La declaración unilateral de independencia proclamada por el Parlament el 27 de octubre de 2017 fue "un despropósito". La ley de transitoriedad y fundacional de la república catalana, aprobada el 6 de septiembre anterior, era "innecesaria y además muy disparatada", por lo que "ni un alumno de primero de Derecho la habría asumido". El exconsejero Santiago Vila ha sido este jueves el verso suelto del banquillo del juicio a los acusados de promover el proceso soberanista catalán, del que él se apartó con claridad.

Es el único de los acusados que no ha pisado la cárcel. El único que dimitió antes de que se produjera al DUI y el único que -frente a la versión de la "política de represión" del Gobierno de Rajoy dada por sus compañeros de banquillo- ha expuesto una visión diferente: "altos dirigentes del Gobierno de España, en contra de lo que se ha publicado, tenían interés en evitar el choque institucional". No ha dado nombres, tampoco se los han preguntado.

Según Vila, Puigdemont -que lo que quería era "desescalar" la "presión muy fuerte" que había para que el Govern diera pasos unilaterales hacia la independencia- le encargó que hiciera de interlocutor para llegar a una solución negociada.

Vila, el único 'arrepentido': la DUI fue un "despropósito" y la ley de la república, "disparatada". Atlas

Según él, pareció haberse alcanzado el 25 de octubre, cuando se habría pactado con Madrid no ir a la DUI y que Puigdemont convocara elecciones anticipadas. Pero "el clima de desconfianza" que existía "frustró" la salida y él se marchó.

"Llamé al president Puigdemont y le dije que yo, que me he dado la mando con altos dirigentes del PP y del PSOE, que he dado la palabra de que cumpliríamos, si ahora no podemos porque no nos vemos capaces de justificarlo ante nuestro electorado, ante los jóvenes, porque somos aprendices de mago ante las presión de redes sociales (estaban llamando traidor y cobarde a Puigdemont y estaba generando una confusión enorme en estado de ánimo), si no somos capaces de gestionar emocionalmente esto, yo sintiéndolo mucho me voy y dimito", ha explicado.

"Tenía la impresión de que los que fallábamos éramos nosotros por no ser capaces de serenar el ánimo de nuestros entornos", ha añadido en una autocrítica que sonó sincera.

Acusado de acusado de malversación de fondos y desobediencia al Tribunal Constitucional, Vila ha negado haber destinado dinero público al referéndum y ha asegurado que asumió la suspensión de la consulta desde que el Tribunal Constitucional se pronunció.