La delincuencia cibernética ha superado económicamente el resto de los delitos. Según un estudio de McAfee los ciberdelitos mueven más dinero que el narcotráfico: 600.000 millones de dólares, el 0,8% del PIB mundial. En un mundo globalizado, en el que las innovaciones tecnológicas han posibilitado la economía digital, la protección de nuestros datos se ha convertido en una imperiosa necesidad.

Los delincuentes también emplean tecnología y utilizan tácticas de ingeniería computacional para suplantar la identidad de una empresa y obtener así información sobre sistemas de pago corporativos y, posteriormente, engañan a empleados para que realicen transferencias a sus cuentas bancarias.

"Cuanto más avanza la tecnología, más necesario es que se tengan herramientas que nos permitan no confiar sólo en lo que estamos 'viendo', porque con tecnología eso que estamos 'viendo' se puede alterar".

Es la advertencia de Jaime Castelló, cofundador y director ejecutivo de Ivnosys, una firma valenciana que ha desarrollado un sistema inteligente que garantiza la identidad digital de las empresas y permite evitar el fraude.

Ivnosys nació en 2013 "como Prestador de Servicios Cualificado de Confianza, lo que antes se llamaban Autoridades de Certificación", explica a D+I su director ejecutivo. "Lo que nos diferencia del resto de los players es que somos fabricantes de tecnología de certificación. Es decir, no sólo emitimos los certificados digitales, nuestra principal función es protegerlo y ofrecer las soluciones oportunas para que nuestros clientes puedan emplearlo con naturalidad".

Desarrollo tecnológico

Cuentan con tecnología propia "pensada para cumplir la legislación Security by desing. Construimos un software específico para custodiar las identidades electrónicas. La base tecnológica son algoritmos RSA, algoritmos de cifrado. Por encima están los elementos de software que la custodian y facilitan", explica Castelló.

Una de las innovaciones del certificado digital de Ivnosys es que "no puede trasladarse". Como explica Jaime Castelló, "el cliente puedes dar una autorización de uso, pero físicamente el certificado nunca se lo podrán llevar porque está depositado en Ivnosys".

De esta manera, el titular del certificado puede conocer en todo momento "todos los usos que se están haciendo del certificado porque todas las operaciones quedan registradas. Así sabrá en todo momento, quién y para qué lo ha empleado". Así, el prestador del servicio se convierte en garante del buen uso del certificado digital y protege su identidad ante posibles fraudes.

"Si eres fabricante de tecnología, como nosotros, puedes adaptarla a los cambios organizativos y tecnológicos que existen. La ciberdelincuencia es un hecho y tenemos claro que también los hacker mejoran sus técnicas. Al ser fabricantes y no distribuidores podemos adaptar la tecnología a la evolución de la digitalización", subraya.

El certificado digital se ha convertido en la herramienta imprescindible para cualquier operación en la nueva economía. "Sin certificado digital no puede hacerse ningún trámite digital. Afortunadamente esta herramienta ha llegado para quedarse. Nos permite agilizar todas las operaciones, simplificarlas y ahorrar muchísimo tiempo que hemos perdido en largas colas en las ventanillas de la Administración para pedir un papel".

El director ejecutivo de Ivnosys quiere poner 'números' a ese ahorro: "Se calcula que cada documento que tenemos que recoger en una administración de forma presencial nos cuesta una media de 45 euros, el coste del tiempo 'perdido' para conseguirlo. Un trámite que se puede hacer en 10 segundos con un certificado digital puede llegar a costarnos dos horas y media con las eternas colas presenciales".

La Administración debe impulsar la digitalización

En declaraciones a D+I Jaime Castelló muestra su sorpresa y malestar por el nivel de implementación de la administración digital en España. "De hecho todavía estamos hablando de que se está implantando la administración electrónica cuando ya con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se puso en marcha el 'Plan E' para, entre otras cosas, implantar la administración electrónica. Se gastó muchísimo dinero para implantar el software, pero no se pensó en cómo establecer la base que es el certificado digital".

Pero no lo duda: estamos abocados a emular el modelo de Estonia donde el documento de identidad digital es obligatorio para mayores de 15 años. Esa ID permite a sus ciudadanos votar, comprar billetes de transporte público, cifrar correos electrónicos, renovar su pasaporte, acceder a su historial médico, firmar documentos y realizar casi cualquier tipo de gestión administrativa online, en cualquier lugar y momento.

"En España falta la decisión política, porque los medios los tenemos", señala Castelló. "Pero no hay que tener miedo. La política acabará por amoldarse a las nuevas situaciones. Necesitamos cambios legislativos y administrativos que hagan posible conseguir la digitalización definitiva que traerá una mayor eficiencia de la administración".

Esta scale-up valenciana, cuenta entre sus clientes con empresas como Cepsa, KWM, AON, Quabit, Soltec o Equifax, entre otros. Las cuatro grandes consultoras - Wolters Kluwers, PwC, Deloitte y Accenture – son partners para la distribución de sus productos.

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