Sin novedades discursivas, pero con una aura más moderna y renovadas caras entre los ponentes, Santander ha vuelto a servir de telón de fondo para abrir el curso tecnológico con el 32º Encuentro de Economía Digital que organiza la histórica patronal AMETIC.

Con cifras de asistencia similares a las del curso pasado, el evento no sobresalió por reclamaciones más allá de pedir más inversión pública o fomentar el talento digital. Además, este año, la agenda del encuentro languidecía por la ausencia de grandes corporaciones en favor, no sabemos si intencionadamente o por necesidad, de startups más o menos pujantes, pero desconocidas para el gran público. Entre las excepciones, encontramos las intervenciones de José Luis Sancho, managing director Accenture Digital, y de Antonio Budia, COO de Microsoft España.

Sancho apeló durante su intervención a la necesidad de impulsar la transformación de la industria hacia las nuevas tecnologías digitales, incluyendo el IoT o el blockchain, y también hizo una interesante reflexión a propósito del delicado equilibrio entre lo viejo y lo nuevo en estas lides. "Debemos equilibrar constantemente los recursos dedicados a los procesos  tradicionales frente a las necesidades de inversión en las nuevas oportunidades digitales, sincronizando la innovación, la creación de eficiencias y el crecimiento de nuevos negocios", explicó. Por su parte, Budia apeló a la inteligencia artificial como el próximo gran disruptor. "En 2020, el 85% de las empresas del mundo estarán aplicando soluciones de inteligencia artificial, lo que supondrá un incremento del volumen de negocio de un billón de euros", destacó.

El nuevo Gobierno

El encuentro de Santander sirvió también como la alfombra roja -nunca mejor dicho- para la puesta de largo de los nuevos cargos del Ejecutivo en materia TIC. Un cambio de Gobierno que, a la espera de la materialización de sus primeras iniciativas, obtiene el aprobado unánime del Respetable. Cierto es que para superar la era Nadal-Lassalle no hacía falta demasiado (el primero optaba por chistes machistas para explicar la falta de talento digital y el segundo mostraba un desánimo por el sector solo comparable al de un gato por su dueño).  Pero tanto la ministra de Industria, Reyes Maroto, como el secretario de Estado de Avance Digital -Francisco Polo- o el director de Red.es, David Cierco, superaron con creces las expectativas para un Ejecutivo recién constituido como éste.

Maroto se mostró especialmente combativa en lo que tiene que ver con el cambio de modelo productivo hacia una economía sostenible basada en lo digital ("los datos son un recurso estratégico y se han convertido en el activo de más valor de las organizaciones", llegó a decir), si bien empañó su intervención con las insinuaciones de una posible 'tasa Google' que, en opinión de la patronal, sería un "tremendo error" y un freno para las inversiones de multinacionales tecnológicas en nuestro país. 

Francisco Polo se reafirmó en la idea de convertir España en una 'startup nation' y anunció la segunda convocatoria de programas piloto basados en 5G, aunque obvió dar datelles sobre la iniciativa que adelantó a INNOVADORES antes dela moción de censura: el programa Bandera. Y, a su vez, Cierco sacó pecho del plan de smart cities que, junto al de territorios inteligentes, ha movilizado ya 200 millones para la transformación digital de nuestro entorno más inmediato. Ahora queda pasar de las buenas palabras a los hechos, aunque a juicio de Pedro Mier -presidente de AMETIC, eso no debería preocuparnos. "Históricamente, los gobiernos socialistas han invertido más en tecnología", explicitó el directivo.
rn