El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, se ha despedido este miércoles de la Comisión de Justicia del Congreso, en la que ha comparecido para exponer el que, en principio, debería ser su último informe sobre el funcionamiento de la Justicia. 

El CGPJ concluirá sus cinco años de mandato en diciembre y, aunque no han sido infrecuentes los retrasos en su renovación -para la que son necesarios tres quintos de las Cámaras, una mayoría cualificada difícil de reunir en tiempos de inestabilidad política-, Lesmes ha planteado su comparecencia parlamentaria como si fuera su última oportunidad de dirigirse a los parlamentarios.

Lesmes pide no cuestionar la independencia del Poder Judicial

Ello ha dado a su intervención un tono más reivindicativo de lo habitual. El presidente del Poder Judicial ha indicado que más del 60% de los órganos judiciales están "claramente sobrecargados" y ha advertido de que ese "colapso" no tendrá solución sin "reformas estructurales" que "siempre, por unos motivos u otros, acaban postergadas”.

 “Mientras no se lleve a cabo una gran reforma organizativa de la Administración de Justicia difícilmente serán superables las actuales ineficiencias que impiden que los indicadores de asuntos pendientes, tasas de resolución o tiempos medios de respuesta experimenten mejoras significativas”, ha señalado.

"No ha habido grandes mejorías"

Lesmes ha admitido que el sistema de Justicia, “al menos en cuanto a la capacidad global para absorber con agilidad la carga de trabajo que entra, no ha experimentado grandes mejoras en los últimos años”.

“Nuestra litigiosidad sigue siendo elevada si la comparamos con la de los países de nuestro entorno, y aunque nuestros jueces, gracias a su esfuerzo, llevan varios años siendo capaces, a nivel global, de resolver más asuntos de los que ingresaban, esta es una situación difícilmente sostenible en el tiempo”, ha explicado. 

El máximo representante del Poder Judicial ha recordado que sigue pendiente el cambio integral de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para "modernizar la investigación penal", hay serios déficits en tecnología y digitalización de la Administración de Justicia ("Lexnet no ha funcionado muy bien, hay que hacer un mayor esfuerzo inversor y tener más cabeza en las inversiones") y es preciso incidir en la dotación de medios.

 “Hay que invertir en Justicia, y hacerlo de manera suficiente y con una adecuada planificación, aunando y coordinando esfuerzos entre las distintas Administraciones implicadas”, ha reclamado.

Las preocupaciones de los diputados fueron, sin embargo, por otros derroteros. Como en otras ocasiones, los portavoces volvieron a incidir en el "presidencialismo" del CGPJ, en el sistema de nombramientos de cargos judiciales, en la fórmula de designación de los vocales (Ciudadanos anunció que no participará en la renovación si no se devuelve la elección del Consejo a los jueces) y, por parte de los nacionalistas catalanes, en la instrucción del proceso por rebelión que se tramita en el Tribunal Supremo.

Lesmes estuvo especialmente enérgico en su respuesta a Lourdes Ciuró (PdCat), que denunció la "privación" de los derechos civiles de los políticos catalanes encausados por rebelión y sostuvo que "la Justicia europea" estaría desautorizando el proceso penal que tramita el Tribunal Supremo.

"Estará usted de acuerdo en que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es un buen indicador de cómo se respetan los derechos humanos en unos y otros países", le contestó Lesmes, que a continuación manifestó que España es uno de los países que recibe menos fallos adversos mientras Bélgica -que ha archivado las órdenes de entrega de tres exconsejeros prófugos en Bruselas- "tiene cuatro veces más condenas que España" por parte de la Corte de Estrasburgo.

"A toque de silbato" 

En cuanto al funcionamiento del CGPJ, Lesmes ironizó: "o sea que el presidente del CGPJ toca el silbato y todos los vocales se pliegan. Eso no hay quien se lo crea". Recordó que la Comisión Permanente de este órgano se ha renovado siete veces, dos de ellas por unanimidad y las demás por mayorías de entre 14 y 17 votos. 

También sostuvo que "hay una percepción de que los nombramientos judiciales se deben a criterios subjetivos, pero no es la realidad". A este respecto, señaló que el Tribunal Supremo ha convalidado todos los nombramientos discrecionales realizados durante el mandato del actual Consejo salvo en una ocasión.

En cuanto al cambio del sistema de elección de los vocales, pidió a los parlamentarios que "saquen sus propias conclusiones" tras analizar los indices de percepción ciudadana de independencia del Poder Judicial en los distintos países de la Unión Europea. Los apreciados como más independientes (Dinamarca, Finlandia y Austria) son gestionados por el Ministerio de Justicia, mientras que los percibidos como menos independientes (Bulgaria, Croacia y Eslovaquia) tienen órganos de gobierno elegidos por los propios jueces.

A su juicio, "veinte vocales con dedicación exclusiva no hacen ninguna falta" porque en el CGPJ no hay suficiente trabajo. Reconoció que el modelo actual, en el que solo tienen dedicación exclusiva los siete miembros de la Comisión Permanente, "genera frustración personal en algunos vocales", pero la fórmula ha sido positiva para el funcionamiento del órgano. 

Carlos Lesmes acabó con una cita Séneca: "el tiempo desbroza la verdad". "En relación con este Consejo", aseguró, "el tiempo desbrozará la verdad y será amable con nosotros".