Javier Arnau Elena Arrieta

No ha podido ser. El Centro Europeo de Competencia Industrial, Tecnológica y de Investigación en Ciberseguridad no estará en León. Finalmente, las votaciones del Comité de Representantes Permanentes de la Unión Europea han 'premiado' la candidatura de Bucarest (Rumanía)

León era una de las aspirantes a acoger este centro y competía contra grandes ciudades como Múnich (Alemania), Vilna (Lituania), Luxemburgo, Varsovia (Polonia) y Bruselas (Bélgica). 

Cabe preguntarse ahora qué supone esta decisión para el futuro de este polo de innovación. En primer lugar, conviene explicar que la ciudad de León, más allá de sus aspiraciones de albergar este centro europeo, ya está considerada como un hub referente en ciberseguridad. Ocupa la cuarta posición europea del 'Global Cybersecurity Index' elaborado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, y la séptima del mundo.

Durante los últimos años, León ha forjado un ecosistema de 70 empresas y startups alrededor del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), que depende del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. A pesar de su modesto tamaño -algo más de un centenar de empleados-, este organismo realiza un papel muy relevante por la ciberseguridad de las empresas y los ciudadanos. Entre otras actividades, por ejemplo, cada año organiza el Cybersecurity Summer Bootcamp. Un curso de capacitación intensiva al que acuden miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que trabajen en unidades operativas relacionadas con la ciberseguridad; personal de organismos reguladores o legislativos; jueces y abogados del estado; y especialistas de Centros de Respuesta a Incidentes Cibernéticos de todo el mundo. INCIBE es, de definitiva, un organismo muy bien valorado por los profesionales del sector.

Todo empezó en 2006 a raíz de una decisión de José Luis Rodríguez Zapatero, entonces Presidente del Gobierno. Zapatero, que era leonés, decidió inaugurar en esta ciudad el INTECO. Posteriormente, este centro se especializaría en el ámbito de la ciberseguridad y cambiaría su nombre por INCIBE. Con esta decisión, el Gobierno procuraba descentralizar el músculo tecnológico nacional, históricamente concentrado en los entornos de Madrid y Barcelona.

Un hub de ciberseguridad choca con la economía tradicional de esta pequeña ciudad, apoyada en la logística y la agroalimentación. Sin embargo, INCIBE y el ecosistema generado a su alrededor han logrado aportar una salida profesional interesante al talento local en tecnologías de la información.

La ciberseguridad es, además, un sector en auge que crea empleo de calidad. En verano de 2018, INCIBE anunció una ampliación de la plantilla del 70% en tres años. La incorporación de personal empezó ese mismo otoño, siendo en su totalidad empleos indefinidos.

Y todo apunta a que León, en su intención de mantenerse como referencia europea y, sobre todo, ante la necesidad de reforzar año a año la lucha contra ciberataques cada vez más complejos, no va a perder el pulso. Recientemente el Gobierno central ha anunciado un plan para que eclosione en la zona y durante los próximos cinco años se genere un vivero de 20.000 especialistas en ciberseguridad, inteligencia artificial y datos.

Apoyos decisivos para ser optimistas

El apoyo de la iniciativa privada el hub de innovación de León también es un hecho. Grandes empresas como Telefónica han mostrado con acciones su compromiso. El operador de telecomunicaciones se ha comprometido a reforzar e impulsar su centro de ciberseguridad de León, establecido en 2019, que se encarga de monitorizar, detectar y gestionar incidentes de sus clientes en todo el mundo.

Telefónica, con la implantación de este centro en León, ha posibilitado una inversión de más de 600 millones de euros al despliegue de fibra durante los últimos 5 años, alcanzando un 65% de cobertura de fibra en la región y prácticamente un 100% en la ciudad de León.

Albergar un centro de responsabilidad europeo habría supuesto un indudable empuje a León como capital española de la ciberseguridad. Cabe aclarar que lo que estaba en juego era el Centro Europeo de Competencia Industrial, Tecnológica y de Investigación en Ciberguridad de la Unión Europea -no confundir con la Agencia Europea de Ciberseguridad- y que los 2.000 millones de euros del presupuesto europeo para el proyecto se tendrán que repartir entre esta instalación y los centros espejo que van a crearse en cada uno de los 27 estados miembros. León ha perdido la oportunidad de alojar este centro de competencias, pero aún podrá ubicar un centro espejo.

El pulso de León con otras grandes ciudades europeas por albergar el centro europeo no ha hecho sino posicionar aún más a la ciudad española como un referente en ese ecosistema de polos tecnológicos dedicados a este sector. Quizá pueda considerarse conformista pensar que lo importante es participar, pero tal vez no convenga perder de vista que presentar una candidatura en la que se visualizan las virtudes de la región a nivel investigador, educativo, social, económico e incluso cultural, refuerza los activos estratégicos sobre los que se cimentó el proyecto en 2006.

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