Este estudio se pregunta qué puede aportar la tecnología para solucionar estos grandes retos y, en esta línea, se han desarrollado diez informes que abarcan 10 sectores: agricultura, energía, motor, industria, construcción, comercio, turismo, salud, finanzas y transformación digital, este último contemplado como actividad más transversal.

En cada uno de estos estudios sectoriales (se pueden acceder a ellos íntegramente a través de este enlace https://negociosostenible.camaravalencia.com/informes/ ) se ha demostrado a través de más de 100 casos de éxito procedentes de startups, scaleups y grandes corporaciones qué está haciendo la tecnología y la innovación por reducir la huella de carbono y por la mejora de la sostenibilidad y el cuidado de nuestro medioambiente.

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Es difícil resumir las conclusiones de un estudio tan amplío, pero todo ello apunta a una serie de parámetros que ayudan a hacer una lectura viva de la situación en un contexto en constante transformación.

El sector agroalimentario ha entrado en una nueva era: la agricultura de precisión ya no es el futuro, es el presente, y eso permite apuntar a los cultivos personalizados y a una mayor apuesta por la sostenibilidad, poniendo especial énfasis en materias como la gestión del agua o la nano tecnología para desarrollar productos de menor impacto.

Además, la apuesta por la circularidad de los residuos ha dado lugar a iniciativas como una liderada por institutos tecnológicos y empresas de la Comunitat Valenciana para desarrollar un nuevo material plástico biodegradable y compostable a partir del hueso de oliva.

Gracias a este proyecto, los envases de aceite de oliva procederán en el futuro de la propia oliva. A ello se suman drones para detectar plagas en cultivos desde el aire, o que reforestan los bosques, o un sistema de etiquetado inteligente a modo de semáforo, que cambia de color según la comida esté más o menos cerca de su fecha de caducidad.

Industria, fintech, retail y salud

La industria 4.0, por su parte, ha llegado para quedarse tal y como se refleja en el estudio de Inndux: "robots cognitivamente mejorados", pero también diseñados para conseguir el menor consumo energético; plásticos industriales que se descompongan solamente con la entrada en contacto de la luz ultravioleta; o un nuevo material, el shrilk, que duplica la fuerza del plástico y es biodegradable.

Además del surgimiento del green fintech y de las inversiones sostenibles, este sector encara un momento marcado por la descentralización de sistemas, los nuevos activos digitales y la seguridad.

En el análisis del sector se ha encontrado una plataforma de fintech concebida como un catálogo para permitir la inversión en proyectos y empresas medioambientalmente sostenibles, pero también a entidades bancarias que ponen en marcha programas para reciclar sus tarjetas bancarias, o plataformas de crowdfunding para que los inversores puedan dar su apoyo a proyectos de energía solar en mercados emergentes.

En lo que respecta al sector retail, se han encontrado pedidos repartidos en el maletero del coche para reducir las emisiones que genera la última milla, nuevos métodos para medir y compensar la huella de carbono de los envíos a domicilio, pero también un refresco de cola valenciano 100% natural y de kilómetro 0.

El retail presta especial atención a construir una cadena integral más limpia y verde, pero también puede experimentar con nuevos entornos de compra que antes parecían ciencia ficción, como el metaverso.

En el ámbito de la salud, la apuesta por la telemedicina está ya fuera de toda duda según se constata en la investigación llevada a cabo para el Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana. Ahora viene el siguiente paso: una atención médica completamente personalizada e incluso inmersiva a través de la realidad virtual.

Turismo, energía, construcción y motor

El turismo es uno de los sectores que antes ha sido consciente de que la apuesta por la sostenibilidad puede ser un factor diferencial en el plano comercial. El turismo se abre a nuevas formas de promoción turística que aprovechan tecnologías como la realidad aumentada o virtual, pero también a un nuevo tipo de cliente: el que quiere llevar un ritmo lento, descubrir el territorio más cercano o busca alojamientos turísticos que cuiden la biodiversidad.

Surgen nuevos tipos de alojamiento: desde glampings, es decir, campings 5 estrellas concebidos como ecocasas rurales, hasta un Parador que ha recuperado su entorno dunar. Y también se extiende el compromiso con la reducción del impacto del turismo en las grandes urbes.

También merece un espacio importante en este estudio el sector de la construcción avanza hacia un sector conectado, donde se integran procesos y se comparten datos, y donde las diferentes partes de la cadena están en conexión.

Además de la huella de carbono, el replanteamiento que está llevando a cabo el sector en términos de sostenibilidad pasa por repensar los residuos, y destaca la apuesta por la circularidad de la construcción.

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Encontramos nuevos sistemas de almacenaje de la energía eléctrica para hacer más verde la construcción, ladrillos fríos para su uso en climas cálidos orientados a la refrigeración natural de los edificios, pero también se desarrollan robots de bajo impacto orientados a la automatización del sector. El constructor 4.0 ya no es solamente humano.

Los retos de la energía como sector económico son de sobra conocidos en el momento que estamos viviendo. En términos de sostenibilidad, el marco ha cambiado, y el impulso a las energías renovables es esencial. Lo que quizá no es tan conocido es el internet de la energía, o las aportaciones que se pueden hacer desde la descentralización que aporta el blockchain a este sector.

Un ejemplo es el gemelo digital que permite simular la respuesta del sistema de aguas ante cualquier situación para anticiparse a posibles fallos.

El motor también se transforma, guiado, en parte, por los cambios en materia de fuentes de energía. El vehículo conectado deja paso al vehículo eléctrico y también marca el futuro del vehículo autónomo.

Ya encontramos a empresas que desarrollan nuevas soluciones para la carga de vehículos eléctricos, y que exploran campos como la energía como medio de pago, y otras que desarrollan vehículos de reparto 100% eléctricos, a medio camino entre una moto y una furgoneta de reparto, para reducir el impacto del comercio electrónico en los entornos urbanos.

La transformación digital, por último, ya no es solo cosa de unos pocos sectores, sino que se extiende por todos los ámbitos y todos los canales. Desde una iniciativa para alargar la vida útil de las baterías de coches eléctricos hasta un buscador web que contribuye a la reforestación, pasando por una aplicación móvil que planta más árboles cuanto más concentrados estemos y más productivos seamos.

Además, la descentralización de las redes abre nuevas oportunidades, como hemos visto con el blockchain y los NFT.