Barcelona

Los robots sustituirán tareas pero no puestos de trabajo. Hay muchísimas acciones en las que serían capaces de dar apoyo a los profesionales sanitarios. Por ejemplo, en la logística hospitalaria, en tareas relacionadas con recoger ropa o hacer las camas en áreas donde se han tratado pacientes con infecciones complejas".

"También podrían ser parte de los equipos de asistencia domiciliaria y un apoyo al personal de los centros de convalecencia o residencias de personas mayores, donde ayudarían a vestirse o a comer a las personas que lo necesitaran”, explica Carme Torras, matemática y escritora, profesora de investigación del CSIC y jefe del grupo de investigación en Percepción y Manipulación del Instituto de Robótica e Informática Industrial en el CSIC-UPC.

El objetivo principal de las investigaciones que lidera Torras, galardonada el 26 de octubre pasado con el Premio Nacional de Investigación exaequo 2020 por la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI), son los robots asistenciales dotados de inteligencia artificial, especializados en prestar apoyo en el cuidado de las personas de mayor edad o en centros hospitalarios.

Actualmente, el equipo que lidera Torras está centrado en desarrollar el proyecto europeo Clothilde, uno de los programas de investigación e innovación Horizonte 2020 para el período enero 2018 – diciembre 2022, que ha sido prorrogado hasta diciembre de 2023 a causa de la pandemia.

Clothilde está liderado por el IRI (Instituto de Robótica e Informática Industrial, CSIC-UPC) y ha recibido un apoyo económico que roza los 2,5 millones de euros. El programa quiere sentar las bases de la manipulación versátil de ropa a cargo de robots.

Carme Torras con Clothilde.

“Hoy en día es relativamente sencillo conseguir que un robot manipule un objeto rígido. Bastan tres coordenadas de posición y tres más de orientación para situarlo en el espacio. Pero en el caso de objetos que cambian de forma, como la ropa, tienen infinitas dimensiones de configuración”, comenta Torras.

El proyecto europeo pretende vincular el aprendizaje automático con los métodos de topología computacional, para llegar a un marco general que permita a los robots aprender a manipular prendas a partir de demostraciones humanas. “Lo estamos consiguiendo. Ya tenemos prototipos de robots capaces de poner manteles en las mesas, plegar ropa o ayudar a personas con movilidad reducida a vestirse o comer”, anuncia Torras. Según la tarea encomendada, se utilizan robots con uno o dos brazos.

“En el proyecto Clothilde estamos desarrollando tres aplicaciones: una de ellas es ayudar a vestir a las personas; otra está diseñada para los espacios logísticos que reciben devoluciones de prendas procedentes de la venta por internet y, en este caso, los robots las volverán a plegar y embolsar correctamente para retornarlas al circuito comercial", explica Torras.

"Y una tercera –añade–, enfocada a la logística hospitalaria, donde ayudaran en las tareas de hacer las camas y recoger ropa usada. Es importante esta actuación en un espacio hospitalario, donde el trajín de ropa de todo tipo, alguna infectada, es ingente”.

Laboratorio Abierto de Robótica Asistencial

En cuanto a asistencia domiciliaria, los robots serán la avanzadilla de los equipos sanitarios. “Ya ahora serían capaces de localizar un domicilio, llamar al timbre, coger el ascensor y, una vez en el domicilio, recopilar datos del paciente, que enviaría a los equipos médicos para que la intervención fuera mucho más eficiente”, apunta.

En este sentido, el equipo de Torras está a punto de presentar en Cataluña el proyecto Laboratorio Abierto de Robótica Asistencial, que verá la luz a principios del próximo año y en el que colaborará el CSIC, que ya ha mostrado interés en formar parte.

A través de él, pretenden aglutinar a todos los actores del sector para impulsar esta iniciativa. “Nosotros hacemos investigación en algoritmos de percepción, manipulación y aprendizaje, pero no desarrollamos los robots. Necesitamos que las empresas se impliquen en la producción para que la tecnología llegue a los usuarios, que en este caso son tanto cuidadores como pacientes”.

Los resultados obtenidos en estos años de investigación por el equipo de Torras permiten ser optimistas respecto a la viabilidad de los robots asistenciales. “Junto con el hospital Parc Sanitari Pere Virgili, de Barcelona, estamos estudiando la posibilidad de adaptar unos pequeños brazos robot para que puedan dar de comer a distintos tipos de pacientes”, afirma.

Pero quieren ir más allá, hacerlos más flexibles, y los han dotado, además, de una cámara y de un sensor en la muñeca para que el brazo robótico sea capaz de adaptarse a cualquier circunstancia. “Por ejemplo, que dé de comer solo cuando observe que la persona tiene la boca abierta, o que si ésta muerde la cuchara, no tire con fuerza para sacarla de la boca porqué la podría dañar. Hay multitud de condiciones diferentes en los usuarios y queremos abarcarlas todas las posibles”, concluye Torras.

La innovación es un hecho. Sólo falta dar el salto a la producción y comercialización. “Podemos hacer ya la transferencia tecnológica para construir unidades productivas”. La industria tiene ahora la última palabra.

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