En los últimos años, el concepto de ‘industria 4.0’ se ha convertido en todo un mantra de la revolución digital que vive el sector manufacturero. El padre de este término es Henrik von Scheel, asesor de una treintena de gobiernos en estas lides -incluyendo potencias como  la Alemania de Angela Merkel- y una de las voces más autorizadas en estrategia y competitividad según el Financial Times. 

"La cuarta revolución industrial es la confluencia de tres mundos juntos -el físico, el digital y el industrial- que a su vez se sostiene sobre las tres transformaciones previas, aunque en este caso es la disrupción más grande de la historia y es exponencial. Cambia nuestra economía, cambia la forma en que interactuamos, en cómo consumimos productos... en definitiva, cada aspecto de nuestra vida", explica von Scheel a INNOVADORES, durante su participación en la reciente cita de Advanced Factories. "Yo he identificado varios cambios de paradigma relacionados con la industria 4.0. Una de ellas es la innovación exponencial, con 17 tecnologías diferentes como la inteligencia artificial o la impresión 3D en diferentes grados de madurez y que irán entrando en los entornos de fabricación conforme las empresas se den cuenta de cuánto necesitan usarlas. ¿Para qué? Para obtener excelencia operativa, costes más bajos, entregar un mejor servicio, aumentar el rendimiento u ofrecer un mayor valor. Pero también hay un cambio fundamental que se debe enfrentar que es en el área funcional y estratégica, que es donde España más tiene que aprender".

En su llamada a la acción al tejido productivo patrio, Henrik von Scheel aprovecha para recalcar la importancia del capital humano en esta clase de procesos: "Alemania necesita a España más que a la inversa. Pero España no está aprovechando su oportunidad, que la tiene por talento y por capacidades. Pero estáis poniendo el foco en desarrollar nuevas tecnologías, que en muchos casos ya están desarrolladas en otros países. No hace falta reinventar la rueda, sino encontrar segmentos y áreas donde pueda ofrecerse un alto valor añadido. Y para eso lo que hace falta es diseñar estrategias claras, conectando a los profesionales de distintas especialidades como al financiero y el director de planta. Generar la confianza mutua para colaborar juntos, incluso hacia fuera de la propia empresa, evitando ese miedo a que el de al lado te copie".

¿Y en qué lugar podremos encontrar una fortaleza con la que salir adelante en este competitivo contexto? Von Scheel pone un ejemplo a lomos de uno de nuestros pilares económicos: la agricultura. "Pongamos el caso de las abejas. Ahora mismo, los agricultores producen miel y la comercializan al uso. No hay un gran margen de beneficio ahí. Pero la cosa cambia si en vez de eso promovemos un modelo de producción local, de modo que enviamos a Alemania unas abejas que creen una colmena. La abeja reina la vamos trasladándo de colmena en colmena. Lo que hemos creado es un sistema de licencia, en el que capitalizamos el valor del proceso y dejamos a terceros la ejecución", explica Henrik, al mismo tiempo que admite que es un ejemplo "estúpido" pero en el que tenemos mucho que leer entre líneas: "No estoy diciendo que haya que invertir en abejas, obviamente. Lo que digo es que hay que pensar estratégicamente. No sólo España sino toda Europa se quedó dormida en la era de internet, la siguiente gran ola puede venir de las proteínas como almacenamiento de datos, de la computación cuántica... Hay muchos terrenos específicos donde deberíamos estar invirtiendo, de forma proactiva. Y para eso hace falta un cambio de mentalidad empresarial, pero también de los políticos que puedan establecer esa dirección".

Sexta extinción

Cuando Henrik von Scheel habla de varios cambios de paradigma asociados a la industria 4.0, uno de los más relevantes es el que tiene que ver con el cambio climático y la sostenibilidad del modelo de consumo. Estos aspectos, que no figuran en la agenda de las fábricas salvo por motivos de responsabilidad corporativa, son fundamentales para este experto a la hora de trazar las líneas de futuro de este sector: "El cambio climático tiene implicaciones claras en la forma de producir y consumir, corrigiendo ese consumo excesivo que nos obliga a la extrema productividad para poder abastecer a la población. En última instancia, si no tomamos un enfoque proactivo, podríamos vernos abocados a una sexta extinción masiva", defiende el experto.

Al introducir estos elementos en la ecuación, confirmamos con von Scheel que la industria 4.0 extiende sus tentáculos mucho más allá de la pura tecnología, hasta abordar incluso una redefinición del modelo de productividad que venimos explotando desde hace siglos. "Nuestro nivel de productividad se basa en las reglas de Adam Smith. ¿Estamos de broma? Estamos utilizando reglas de tiempos antiguos para modelos económicos completamente nuevos. Hay que repensar el nivel de actividad. Estamos viendo cómo hay países, incluso antes de la crisis del coronavirus, que no estaban logrando aumentar su productividad. Y la solución parece ser sacar más gente cualificada de la universidad. Pero queda claro que no entienden el problema: no importa cuánta gente salga de la universidad, sino cuán productivos serán. Y ahí es donde es patente que tenemos que romper los silos, trabajar juntos para competir", afirma von Scheel.

El papel o la realidad

Henrik von Scheel asesora "cada año a seis u ocho países" que quieren subirse a la ola de la revolución industrial de nuestros tiempos. Pero este experto advierte: una cosa es querer y otra es poner los mecanismos adecuados para que sea una realidad. "Muchos de los gobiernos que me contactan solo quieren tener un papel, un documento que les de unos pocos consejos. Eso es una pérdida de tiempo. Yo lo que exijo para comprometerme, como hice con Alemania, es implicarme de verdad en el proceso de transformación. En algunos casos, dedico seis semanas en hablar con las personas implicadas en la toma de decisiones pública para analizar su competitividad, las implicaciones en áreas como la energía... Intento hacer partícipes a todos los agentes relevantes".

 Sin afán de protagonismo, la labor de consultoría  humana resulta fundamental en virtud del criterio de von Scheel, que rechaza a aquellos que promulgan recetas mágicas para situarse en la vanguardia de la ola de innovación. "Cualquier documento no sirve como un programa modelo, algo que puedas comprar y copiar en otro país. En los últimos tiempos hemos externalizado el conocimiento, pero para aprovechar estos tiempos de cambios es necesario volver a pensar por nosotros mismos. El ser humano está más que nunca en el centro de la ecuación, en el punto de mira del proceso", rememora el experto, en una particular vuelta al hombre como la máquina por excelencia.