El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluis Trapero ha comenzado su declaración vespertina en el juicio que ha comenzado contra él este lunes descalificando la actuación del Parlament de Cataluña en relación con el proceso soberanista y la creación de una legalidad paralela.

Trapero ha aprovechado las preguntas del teniente fiscal de la Audiencia Nacional Miguel Ángel Carballo para afianzar su desvinculación del procés. El representante del Ministerio Público le ha preguntado si conoció la resolución del Parlament 1/2015, sobre el inicio del "proceso constituyente no subordinado", y las siguientes resoluciones de desarrollo aprobadas por la Cámara catalana. "Conocimiento preciso no", ha dicho el exjefe de los Mossos. "Eran una barbaridad más de las muchas que se estaban haciendo", ha añadido.

Trapero ha añadido que se sentía "muy incómodo" con los "actos ilegales" que estaba llevando a cabo el Gobierno catalán. "¿Y qué se planteó hacer?", le ha preguntado el fiscal. "Lo que estaba en mi mano", ha contestado el mayor.

Trapero -que no dimitió en ningún momento- ha dicho que habló con los consejeros de Interior Jané y Forn "para decirles que qué estaban haciendo, que dónde iban".

También ha desvelado una reunión que tuvo en septiembre de 2016 con Joan Vidal de Ciurana, entonces secretario del Govern (que cesó en julio de 2017, al igual que Jané) en la que le preguntó qué harían los Mossos en el caso de que llegue un momento en el que haya una doble legalidad.

Según Trapero, le respondió que "una doble legalidad no existe: o hay una o hay otra", pero, en esas hipótesis, los mossos estarán siempre donde digan los jueces".

Colgó el teléfono a Sànchez

En la sesión de la mañana, Trapero ha desvelado que discutió con el líder soberanista Jordi Sànchez durante la multitudinaria concentración que se produjo ante la Consejería de Economía el 20 de septiembre de 2017, cuando el departamento que dirigía Oriol Junqueras estaba siendo registrado por la Guardia Civil por orden judicial.

Trapero, al que la Fiscalía acusa de permitir, con su inacción, el cerco a la comisión judicial, que estuvo encerrada en la Consejería durante 23 horas, ha negado que siguiera "instrucciones" de Sànchez durante esa concentración. El entonces presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) actuó como mediador con Mossos d'Esquadra y, en la tesis de la acusación, fue el que impuso las condiciones sobre la formación de cordones de seguridad o la salida de la comisión judicial durante ese largo 20 de septiembre de 2017.

"El señor Sànchez podía decir misa", ha manifestado Trapero para expresar la autonomía en la actuación de los Mossos. Entonces, relevó que tuvo con el dirigente soberanista "una conversación que acaba mal" porque a Jordi Sánchez no le pareció bien el cordón policial que los mossos intentaron montar sobre las 19,30 horas para llegar hasta a la puerta de la Consejería con el fin de garantizar la salida de la comisión judicial.

Trapero llega a la Audiencia Nacional: comienza el juicio al exmayor de los Mossos Efe

"Cuando se está haciendo el cordón Sànchez me llama airado y yo le digo 'no me vas a decir cómo hacer el dispositivo' y le cuelgo el teléfono", ha relatado el mayor. Este dato no ha sido nunca comentado, ni por él ni por Sànchez, ni durante las declaraciones en la fase de instruccón ni durante el juicio del 'procés' en el Tribunal Supremo.

No ha sido la única manifestación de desdén hacia el 'procés' y sus dirigentes. Trapero ha salpicado sus contestaciones al fiscal Miguel Ángel Carballo de expresiones de desapego al proceso soberanista. Así, el representante del Ministerio Público le ha ido recordando declaraciones públicas de Sànchez realizadas ese mismo septiembre en apoyo del referéndum independentista ilegal ("votaremos") y desafiando las actuaciones judiciales contra el proceso soberanista unilateral ("no permaneceremos indiferentes a las detenciones").

El mayor se ha limitado a decir que no seguía las manifestaciones de Sànchez, al que había conocido en 2016 "de una o dos reuniones" sobre cuestiones relacionadas con menores a las que el líder soberanista asistió como número dos del Sindic de Greuges (defensor del pueblo catalán).

"¿Usted conocía que Jordi Sànchez era presidente ANC?", ha insistido Carballo. "Sí, era una de las voces cantantes el tema éste de la independencia, de votar", ha respondido Trapero.

El teniente fiscal ha ido recordando los tuits emitidos por Sànchez y la ANC desde primera hora de la mañana del 20 de septiembre llamando a la gente a acudir ante la sede de la Consejería de Economia, que estaba siendo registrada por la Guardia Civil por orden del juez Juan Antonio Ramírez. El magistrado investigaba los preparativos del referéndum independentista anunciado por el Govern de Puigdemont y su procedimiento ha sido de extraordinaria relevancia para las causas tramitadas en el Tribunal Supremo y en la Audiencia Nacional.

Estrategia defensiva

El fiscal intentaba poner de relieve que el perfil de Sànchez, agitando la movilización ciudadana contra la Guardia Civil, era el menos idóneo para que los Mossos le eligieran como mediador con el fin de intentar evitar problemas de orden público en la concentración ante el Departamento que entonces dirigía Oriol Junqueras. Josep Lluís Trapero ha contestado que no conoció los tuits de Sànchez y manifestó que la práctica de buscar un mediador es habitual en la Policía catalana desde 2013.

"Pero la ANC no sólo le decía a la gente dónde había que ir -a Rambla de Catalunya- sino dónde no ir -a Plaza de San Jaume", le ha apretado Carballo. "Yo no soy un especialista en orden público, lo podrán explicar los profesionales de mediación pero si nos guiásemos por lo que dicen los convocantes de las concentraciones no hablaríamos con nadie, a veces no son lo mejor de cada casa y a veces dicen barbaridades", ha respondido Trapero.

"Que los responsables de la ANC no quieran reconocer que están colaborando con los mossos [para facilitar el trabajo de la comisión judicial] dentro del juego de lo que hacen es entendible, pero es que a mi no me vincula eso", ha subrayado.

La estrategia defensiva del mayor de los Mossos ha ido orientada a explicar que el dispositivo desplegado al 20 de septiembre quizá no fue el más afortunado, pero fue "el que era posible" realizar ante una concentración que llegó a ser de 40.000 persones y estuvo hecho "con la mejor de las voluntades".

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