El considerado testaferro de Ignacio González, Edmundo Rodríguez Sobrino, habría utilizado a su hija Patricia para ocultar las comisiones ilegales que se habría llevado por comprar a través del Canal de Isabel II la empresa brasileña Emissao por un precio muy superior al real. Su comisión podría haber ascendido a cerca de un millón de euros, sólo por esa operación. Para ocultar el origen del dinero habría movido el dinero con el nombre de su hija “tan solo días después” de la operación de compra de la empresa brasileña en una operación inmobiliaria.

Según se desprende de uno de los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, “Ana Patricia Rodríguez parece haber ejercido como testaferro de su padre Edmundo Rodríguez, titulando parte de su patrimonio”. Así parece ocurrir, según los investigadores, en el caso de dos inmuebles titulados por ella y que declaró respecto al año 2014 a la Agencia Tributaria (AEAT), ambos adquiridos a principios de ese año, meses después de que Inassa-Canal Extensia -que presidía su padre- compraran su participación en Emissao “y unos días después del último pago por esta operación societaria”. Se trata de un pago de 4,4 millones de dólares pagados por la empresa Soluciones Andinas -en representación del Canalde Isabel II- a la cuenta en Suiza del presidente de Emissao.

Los inmuebles están respectivamente ubicados en Barranquilla (Colombia), donde se encuentra la sede social de Inassa y en República Dominicana donde AAA Dominicana, filial de Inassa, que habría sido instrumentalizada para cometer alguno de los hechos delictivos generadores de fondos investigados.

Por estos hechos, Patricia Rodríguez tuvo que declarar este miércoles en calidad de investigada por un presunto delito de blanqueo de capitales ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, en el marco de la 'Operación Lezo'. Según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes jurídicas, la hija del considerado testaferro del expresidente madrileño, Ignacio González, reconoció que en aquella operación se produjo una donación encubierta como compraventa de dos pisos de Sudamérica.

Sin embargo, negó ser la testaferro de su padre y mantuvo que todo el dinero que tiene es por su trabajo, por el que ha llegado a ganar 80.000 libras anuales, y el de su marido, que gana hasta cinco veces más que ella.

Además de los dos bienes inmuebles analizados por la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción, y coincidentes con la compra de Emissao, la hija de Rodríguez Sobrino declaró a la AEAT respecto a los años 2014 y 2015, ser titular del 50% de otro en Reino Unido, valorado en más de 1,5 millones de euros, así como ser titular de cuentas bancarias en Reino Unido y el paraíso fiscal de Jersey, cuya suma total de saldos ascendía en los años 2014 y 2015 respectivamente a los importes aproximados de 700.000 y 1 millón de euros.

De Suiza a otros países

La línea de investigación mantenida en este asunto es que los 25 millones de dólares que se pagó por la compra de Emissao fueron a parar a una cuenta en Suiza del presidente de la compañía brasileña, Sebastiao Cristovam. Cuando los investigadores localizaron la cuenta ordenaron su inmediato bloqueo. En ese momento, ya quedaban 18 millones de euros. El resto había sido repartido, en posibles comisiones, y enviado a cuentas de otros países a nombre de sociedades pantalla de sus auténticos beneficiarios.

Uno de esos beneficiarios habría sido, según las tesis policiales, el propio Edmundo Rodríguez. Además, se investiga si el propio Ignacio González podría haber recibido, a nombre de terceras personas, su parte de comisión. Ambos se encuentran en prisión desde el pasado mes de abril por orden de la Audiencia Nacional. Las sospechas de los investigadores es que quien fuera el hombre fuerte de González en el Canal de Isabel II le habría gestionado esos cobros ilegales.

“El tema de las libras no es problema”

Pero Rodríguez Sobrino también habría recibido su parte del 'pastel'. Durante la fase de investigación antes de las detenciones, la UCO intervino las comunicaciones de los principales investigados. En una conversación interceptada entre el expresidente de Inassa y su hija, saltaron las alarmas de los investigadores.

En esa llamada, del 26 de octubre de 2016, su hija le habla de un viaje inminente que piensa realizar a Reno Unidos: “No estés preocupado por el tema de las libras, que no es ningún problema”. Más adelante vuelve a sacar el propio Edmundo el mismo tema de conversación: “Ehhh, y lo otro bueno, lo otro, bueno, esto, tú ingrésalas”, tranquilizándolo de nuevo su hija: “¡No te preocupes porque no es un problema! es un tema de hacerlo con discreción”, estando entonces Edmundo Rodríguez conforme con que lo hiciera “vale, pues hazlo, hazlo”. Su hija le repitió que no había ningún problema y que luego harían ambos cuentas: “no es ningún problema y ya me dirás como hacemos las cuentas” -”se entiende que para compensar el ingreso de libras que Patricia va a realizar, apostilla la Guardia Civil.

“Por tanto, se desprende que Patricia Rodríguez planearía realizar un viaje a Inglaterra, donde realizaría un ingreso en moneda británica que debería hacerse con discreción, circunstancias que preocuparían a Edmundo Rodríguez, quien, de los términos en los que se produce la conversación, se desprende que pudiera tener algún tipo de interés en esa operación, ya que más adelante hablarían de hacer cuentas, lo que resultaría indiciario de la posible existencia de un patrimonio oculto en el archipiélago británico”, sostiene la UCO.

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