Rodrigo García es el co-CEO y cofundador de la startup Notpla.

Rodrigo García es el co-CEO y cofundador de la startup Notpla.

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El creador de los envases comestibles de algas se inspira en el pasado para enfrentarse al lobby del plástico

El referente 'foodtech' europeo Rodrigo García (Notpla) estará en ftalks'21, que arranca este jueves. Just Eat y Roland Garros utilizan sus productos.

12 octubre, 2021 02:18

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La ciudad de Valencia acogerá esta semana -14 y 15 de octubre- las propuestas más disruptivas del sector foodtech en una nueva edición de ftalks Food Summit, impulsada por KM ZERO Food Innovation Hub.

El emprendedor Rodrigo García -referente en Europa en esta disruptiva industria- estará presente en el evento que, entre otros asuntos, tratará de dilucidar qué materiales están llamados a sustituir al plástico en un futuro no tan lejano.

García es cofundador y co-CEO de Notpla, una empresa con sede en Londres que se ha marcado como objetivo hacer desaparecer los envases de plástico. El empresario es consciente de que no será tarea fácil. Al menos con el actual sistema que se resiste a sustituir un material que ha recibido cuantiosas inversiones para su desarrollo por parte de grandes industrias.

Su producto Ooho! es un envase comestible hecho a base de algas que puede contener agua o cualquier otro líquido. Actualmente se utiliza en eventos deportivos como el Maratón de Londres o Roland Garros. También es el elegido por Just Eat para sus envíos de comida a domicilio.

¿Cómo será la alimentación del futuro sobre la que versa ftalks'21? Parece aceptado que, sobre todo, sostenible. ¿Qué otras cualidades añadiría?

La alimentación del futuro abre bastantes retos ante nosotros. Por un lado, la población creciente del planeta y, por otro, que los recursos son limitados. Y dentro de ese ámbito, nosotros desde Notpla nos enfocamos a los envases y la distribución de alimentos. Trabajamos para proponer soluciones alternativas al plástico.

Como sociedad hemos utilizado el plástico no demasiado tiempo si ampliamos la perspectiva como especie, pero ahora lo hacemos de forma casi indispensable. El plástico funciona muy bien, pero sabemos que es limitado y, sobre todo, que consume muchos recursos naturales.

En aquellas aplicaciones donde el tiempo de uso del envase y el tiempo de uso del producto no coinciden, es muy interesante investigar para encontrar nuevos materiales sustitutivos.

¿Podría ponernos un ejemplo de esta falta de concordancia entre el tiempo de uso del envase y el tiempo de uso del producto?

Una bolsita de ketchup. El plástico tarda 700 años en desaparecer y la bolsita en tu mano la vas a tener unos segundos, lo que te cueste abrirla y echar la salsa en la comida. En estos casos se puede optar por otros materiales como los envases que nosotros fabricamos a partir de algas.

Es una pena utilizar un material tan valioso en referencia al plástico-, entendido su valor por los recursos que consume, para un uso así. Sucede igual en pruebas deportivas como maratones, cuando se da el agua a los corredores en vasos o botellines de plástico que apenas están en su mano unos segundos.

Nuestro material, que además es comestible, permite contener el agua y que el atleta lo tome directamente en la boca, donde desaparece y no deja residuos. Ya lo hemos utilizado satisfactoriamente en este tipo de pruebas, que sufrieron un parón por el coronavirus, pero que ahora están volviendo con fuerza.

Decía que el ser humano lleva poco tiempo utilizando el plástico bajo una perspectiva histórica, sin embargo, está instalado en nuestro día a día. ¿Es posible reemplazarlo o todavía es más un deseo que una realidad?

Hay bastante concienciación social sobre la necesidad de utilizar materiales alternativos pero también la postura contraria tiene mucha fuerza. De hecho, ha sido precisamente durante la pandemia cuando el consumo de plásticos ha crecido enormemente. 

Cada vez es más difícil no ir al supermercado y salir lleno de plásticos. Existe concienciación individual pero el sistema también a veces presiona en el sentido opuesto. Las empresas que están ganando dinero con el plástico están presionando para que el modelo no cambie.

Hay concienciación individual, pero las empresas que ganan dinero con el plástico presionan para que el modelo no cambie

Hay que proponer alternativas que funcionen tan bien como el plástico que es un material increíble y sofisticado en cuanto a sus cualidades. No hay un material tan ligero y barato que funcione tan bien como él, pero conlleva un alto coste medioambiental que no nos podemos permitir ya.

Las empresas con las que trabajamos han invertido muchísimo dinero en cada línea de plástico y cuesta cambiarlo, si no hay alternativas reales que den las mismas prestaciones con un coste similar.

De ahí que la búsqueda del material que pueda sustituir al plástico tal y como es el sistema es muy difícil. Entonces hay que comprometer ciertos aspectos de los materiales que ahora están comenzando como el coste.

Si el plástico comenzara a fabricarse ahora, también sería más caro. Pero tras décadas de desarrollo, subvenciones y utilización de recursos, ahora es muy barato. 

Entonces, ¿sustituir el plástico es una quimera en la actualidad?

En la actualidad, no podemos sustituir al plástico en la mayoría de aplicaciones que tiene, sólo en aquellas que es posible, como los tiempos cortos de uso.

La solución no está tanto en qué nuevos materiales utilizamos sino en qué sistemas empleamos, y muchas de estas soluciones las tenemos ya en el pasado. Hace un par de generaciones el plástico no existía y conseguíamos alimentarnos, comprar... Habrá que actualizarlas, pero esas soluciones alternativas al plástico ya existían.

Algunas vendrán dadas por materiales nuevos y otras no. Pero creo que casi todo se hará con sistemas de distinto tipo, incluso los materiales nuevos tendrán que integrarse dentro de esos sistemas. Hay que analizarlo todo desde una visión integrada.

Por ejemplo, lo que hacemos nosotros. Muchos de nuestros envases son comestibles, pero otros no y tendrán que tener su propio sistema de reciclaje, como también lo tiene el plástico.

En el caso de los envases de PLA -plásticos a partir de patata o maíz- tienen sus problemas porque no se biodegradan de la misma manera, necesitan una presión y temperatura y una compostabilidad industrial que en este sistema no está montado. 

¿Cómo trabajáis en Notpla para aportar vuestro granito de arena en la lucha contra el plástico?

Nosotros como sociedad hemos dado un poco la vuelta a la tortilla en los últimos años y estaría bien volver a aquellos momentos en que no se utilizaba tanto el plástico. En Notpla utilizamos materiales naturales para diseñar los envases, sobre todo algas. Aspiramos a hacer envases tan sofisticados como los que hace la naturaleza.

El coco o una manzana, por ejemplo, tienen su propio envase. Tú te los comes, los tiras al suelo y la naturaleza no sólo es capaz de que desaparezca, sino que de ese residuo puede crecer un árbol.

La mayoría de nuestros productos son comestibles, tienen las mismas cualidades que las frutas: algunos huelen, tienen textura, podemos poner sabores, y los tiempos de uso del envase coinciden con los tiempos de uso del producto.

La mayoría de los envases de plásticos son de consumición inmediata o casi inmediata, lo que en inglés se denomina on the go.   

¿De ahí que Just Eat sea ahora uno de vuestros clientes? ¿Qué tipo de envases les suministráis?

Trabajamos bastante con Just Eat. Empezamos haciéndoles los envases para ketchup y entonces nos dijeron que para las patatas utilizaban envases que, o bien son de cartón o con recubrimiento de plástico. Así que les suministramos también las cajas de la comida a domicilio que fabricamos a partir de distintos tipos de algas.

Estas cajas no tienen que durar años tampoco, se van a consumir ese mismo día o en esa misma semana, así que este material alternativo cumple totalmente su función. Además, al ser un material natural que no ha sido modificado químicamente, la naturaleza puede absorberlo bastante bien.

Bebida isotónica para los atletas de la Maratón de Londres en los envases comestibles de Notpla.

Bebida isotónica para los atletas de la Maratón de Londres en los envases comestibles de Notpla.

Trabajamos con diferentes tipos de algas. Tenemos un pequeño laboratorio y una pequeña área de producción. La mayoría del mercado de algas está en Asia, aunque nosotros trabajamos con algas locales.

Tenemos una inversión en una granja de algas de Reino Unido, y también nos suministramos de algas procedentes de Francia, norte de España y Escandinavia.

Con distintos tipos de algas hacemos distintos tipos de membranas y las sometemos a diferentes condiciones; humedad... El alga marrón es buena para contener líquidos y el alga roja para sólidos, por poner unos ejemplos.

¿Qué visión se tiene fuera de nuestras fronteras del emprendimiento español?

Desde fuera en temas tecnológicos que no sean digitales es muy difícil constatar la red española que existe. Por ejemplo, en nuevos materiales y demás hay bastantes centros de investigación, pero en cuanto a empresas, falta visibilidad o no se tiene la trascendencia que debiera.

Nos falta tradición inversora en startups. Aquí, por ejemplo, para invertir en startups hay varios sistemas de desgravación, y eso es un incentivo muy fuerte para que las empresas puedan empezar sus proyectos. Hay bastantes ayudas en este tipo.

En España falta tradición inversora en startups; aquí en Londres hacerlo desgrava y es un incentivo muy fuerte para los proyectos

En vuestro caso, ¿tuviste claro desde un principio que era en Londres donde querías lanzar Notpla?

No, no fue premeditado. Siempre he estado muy ligado a la vida académica, y a través de distintas becas, en eso sí que somos punteros en España, estuve en Suecia, en la India y terminé en una universidad aquí en Londres. Fue aquí donde comenzó a gestarse el proyecto.

Y luego ha sido bastante difícil salir de aquí. El otro socio es francés. Tenemos en Londres un equipo establecido, parte de los compañeros son españoles y mantenemos bastantes vínculos con España en cuanto a clientes, distribuidores...