en nuevas tecnologías a sus empleados. Se trata de un dato altamente relevante, porque confirma que casi el 40% de las empresas dedicadas a las TIC no forman a sus empleados en el principal vector de su negocio, en su núcleo productivo. Parece inaudito, pero los datos aún pueden empeorar: 2018 ha sido el peor año en este aspecto desde 2014, con un descenso de 7 puntos porcentuales entre 2017 y 2018. Las empresas TIC nacionales no sólo forman poco a sus empleados, sino que cada vez los forman menos.

Esta realidad nos vuelve a asentar en el vagón de cola europeo: puesto 23 de 34 países europeos analizados, por debajo de la media europea (64%) y ampliamente superados por naciones como Chipre (65%), Estonia (67%), Croacia (72%), Bélgica (82%) o Montenegro (96%).

Si ampliamos el análisis a todas las empresas que cuentan con expertos en TIC en su plantilla –no solo a aquellas inclusas en el Sector TIC-, los resultados son aún más decepcionantes: únicamente el 48,5% de estas empresas imparten formación TIC a estos expertos (INE, 1T2018): ratio que desciende dramáticamente hasta el 36% en caso de las empresas con menos de 10 empleados (es decir, más de 62% de las pymes españolas nunca forma a sus empleados TIC). Teniendo en cuenta que más del 99% de las empresas que componen nuestro tejido productivo son PYMES, las conclusiones, otra vez, surgen solas.

En definitiva, más allá de la publicidad y los mensajes estereotipados, del empleo TIC en España, en pleno 2019, no cumple, ni de los lejos, las expectativas prometidas. Los datos así lo atestiguan: reducida demanda para el tamaño de nuestra economía, ofertas de empleo muchas veces surrealistas, salarios bajos con incrementos por debajo de la media y escasas posibilidades de desarrollo profesional a través de la formación.

Toca reflexionar a todos, empresas, patronales, medios, políticos, Administraciones Públicas y sí, también a los sindicatos, por qué la realidad laboral del supuesto empleo del futuro es tan sumamente decepcionante; por qué nuestros jóvenes STEM tienen que emigrar para conseguir un empleo acorde con sus capacidades; por qué somos incapaces de interiorizar que sin empleo TIC de calidad nuestra economía está condenada a ser de segunda división en términos de innovación, competitividad y crecimiento.

José Varela, responsable de Digitalización de UGT

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