Detalle de uno de los proyectos que se desarrollan en este laboratorio subterráneo.

Detalle de uno de los proyectos que se desarrollan en este laboratorio subterráneo.

Aragón

Laboratorio subterráneo de Canfranc: en busca del origen del Universo 850 metros por debajo de una vía abandonada

200 científicos trabajan en busca de la materia oscura en la segunda instalación bajo tierra más grande de Europa. Se esconde bajo los Pirineos y acaba de renovar su labor al menos hasta el año 2031.

24 enero, 2022 03:55

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La entrada del túnel es imponente y acongoja. Minutos antes, el viajero ya se habrá quedado paralizado al ver una estación de tren abandonada que parece un palacio. Estos dos elementos arquitectónicos son parte de una vía desprovista de tráfico ferroviario desde los años 70.

Esta vía es historia viva (y triste) del siglo XX: judíos hacinados en vagones, convoyes repletos de Wolframio para nutrir al ejército nazi. Y parte de su trazado, una vez superado ese túnel inolvidable, discurre bajo una de las cordilleras más importantes de Europa.

Estamos en Canfranc (Huesca) y, como esto parece de película, una banda sonora imaginaria nos brinda los acordes típicos del suspense a medida que nos introducimos en el interior de ese túnel bajo los Pirineos y a medida que, una vez dentro, atravesamos puertas y más puertas mientras descendemos a 850 metros de profundidad.

La melodía llega a su cénit con una fanfarria de tintes épicos. Llegamos a nuestro destino y descubrimos con asombro que allí, a casi un kilómetro bajo tierra, soterrados en las profundidades de esa vía férrea abandonada, trabajan 200 investigadores y científicos en una actividad que requiere de condiciones como las que tiene este lugar: la naturaleza de los neutrinos y la detección de la materia oscura.

El Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC) es una instalación científico-técnica singular gestionada por un consorcio formado por el Gobierno de Aragón, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Universidad de Zaragoza.

Estación de Canfranc.

Estación de Canfranc.

Sus instalaciones más reconocidas son las subterráneas. No en vano, es el segundo laboratorio soterrado más grande de Europa. Aun así, también dispone de edificaciones en superficie, que incluyen oficinas e incluso un museo.

La recta final del pasado año y el inicio de este han convertido a esta joya de la ciencia en un proyecto consolidado y de larga duración.

En primer lugar, cabe recordar que, durante el último trimestre de 2021, este laboratorio albergó el descubrimiento de una nueva molécula fluorescente que nos acerca el origen del Universo.

El hallazgo fue publicado en la prestigiosa revista Nature y ha sido seleccionado por el Consorcio Europeo de Física de Astropartículas como uno de los tres proyectos europeos con mayor proyección.

Atracción de científicos de todo el mundo

En cuanto a las colaboraciones internacionales, la más puntera es la del proyecto Hyper- Kamiokade, liderado por la Universidad de Tokio y KEK, el principal laboratorio de física de partículas de Japón, que va a construir y explotar el mayor telescopio de neutrinos en el país nipón.

El laboratorio subterráneo aragonés coordina la colaboración española con siete instituciones, que desarrollarán tecnología en inteligencia artificial, electrónica, reducción de radón y compensación geomagnética, entre otras.

Pero hay más. Según explica la consejera de Ciencia del Gobierno de Aragón, Maru Díaz, "la calidad y singularidad de sus instalaciones atrae a científicos de todo el mundo".

Actualmente, remarca, "unos 200 investigadores e ingenieros –una veintena de ellos de Aragón- trabajan directamente en experimentos y actividades del Laboratorio". No obstante, "son más de 1.000 quienes hacen uso del LSC y de otros laboratorios subterráneos con los que el centro altoaragonés tiene acuerdos de colaboración", concluye.

El proyecto 'estrella'

En el LSC hay una variedad de servicios especializados en ultra-pureza radioactiva y se combinan actualmente investigaciones sobre la naturaleza de los neutrinos y detección de la materia oscura.

Pero el buque insignia del centro es el proyecto NEXT, un proyecto líder mundial, que estudia la naturaleza de los neutrinos buscando un tipo inusual de desintegración, que explicaría la asimetría entre la materia y la antimateria en el Universo. Lo dicho, de película.

Todo esto es posible gracias, precisamente, a la localización del Laboratorio. Está instalado bajo el monte Tobazo, a unos 850 metros de profundidad, lo que permite crear un entorno de bajo fondo radioactivo ideal y garantiza el aislamiento de los rayos cósmicos, condiciones indispensables para llevar a cabo experimentos acerca de la física de partículas y astropartículas.

El panorama científico de este laboratorio 'sepultado' bajo la antigua vía que unía España y Francia se completará este año con nuevas instalaciones subterráneas, un castillo de plomo para acoger experimentos en un fondo gamma reducido y el laboratorio de microbiología para preparar y manipular muestras.

Visita institucional al laboratorio subterráneo de Canfranc.

Visita institucional al laboratorio subterráneo de Canfranc.

Lo cierto, en cualquier caso, es que, pese al éxito de los proyectos presentes, el Laboratorio Subterráneo de Canfranc necesitaba mirar a largo plazo y asegurar su futuro. Y esa es la segunda buena noticia que ha llegado es este arranque del año.

La Consejería de Ciencia ha renovado y ampliado el convenio que mantiene con el Ministerio de Ciencia e Innovación y con la Universidad de Zaragoza y ha asegurado su financiación hasta el año 2031.

De aquí a entonces, el LSC recibirá un total de 16,1 millones. El ejecutivo autonómico aportará algo más de medio millón de euros anuales; el Estado hará lo propio a razón de un millón al año; la Universidad, por último, seguirá manteniendo sus aportaciones en especie.

"Se dota así de estabilidad financiera a largo plazo a una instalación singular y que es toda una referencia internacional para que pueda seguir cumpliendo a la perfección sus fines científicos y tecnológicos", asegura Maru Díaz.

Con este compromiso económico, se seguirá reforzando además la colaboración internacional con otros centros e instituciones de su ámbito y se garantizará que las instalaciones continúen al servicio de la comunidad científica para que investigadores de cualquier parte del mundo puedan llevar a cabo allí sus experimentaciones.

El objetivo es seguir siendo referencia internacional en astrofísica, física de partículas elementales y física nuclear, geología o ciencia de los materiales.