Madrid

Tras un 2020 convulso, el presente curso ha sido el de la recuperación sólida de la inversión en tecnología por parte de las empresas y administraciones de España. Tanto que hasta las propias firmas de análisis del sector, como IDC, tuvieron que revisar sus previsiones al alza hasta considerar un crecimiento del gasto del 4,4% a causa del auge de la nube y la crisis del silicio. Pues bien: la tendencia parece imparable de cara a 2022 y seguirá siendo una constante de cara a los próximos años.

En 2022, la inversión que se destinará a tecnologías de la información en nuestro país ascenderá hasta los 52.900 millones de euros, un 1,7% más que el presente ejercicio. Y, de cara a 2024, el incremento anual se situará en torno al 2,2%, de acuerdo a los datos que la misma IDC ha facilitado. 

Dos son las claves de este buen latido de lo digital en nuestra economía. La primera, una mayor decisión de las pymes a la hora de impulsar este proceso transformador: las pequeñas y medianas empresas patrias destinarán 7.510 millones de euros a estos procesos de digitalización, un 3% más que en 2021 y seguirán haciéndolo a una tasa del 5,7% de cara a 2024. 

¿Tiene algo que ver en estas previsiones iniciativas como el 'Kit Digital' recientemente presentado por el Ejecutivo? "Cualquier propuesta que vaya dirigida a digitalizar a las pymes es siempre positiva. Pero hay un problema de comunicación si lo reducimos solo a crear páginas web y tiendas online, como ha sucedido en el pasado", destaca José Antonio Cano, director de Análisis e Investigación de IDC España, a pregunta de D+I.

¿La segunda? Una migración masiva a la nube pública que sirve de catalizador para que el resto de los segmentos tecnológicos hagan suyos estos datos de excepción en 2022. De nuevo, con los datos en la mano, lo que nos encontramos es que el gasto destinado a la 'cloud' pública crecerá un espectacular 21,4% cada año entre 2022 y 2024 en España, de los actuales 2.252 millones a casi el doble, 4.025 millones de euros.

Nube pese a todo

El 90% de las empresas españolas usará la nube en 2023 en alguna de sus capas, de las que el software como servicio (SaaS) seguirá siendo la de mayor peso (1.199 millones de euros el próximo año, aumentando a los 1.610 en 2024, a un 16,4% de tasa anual), si bien la infraestructura y la plataforma como servicio están viviendo crecimientos mucho mayores.

"La pista de despegue de la transformación digital", ha llegado a tildar este segmento José Antonio Cano. Y no es para menos: la adopción masiva de la nube está impulsando la inversión en infraestructura a una tasa del 30,3% interanual. También los servicios de ciberseguridad en la nube impulsarán al global de esta área de inversión, hasta los 1.749 millones de euros en 2022, un 7,7% más que el pasado curso. 

Hay más indicadores que resaltan esta importancia de la nube como catalizadora del resto de la industria tecnológica: el 48% de las empresas españolas ya tiene un repositorio principal de datos en el 'cloud' (normalmente relacionado con copias de seguridad o 'backups'). Y el tirón de los hiperescala, con su desembarco en Europa y España en particular, se está haciendo notar y seguirá haciéndolo con creces en los próximos años.

Al calor de este buen momento, pero también de la crisis de los semiconductores -que no se resolverá hasta principios de 2023-, la facturación de otros nichos de negocio como los dispositivos (una 'commodity' con datos normalmente planos o negativos) crecerán a un dato del 1,2% a corto plazo (a medio plazo ya se normalizará la situación con una tasa negativa del 2,8%) o el software (+6,6%) se verán beneficiados.

Todo ello pese a que la nube enfrenta una amenaza en ciernes a su propio modelo de base: la repatriación de muchas de las cargas que se movieron en primera instancia, de vuelta a los centros de datos tradicionales. No son pocas las compañías que se han visto decepcionadas con el rendimiento y, especialmente, el coste de los servicios de 'cloud' pública. Y es ya una realidad bien conocida por los grandes proveedores del sector, quienes buscan estrategias para orquestar estos despliegues gestionando bien las expectativas.

"Muchos de estos sobrecostes están causados por un mal uso de la nube o por una mala elección de los casos de uso", reconoce Cano. "Por eso, las empresas necesitan tener una visión consolidada de sus gastos en la nube y se impulsará la responsabilidad financiera para evitar repatriaciones de cargas de trabajo a los centros de datos propios. Y, para 2023, el 80% de las empresas españolas emplearán este concepto de FinOps, ya sea con una figura propia o a través de los mismos proveedores de servicio".

Inteligencia artificial por doquier

Hay mucho más caviar en un plano mucho más terrenal, y está escondido en forma de inteligencia artificial. Un mercado todavía residual en España (IDC lo cifra en apenas 500 millones de euros actualmente) pero que está viviendo su edad de oro, con crecimientos anuales del 25,2%, "triplicándose la inversión en los últimos tres años", como relata José Antonio Cano. Y lo que es más: con la perspectiva de que en Europa está viviendo también una época de esplendor, con 52.642 millones de euros movidos en 2020 y la esperanza de que, a un 17% de tasa de incremento anual, lleguemos a los 115.279 millones en 2025.

Entre otros muchos casos de uso, más allá de la automatización robótica de tareas (RPA) y el ya manido 'contact center', encontraremos el análisis de sentimiento como forma de influir en el comportamiento de empleados y clientes. Tanto que IDC predice que dos terceras partes de las marcas de consumo usarán estas tecnologías para entender mejor y, digámoslo así, manipular a los consumidores para sacar más provecho económico.

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