La naturaleza ha conseguido siempre los diseños más perfectos. Los seres vivos somos mecanismos complicados, difíciles de replicar. Pero, desde el principio, los científicos se han inspirado en modelos naturales para solucionar muchos de los problemas con los que se ha ido encontrando.

En el mundo de la robótica es más que habitual encontrarse con modelos que emulan cualquier animal: pájaros, perros, hormigas, abejas… Los investigadores se han inspirado en modelos biológicos en ocasiones tan sólo por el afán de crear, en otros casos para encontrar en la naturaleza una respuesta ante un problema.

Es el caso del último modelo de la familia STAR. Tiene el tamaño de una mano, la agilidad de una cucaracha y la velocidad de natación de un lagarto. Se llama AmphiSTAR y es el último modelo anfibio que han desarrollado en el Laboratorio de Robótica Médica de la Universidad de Ben Gurion (BGU) en Israel.

Este nuevo robot anfibio es un todo terreno. Capaz de desplazarse sobre terrenos rugosos, de hierba, graba o cemento, a una velocidad de hasta 6 km/h. Y también de flotar y nadar sobre el agua a una velocidad de 5 km/h.

Su capacidad anfibia se consigue gracias a las cuatro hélices que tiene en la parte inferior. Un mecanismo “inspirado en las cucarachas” permite expandir las hélices cuando entran en contacto con el agua y actúan como aletas para impulsar al robot. Dos tanques de aire permiten que AmphiSTAR pueda flotar en el agua “y que imite el movimiento del lagarto basilisco”.

Se trata de un prototipo diseñado para aplicaciones agrícolas, donde haya que excavar, o de salvamento o búsqueda y rescate “donde se requiera desplazarse reptando o nadando”.