El investigador Javier Martínez Abaigar sostiene una de las 'mossphere'.

El investigador Javier Martínez Abaigar sostiene una de las 'mossphere'.

La Rioja

Qué son las esferas de musgo y por qué La Rioja es pionera en esta innovación 'verde'

Logroño se ha convertido en la protagonista de una prueba piloto que, gracias a este método disruptor, detecta contaminantes peligrosos en el aire.

23 septiembre, 2023 02:06

El cuidado y preocupación en torno a todo lo que tiene que ver con el medioambiente y la sostenibilidad se está convirtiendo desde hace años en una obligación para empresas y administraciones. Su gestión forma parte de cualquier estrategia que se precie.

Y también forma parte, cómo no, de las estrategias de innovación de muchas entidades. En este sentido, las universidades son esos catalizadores de nuevas ideas que, como en el caso que nos ocupa, podrían incluso escalarse hasta el punto de convertirse en elemento fundamental para la legislación europea.

Estamos en Logroño, más concretamente en la Universidad de La Rioja (UR). Aquí, un equipo liderado por investigadores ha propuesto el uso de esferas de musgo (Mosspheres) como método complementario para detectar contaminantes peligrosos para la salud y evaluar la calidad del aire en Europa.

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Primero, conviene definir qué son las esferas de musgo. Son dispositivos compuestos por pequeñas esferas porosas de material plástico que contienen un tipo de musgo (Sphagnum palustre o musgo de turbera) procedente de clones cultivados en biorreactores de laboratorio, explican desde la UR.

Estas esferas de musgo se colocan en distintos soportes repartidos por el área que se quiera monitorizar y son capaces de recoger los contaminantes presentes en el aire, entre ellos los denominados HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos).

Gracias a los avances que han desarrollado y puesto a prueba en Logroño, la biomonitorización con estos dispositivos podría incorporarse a la legislación europea.

Así lo recomiendan en un artículo publicado en la revista 'Environmental Research' los investigadores Javier Martínez Abaigar y Encarnación Núñez Olivera, del Grupo de Ecofisiología Vegetal, Cambio Climático y Medio Ambiente de la Universidad de La Rioja, junto a otros investigadores de las universidades de Santiago de Compostela y Benevento (Italia).

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El artículo científico expone los resultados de un estudio sobre la contaminación del aire en Logroño y su área periférica, realizado en 2018 con el método Mossphere (en el que no se registraron niveles de concentración de contaminantes por encima de lo permitido).

La investigación demostró la fiabilidad y precisión geográfica de este sistema de bioindicadores para estudiar la calidad del aire que respiramos.

El diseño de estas esferas es resultado de un proyecto de investigación europeo en el que participaron 12 universidades (entre ellas la Universidad de La Rioja) y empresas de cinco países.

Los HAP se producen en todas las actividades humanas en las que se quemen combustibles fósiles o madera, así como en los incendios, y tienen muchos efectos negativos para la salud.

Los HAP, cancerígenos

Los investigadores afirman que son cancerígenos, irritantes para las vías aéreas y los ojos y, a largo plazo por ingestión, pueden causar problemas de coagulación y del sistema inmunitario. Están incluidos en la legislación europea y española, pero no suelen medirse, por la escasez actual de estaciones de muestreo.

"La biomonitorización con Mosspheres permite la estimación sencilla y barata de los HAP", señala Javier Martínez Abaigar. Y "gracias a nuestro nuevo método podemos evaluar, a partir de las concentraciones de contaminantes encontrados en el musgo, los niveles en la atmósfera, que es lo que utiliza la legislación".

Así, es posible comprobar si se cumple la normativa europea y española, y por eso "proponemos la inclusión de las esferas de musgo en la legislación vigente como un método adicional en la evaluación de la calidad del aire", concluye el investigador.

Este sistema ofrece, además, una gran precisión geográfica, ya que se pueden colocar tantas esferas como sean necesarias (en el estudio de Logroño se emplearon 84). Con ello es posible detectar focos específicos de contaminación, conocer las diferencias entre distintos lugares y su evolución temporal, y realizar distintos estudios.

La gran densidad de datos obtenidos permite, por ejemplo, estudiar la exposición a los HAP en distintas zonas de una ciudad y si está contaminación atmosférica está relacionada con la incidencia de enfermedades pulmonares entre sus vecinos.

El método es también apto para biomonitorizar otro tipo de contaminantes poco estudiados con los medios actuales, como los metales pesados.