Enérgico y desafiante, el exconsejero de Territorio y Sostenibilidad del Gobierno catalán Josep Rull ha convertido esta mañana su declaración como acusado en el Tribunal Supremo en un cuerpo a cuerpo con la fiscal Consuelo Madrigal y en una exhibición de recriminaciones al Ministerio Público que el presidente del tribunal ha intentado, con éxito relativo, reconducir.

"No invierta los términos del acto procesal haciendo preguntas a la fiscal y con juicios de reproche añadidos", ha pedido varias veces el magistrado Marchena al acusado. En vano: Rull estaba arrollador y ha comenzado pidiendo Madrigal que hiciera el favor de decir bien el nombre de su localidad ("creo que desde el año 1979 se escribe Terrassa, con e y dos eses, y no con una sola ese y tres as") para acabar recriminándole que el escrito de acusación haya hecho una "manipulación intensa" de unas declaraciones periodísticas que hizo tres días antes del 1-O para intentar hacer ver que el acusado avalaba el uso de la violencia.

"Pido a la representante de la Fiscalía que me diga dónde está que yo haya dicho 'estamos determinados a hacer posible la votación con todas las garantías, aunque la tensión es altísima la garantía más importante es la movilización de la gente', dónde está esa frase con puntos, comas y no comas", dijo Rull, que se quejó de que el escrito de acusación no haya reproducido sus manifestaciones reales en una entrevista.

Rull apela a la "democracia" ante la "falta de legitimidad moral" del TC. Efe

La equivocación de la Fiscalía, cuya trascendencia es cuestionable, ha consistido en mezclar, mal puntuadas, dos frases independientes. En la primera Rull dijo "estamos determinados a hacer posible la votación de este 1 de octubre con todas las garantías, aunque la tensión es altísima" y en la segunda manifestó que "la garantía más importante de cualquier referéndum es la movilización de la gente y la participación de los ciudadanos".

Pacifismo

Pero la artillería de Rull contra el escrito de acusación prosiguió. Según él, la Fiscalía "denigra a los ciudadanos que se manifestaban pacíficamente" frente a la Consejería de Economía el 20 de septiembre. "Ustedes hablan de turba, muchedumbre, instrumento de coacción para lo que era una manifestación a favor de la libertad y la democracia y para protestar por detenciones que la gente tiene derecho a considerar arbitrarias". Cuando se le preguntó si sabía que la comisión judicial que registraba la Consejería estuvo retenida dentro 14 horas, Rull contestó que lo leído en el sumario. 

En la misma línea que los anteriores acusados, el exconsejero de Territorio ha defendido el pacifismo del movimiento independentista y ha llegado a decir que "condené algún episodio cocnreto y singular de violencia", aunque no ofreció a la Sala ningún ejemplo.

También se apuntó a la tesis de la "ponderación" inaugurada el día anterior por Jordi Turull y sostuvo que "ponderar entre el imperio de la ley, el principio democrático y el principio de legitimidad es lo que hizo el Tribunal Supremo de Canadá para permitir el referéndum" de Quebec

"Usted ha leído al Tribunal Supremo de Canadá pero no al Tribunal Constitucional español", apostillo Madrigal después de haber conseguido que Rull admitiera que hizo caso omiso de hasta seis advertencias que recibió del TC para no seguir desarrollando la hoja de ruta hacia la independencia que firmó como representante de Convergencia en marzo de 2015.

Rull justificó su apoyo a las leyes de referéndum y fundacional de la república catalana, la firma del decreto de convocatoria de la votación independentista, la celebración del 1-O y la declaración de independencia -pese a que todo ello fue prohibido por el TC- aludiendo a la "falta de legitimidad moral" del Constitucional por ser "sistemáticamente utilizado por el Estado y dejarse instrumentalizar". "Si el principio democrático es constantemente ignorado esa legitimidad [del TC] queda afectada", manifestó.

El milagro de la sociedad civil

Eso sí: el Govern no se implicó en la "parte operativa" del 1-O (de otra forma, no hubiera podido sostener que "no se gastó ni un euro público" en el referéndum) ya que urnas, papeletas, censo, aplicaciones informáticas, etc. apareció preparado y en su sitio gracias a "la sociedad civil, a personas concretas, con una actividad extraordinaria para que esa ola inmensa de esperanza se concretara en la aparición de las urnas".

En medio del interrogatorio pareció quedar perdida una afirmación que Rull hizo con orgullo pero que para la Fiscalía puede ser de utilidad: "Desde mi departamento pusimos a disposición [del 1-O] la sede de la Agencia de Residuos". Entre otros elementos, la Fiscalía construye su acusación de malversación con los gastos de los centros públicos utilizados para una finalidad ilegal como fue el referéndum.

Rull, en la madrugada del 1-O en la Agencia de Residuos, dependiente de su Consejería. E.E.

Quedó también en el aire la mención de Rull a unas supuestas declaraciones atribuidas al fiscal general José Manuel Maza, ya fallecido, que habría dicho "no nos obliguen a ir más allá de la ley".

"Nos sorprendió la alusión a la utilización de mecanismos que no se ajustaran a la legalidad por parte del fiscal general", ha indicado Rull, que añadió que "jamás pensé que se fuera a ir más allá de la ley utilizando la violencia el 1-O".

Esta vez fue el acusado el manipulador. Lo que en realidad dijo Maza en una entrevista concedida el 25 de septiembre de 2017 -según reprodujo El Periódico de Cataluña- fue que "no hay desproporción en las actuaciones que ha ordenado la Fiscalía para desactivar la celebración del referéndum previsto para el próximo 1 de octubre. Al revés. Nos esforzamos por no ir más allá de la ley".