Ante el despegue de una nueva tecnología, la diversidad de opciones, fabricantes y propuestas técnicas suele ser una constante. Es la explosión de una tendencia en auge, previa a su consolidación. Si lo prefieren, la ilusionante tempestad que precede a la calma de un mercado maduro. Sucedió así con el vídeo (VHS contra Betamax y, posteriormente, con el Blu-Ray 'vs' HD-DVD), ocurrió lo mismo con los sistemas operativos antes de la llegada de Windows y lo mismo pasó con sus homólogos para móviles antes de que se hiciera fuerte el duopolio Android-iOS. También podemos encontrar este mismo paradigma entre los navegadores web, los buscadores de Internet y un sinfín de industrias y segmentos digitales más.

Como tal, el blockchain no es una excepción a esta norma. Aunque para muchos es una tecnología compacta y única (seguramente esos mismos que piden integrar blockchain al peso, como quien escoge naranjas en un mercado, sin tener en cuenta el caso de uso o su utilidad real de negocio), lo cierto es que bajo este paraguas de las cadenas de bloques distribuidas hay muchas tecnologías diferentes que, partiendo de la misma base, son diferentes en su funcionamiento cotidiano, su rendimiento y sus posibilidades. Y lo que es peor: como sucede en todos los casos donde la técnica se diversifica en este estadio inicial, la mayoría de estos sistemas no son compatibles entre sí.

Ethereum y bitcoin son quizás las dos blockchain públicas más conocidas, venciendo la primera por su mayor eficiencia energética. Si echamos las miras hacia la blockchain privada, la batalla parece que se decanta por Hyperledger (iniciativa de la Linux Foundation con IBM e Intel de avanzadilla de sus respectivas variantes, Fabric y Sawtooth, respectivamente). Y, en el caso español, no debemos olvidar que la coalición Alastria optó por Quorum, una evolución de Ethereum creada por JP Morgan que permite hacer que determinada información solo sea visible entre las partes involucradas y no para toda la red.

Lo que resta ahora es ver cómo se va consolidando este segmento de actividad ya que, como me comentaba el directivo de Oracle, Amit Zavery, "esperamos que Ethereum y Hyperledger fabric confluyan en un futuro cercano". 

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