Súbito, repentino, inesperado, precipitado e impetuoso. Así fue y sigue siendo el impacto del COVID-19, la mayor pandemia sufrida por varias generaciones, en nuestras vidas, formas de relacionarnos y, también, de entender el trabajo. Hasta tal punto de que algo que parecía imposible, como mandar a millones de profesionales a trabajar desde casa, se ha convertido en la norma (y por tiempo indefinido). 

Tendencia que en Cisco han vivido en primera persona, tanto como destinatarios como proveedores de esa tecnología que nos ha permitido adaptarnos a la nueva nueva normalidad. Sin ir más lejos, el tráfico de su herramienta de colaboración, Webex, ha pasado de 7.000 millones de minutos al mes en febrero a triplicarse hasta los 25.000 millones en abril. 500 millones de personas, que se dicen pronto, se han conectado a reuniones virtuales el pasado mes, incluyendo los hospitales de campaña instalados en España, colegios e infraestructuras críticas.

"Nadie nos hubiera dicho hace seis meses cómo ha cambiado fundamentalmente nuestra forma de trabajar", ha reconocido Chuck Robbins, CEO de la multinacional, en el evento Cisco Live de esta semana. "Hasta ahora todo ha funcionado correctamente, pero hay que ir más allá en la tecnología, porque esta es la oportunidad perfecta de construir infraestructuras y arquitecturas más robustas, modernas, automatizadas y capaces de gestionar mejor el tráfico y los servicios cloud de cara al futuro".

Se trata de una apelación muy directa a varios campos, pero concretamente a dos, la seguridad y la inteligencia artificial, que pueden marcar la diferencia entre una solución apresurada para salir del paso de esta crisis y un verdadero despliegue TIC que posibilite el teletrabajo a gran escala. 

En el primero de los aspectos, el de la seguridad en las comunicaciones, el más duro ha sido Javed Khan, máximo responsable de Webex, quien ha cargado con fuerza contra otras opciones populares estos días, como Zoom: "Nuestros competidores sirven para hacer yoga o para la hora feliz, pero para hacer negocios necesitas seguridad. Seguridad que esté en el núcleo del servicio, no como una simple capa encima", ha explicado. "Tienen que ser soluciones 100% seguras, de extremo a extremo, incluso si usas una versión gratuita". Curiosamente, y coincidiendo con estas palabras, Zoom anunció que también encriptará las reuniones gratuitas, algo a lo que se había negado hasta ahora.

Por su parte Cisco no se ha quedado atrás: pese a ser reconocida como una de las alternativas de colaboración más seguras del mercado (a costa, en parte, de una mejor experiencia de uso), Webex ha incorporado encriptado AES de 256 bits -el ratio más alto que hay- a toda su cartera de productos, así como ha extendido sus funciones de prevención de pérdida de datos y eDiscovery a todos sus encuentros virtuales.

En  el segundo de los terrenos, el que tiene que ver con la inteligencia artificial, Cisco busca posicionar esta tecnología como un valor añadido frente a soluciones parecidas de categoría empresarial, tal es el caso de Microsoft Teams. Así se entiende, por ejemplo, el lanzamiento de Webex Assistant, un asistente digital por voz que controla diferentes aspectos de las comunicaciones, incluyendo la recogida automática de información o la reseña de los momentos clave de una conversación.

Más allá de la colaboración en si misma, Cisco también ha rebautizado su división de seguridad (Cisco Secure) en base a su nuevo paraguas de soluciones, llamado Secure X. Se trata de una plataforma donde integrar todos los servicios de seguridad de la propia Cisco y de terceros, cubriendo las redes, endpoint, aplicaciones y desarrollos cloud de manera simple y en gran parte automatizada.

La firma norteamericana también ha anunciado una extensión de su DNA Center dedicado a los espacios físicos, con los que poder monitorizar el uso de las salas de reuniones o de puestos de trabajo en base a los dispositivos conectados al WiFi, además de dotar de más visibilidad a los objetos conectados a la red dentro de estas instalaciones.

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