La Fiscalía Provincial de Madrid ha pedido siete años y siete meses de prisión para el productor de películas porno Ignacio Allende, alias Torbe, por distribuir pornografía infantil.

El Ministerio Público sostiene que la difusión viral de un vídeo de contenido sexual en las redes sociales en el que aparecía una menor de edad “ocasionó a la testigo protegida un trastorno por estrés postraumático de intensidad media-alta”.

El fiscal afirma que “todo ello afectó gravemente a la joven en su esfera personal, familiar y social, debiendo dejar sus estudios al no poder continuar su proceso formativo”.

Para los otros acusados, José Carlos Panadero Riol y Francisco José Mina López, el fiscal solicita para el primero de ellos 3 años por un delito de distribución de pornografía y para el segundo un año de prisión por un delito de posesión de pornografía infantil. A Torbe, por su parte, le imputa los delitos de distribución de pornografía infantil, descubrimiento y revelación de secretos y otro de posesión de pornografía infantil.

En diciembre de 2012, según el escrito de acusación, Torbe contactó con L. M., una joven rumana quien, tras comunicarle verbalmente que era mayor de edad, concertó grabar dos vídeos de contenido pornográfico en los que aparecían ella y Allende.

Poco después, Torbe tuvo conocimiento de que en realidad la joven aún no era mayor edad por lo que esperó unos meses a que cumpliera los 18 años y publicar así los dos vídeos en su página web “putalocura”.

La joven denunció los hechos en una declaración prestada en Rumanía el 21 de noviembre de 2016.

Tres años después, en concreto el 21 de octubre de 2015, Torbe recibió un mensaje de una testigo protegida en el que, tras afirmar que era mayor edad, se ofrecía para realizar vídeos pornográficos. En su mensaje incluyó varias fotos de ella desnuda que gustaron al acusado por lo que ordenó a Mario Piqueras Verdejo que se pusiera en contacto con ella y rodara un vídeo en su domicilio de Madrid.

Las escenas fueran grabadas con un móvil “con el conocimiento y consentimiento” de la testigo protegida.

Una semana después, Allende envió sin el consentimiento de la joven una foto a Francisco José Mina López en la que aparecía desnuda y “en la que se veía claramente el rostro y la fisonomía” de la mujer.

El 30 de octubre de 2015, Allende y la joven se citaron de nuevo para grabar más escenas de sexo reales junto a otra mujer. Una vez acabada la grabación, Torbe, seguidor de un equipo de fútbol histórico de Primera División, pidió a la chica que se pusiera la camiseta de su club y que mientras exclamaba “Aúpa Athletic” se subiera la camiseta para mostrar sus pechos. La grabación se hizo con el consentimiento de la menor.

Un mes más tarde la joven telefoneó a Allende para advertirle de que dicho vídeo se había hecho viral y que aún no había cumplido 18 años, “conociendo este acusado a partir de este momento sin ningún género de dudas que la chica era menor edad”.

Por este motivo, Torbe envió desde su cuenta de correo un mensaje a la web “Forocoches” para que retiraran dicho vídeo porque la joven era menor de edad.

Por otra parte, Francisco José Mina siguió insistiendo a Allende para que le enviara los dos vídeos a pesar de que ya tenían constancia de que la chica aún no había cumplido los 18 años. Pese a ello Torbe pidió a su empleado José Carlos Panadero Riol que se los enviara a Mina mediante wetransfer.

El propio Mina almacenó en su ordenador los vídeos y fotografías que mandó la testigo protegida con el fin de ser actriz de cine pornográfico.

En noviembre de 2015 la joven, asistida por su padre, presentó una denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Alcobendas.

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