Coger un vaso, abrir un tapón de rosca, lavarse los dientes o abrir una puerta. Todas son  acciones sencillas, que hacemos a diario casi de manera mecánica y a las que no les damos importancia. Pero para las personas con movilidad reducida en las manos – por un problema neurológico o fisiológico – llenar un vaso de agua y beber puede ser muy complejo. Afortunadamente la medicina se alía, una vez más, con la tecnología para cambiar la vida de estas personas.

Exoesqueletos. Guantes robóticos. Son términos que ya no nos resultan extraños, pero siempre los asociamos con costosas prótesis mecánicas hechas de metal y cubiertas de cables. Flick, el “exoguante” desarrollado en la Universidad de Alicante rompe radicalmente con esa idea. Esta concebido no para sustituir la función de la mano sino, todo lo contrario, para ayudarle en sus tareas.

Este guante robótico, que ya cuenta con patente, está fabricado con un material flexible y resistente a líquidos. Una de sus grandes ventajas es que está diseñado para ser impreso en 3D, lo que permite “autofabricar y personalizar” el guante para cada paciente e imprimirlo en cualquier lugar del mundo por un mínimo coste.

Innovación sanitaria y diseño aliados para conseguir este exoguante ligero, transpirable y económico. El prototipo s obra del Grupo de Diseño en Ingeniería y Desarrollo Tecnológico (DIDET), desde el laboratorio ArtefactosLAB de la Universidad de Alicante.

Su objetivo no es otro que “ayudar a aquellas personas que presentan un tono muscular bajo o nulo debido a trastornos neurológicos, patologías crónicas o cualquier tipo de accidente que haya dejado la mano sin movilidad”, como explica el investigador e ingeniero de la UA Javier Esclapés.