España es la décima potencia en publicaciones científicas en el mundo. Sí, este es un dato muy positivo, pero falta dar un paso más para que todo este conocimiento se traslade a la industria y así se generen nuevas empresas, empleo y riqueza. Es una asignatura pendiente en la que España ya ha empezado a trabajar. Aunque se crean muchas empresas emergentes y hay un gran número de emprendedores en nuestro país, ha llegado el momento de “dar el salto” y transformar startups en medianas empresas para lograr un tejido productivo más innovador y con más valor añadido.

“El siguiente reto del emprendimiento en España es favorecer que las startup más exitosas crezcan y se conviertan en grandes empresas tecnologías. Debemos seguir trabajando para que haya emprendedores, pero también hacer todo lo posible para estos se conviertan los líderes de las grandes empresas que definan el futuro de nuestro país”, nos cuenta en esta entrevista el químico Javier García.

Javier García sabe de lo que habla. Tras fundar su empresa Rive Technology que aplica nanotecnología a la industria química, la vendió el año pasado a una de las grandes multinacionales del sector, la estadounidense W.R. Grace. Además, es un reconocido científico que acaba de ser elegido para presidir la Unión Internacional de Química y que preside la Academia Joven de España. Además, su compromiso por el fomento del emprendimiento y el talento joven en nuestro país, queda de manifiesto con la creación del programa Celera que fundó con parte del dinero que recibió al ganar el Premio Jaime I en Nuevas Tecnologías y del cual ya se han beneficiado 60 jóvenes españoles

Con este bagaje, García incide en que ahora es el momento de aprovechar los nuevos fondos de reconstrucciones europeos y las diferentes iniciativas estratégicas europeas, como el Green Deal y la apuesta por la digitalización, para transformar el tejido empresarial español, fomentando su crecimiento. “Nuestra capacidad de atraer y aprovechar estos fondos va a depender de ser capaces de crear proyectos ilusionantes y colaboraciones público-privadas capaces de transformar el tejido productivo de nuestro país”.

“Las empresas del IBEX son la primera división de la economía española; pero necesitamos fortalecer la segunda división para tener tejido intermedio más resiliente y competitivo”, explica Javier García con esta metáfora. En la actualidad, existe una cierta “atomización” de estrategias y lo que haría falta, en su opinión, sería un “gran plan nacional para poner una ‘alfombra roja’ a los emprendedores con los mejores proyectos de forma que pueden crecer y convertirse en proyectos empresariales que refuercen la segunda división de nuestro sistema productivo”.

Nuestra capacidad de atraer y aprovechar estos fondos dependerá de que seamos capaces de crear proyectos ilusionantes y colaboraciones público-privadas

Para lograr esta transformación de startup a mediana o gran empresa es necesario disponer de Venture capital, o fondos de capital riesgo, que no sólo apuesten por las primeras etapas de la creación empresarial con capital semilla. En los últimos años estamos viendo que cada vez tenemos más fondos de crecimiento con los recursos y los equipos necesarios para que las empresas emergentes puedan desarrollar todo su potencial.

Cómo transformar el sistema

Otro de los aspectos en los que hay centrarse es en transformar el sistema de ciencia e innovación español. “Buena parte del tiempo de cualquier investigador en España se pierde en burocracia”, reconoce el actual director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular (NANOMOL) en la Universidad de Alicante. Esto, en su opinión, no solo “hace menos atractivo el sistema”, sino que, además, “aleja a los jóvenes de la investigación y de la ciencia”.

Y este fue uno de los motivos para crear la Academia Joven. “Es cierto que investigar en España es difícil, que tenemos menos recursos que nuestros vecinos europeos. Pero si el mensaje que se traslada es ‘en España no se puede hacer ciencia’, vamos a perder mucho talento que podría ayudarnos a resolver los grandes retos que tenemos por delante”, advierte García.

Así, aunque comparte el hecho de que en España los jóvenes investigadores tienen unas condiciones precarias, Javier García destaca que desde la Academia Joven intentan cambiar el mensaje que se traslada la juventud por algo más positivo. “Cada año se eligen 10 investigadores de la máxima calidad de todas las ramas del conocimiento para nombrarles académicos. El objetivo es que los jóvenes tengan referentes españoles que estén haciendo investigación de la máxima calidad, aunque sea con mucho esfuerzo y muchas dificultades”.

La innovación y la tecnología van de personas y no máquinas. Son las personas las que producen el cambio, no la tecnología

En 2014 este joven investigador recibió el Premio Jaume I en Nuevas Tecnologías. Este galardón supone un premio económico de 100.000 euros, una cantidad con la que fundó Celera, una “aceleradora de personas”. ¿Por qué alguien destina su premio en crear una entidad como Celera? La respuesta define muy bien el modelo por el que se rige Javier García: “Creé Celera porque me hubiera encantado tener algo así cuando era más joven. Cuando me dieron el premio, pensé: ‘Ojalá hubiera tenido yo este apoyo’ y no lo pensé dos veces. Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”.

“La innovación y la tecnología van de personas y no máquinas. Son las personas las que producen el cambio, no la tecnología”, subraya García. Este investigador se muestra convencido de que, si se aspira a tener un país basado en la innovación, “lo que tenemos que hacer es apoyar el talento”.

En España, puntualiza García, se tiende a preguntarse ‘qué habría que hacer’ o, incluso, a proponer lo que habría que hacer, pero es el momento de superar esta actitud y decir “qué estoy haciendo yo”. Es hora de dejar atrás el discurso en el que “se dan ideas o se desahoga uno quejándose del gobierno de turno y pasar a ejecutar proyectos, aunque sean pequeños como Celera o la Academia Joven”.

No hay que menospreciar los efectos y los logros que se consiguen con pequeñas iniciativas. Javier García destaca que las “cosas increíbles” que han ocurrido en Celera. Una de las últimas muestras del trabajo de estos jóvenes se dio durante la pandemia por la Covid-19, al crear el primer respirador médico aprobado por las autoridades españolas y que ahora está en funcionando en hospitales de Latinoamérica. “No hay inversión más rentable que la apuesta por el mejor talento”, apostilla Javier García.

Química

En la actualidad es presidente electo de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) hasta 2021 (en el bienio 2022-2023 será el presidente). Después de 100 años de existencia de esta entidad es la primera vez que un español ocupa el cargo de presidente electo y esto es un reconocimiento a la química española y al papel “tan importante” que desempeña en este sector, en el ámbito científico y en el industrial, en el mundo.

“Somos la novena potencia en publicaciones científicas en química y en nuestro país la industria química es el 5,8% del PIB y genera 700.000 puestos de trabajos”. Con estas cifras en la mano, García reivindica que España es una “gran potencia científica e industrial en química”.

Finalmente, este joven científico y emprendedor español recuerda el papel que los químicos están desempeñando en la lucha contra la pandemia desde la producción de los desinfectantes, materiales y medicamentos que nos ayudan a defendernos del coronavirus al desarrollo de las nuevas vacunas. “La química nos ayuda a luchar contra las enfermedades y tiene un papel clave en la lucha contra el cambio climático y la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible”.

La innovación, la tecnología y la ciencia van de la mano y son fundamentales para transformar España y su tejido productivo, ahora que se pueden disponer de fondos para ayudar en esta ardua tarea. Pero más allá de estos ámbitos, hay personas, hay talento, al que deberíamos escuchar no para tener ideas, sino para ejecutar y poner en marcha las iniciativas que logren esa transformación.

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