En concreto, Forman, que trabaja en el grupo de investigación Tangible Media del profesor Hiroshi Ishii, utilizó una impresora 3D "estándar y económica" para producir láminas y geometrías 3D complejas con una estructura similar a la de un tejido con patrón de 'glob-stretch' producido por la subextrusión. Cuando una impresora 3D subextrae material produce huecos en el material generando "un textil flexible y elástico con una aparente urdimbre y trama" como si fuera "una tela de jersey de malla", explica.

Con sus primeros intentos de subextrusión, el investigadro recuerda que le "molestaba que los defectos producidos eran perfectos y periódicos", pero tras empezar a "jugar" con ellos "a doblarlos, estirarlos" detectó que lo que tenía entre manos era un textil  "se parece, se siente, se dobla y se imprime muy rápido".

Aplicaciones

DefeXtiles puede utilizarse para crear prototipos y personalizar diseños de moda, pero entre las futuras aplicaciones, destaca Forman, se incluyen "una malla quirúrgica impresa en 3D con propiedades mecánicas afinables". Así, el investigador subraya "lo inmediatamente útil que puede ser para muchos fabricantes".

Y esto es porque, a diferencia de otros trabajos, "al no necesitar ningún software o hardware personalizado, sólo una impresora relativamente barata de 250 dólares, el tipo de impresora más comúnmente utilizada, hace que esta técnica sea realmente accesible para millones de personas".

"Prevemos que los materiales del futuro serán dinámicos y computacionales", dice Ishii. "Lo llamamos 'Átomos Radicales' y DefeXtiles es un excelente ejemplo, un material programable que emula las propiedades de los materiales existentes y va más allá. Podemos tocarlos, sentirlos, usarlos e imprimirlos".

El nuevo tejido puede ser cosido e, incluso, pegado con calor como un parche de hierro. Así, el equipo de investigación ha impreso los textiles usando muchos materiales comunes de impresión 3D, incluido un filamento conductor, para producir una lámpara que puede encenderse y atenuarse tocando los pliegues de la pantalla de la lámpara. Los investigadores apuntan que, usando otros materiales base o aditivos, podrían producirse textiles con propiedades magnéticas u ópticas, o más biodegradables usando algas, granos de café o madera.