Todos los lectores habituales de esta columna saben que no tiendo a personalizar las críticas en una persona o empresa concretas. Salvo contadas excepciones. Salvedades como son esas declaraciones que encienden los peores ánimos de un servidor, ya sea por falsedad o por la soberbia con la que algunos sujetos las pronuncian.

Esta semana es una de esas ocasiones. En el CNIS 2018, evento que ha reunido a unos 600 profesionales de las TIC en el sector público patrio, he tenido la ocasión de escuchar a varios expertos que con mejor o peor suerte han explicado las barreras y oportunidades de la digitalización de la Administración y su compleja traslación a la ciudadanía. La mayoría de los ponentes apelaron a trabas burocráticas, se quejaron de la falta de recursos o reconocieron la necesidad de acercar las tecnologías del sector público al ciudadano de a pie. Muchos de ellos confesaron que la experiencia que el español medio tiene de la administración electrónica no es la mejor (largo y tedioso peregrinaje, como criticaron algunos asistentes). Todos salvo Borja Colón de Carvajal Fibla, jefe del Servicio de Administración e Innovación Pública de la Diputación Provincial de Castellón.

Este jurista reconvertido a experto en innovación (y bloguero de moda en su tiempo libre) puso un curioso ejemplo para defender que la culpa de que los usuarios se quejen de la mala administración electrónica era... de los propios ciudadanos. "Existe un falso mito de las generaciones nativas digitales y un problema de alfabetización digital en España. Por ejemplo, un chaval de 20 años no supo lo que era un navegador cuando vino a hablar conmigo".

Vayamos punto a punto. Primero: se trata de un caso concreto, podríamos poner miles de ejemplos de lo contrario. Segundo: muchas personas expertas en tecnología, con más formación que el propio Colón, han sido incapaces de usar cosas tan 'simples' como un certificado electrónico o el DNI-e. Tercero: el propio Borja Colón se contradecía a renglón seguido al decir que "algunas firmas comerciales sí han conseguido una experiencia de usuario de éxito". Cuarto: contradecir estudios sobre las habilidades digitales de los jóvenes sin prueba alguna, suele ser una osadía de nulo éxito.