El 5G, accesible ya para la gran mayoría de hogares, está llamado a ser un catalizador de la transformación industrial, la sanidad, la energía o el transporte, pero para su éxito será clave el desarrollo regulatorio.

Así lo ha expuesto José Luis Ruiz Mendoza, vicesecretario del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), en la apertura del VI Observatorio 5G organizado por EL ESPAÑOL e Invertia.

Ruiz ha recordado que España "está avanzando" en la Ley General de Telecomunicaciones, pero ha advertido sobre la necesidad de que las muchas herramientas que esta norma ofrece "sean una realidad".

Porque de su efectividad dependerá, por ejemplo, que se facilite que administraciones como ayuntamientos tengan un papel clave para el despliegue de la red de comunicación.

"La colaboración entre urbanismo y telecomunicaciones es esencial, pero hay desafíos", ha continuado, como la agilización de trámites.

Con todo, Ruiz ha considerado que España está "en un punto de partida sólido" ante el desarrollo de esta tecnología gracias por ejemplo a la capilaridad de la fibra óptica o la "resiliencia" de las redes.

Es un esfuerzo que permite que, a día de hoy, la cobertura de 5G ya alcance al 95% de los hogares, y que el 80% del ámbito rural tenga acceso a ella. El crecimiento en este último aspecto ha sido del 12% en el último año, ha elogiado, aunque "queda mucho" para llegar al 100% previsto en 2030.

En todo caso, más allá del trabajo que se haga para aumentar esos porcentajes, hay también una tarea pedagógica por delante, porque "el éxito del 5G no depende solo de tecnología, sino de trasladar su beneficio a los ciudadanos".

Hay que lograr que todo pase "de la fase piloto al despliegue real" para dar el salto definitivo y, ha advertido, la colaboración público-privada "es por tanto esencial".