Publicada
Actualizada

Fue Salvador Illa quien solicitó la reunión con Carles Puigdemont en Bruselas, según fuentes de Junts cercanas al expresident fugado, "tras regresar de sus vacaciones con Pedro Sánchez en Lanzarote". El encuentro, previsto para este martes, se produce en un momento de "malas relaciones" y en un clima de "desconfianza".

Desde el entorno de Puigdemont se recuerda que, "hace un año, Illa evitó reunirse" con el líder de Junts durante su ronda de encuentros con todos los expresidentes catalanes. Por este motivo, el partido de derecha separatista ya no mostraba interés en la cita.

Estas mismas fuentes insisten en que asistirán "únicamente por respeto a la institución del president de la nación catalana". Y añaden que "en realidad, el PSOE no tiene nada que ofrecernos".

Para el líder de Junts, es "evidente" que Sánchez está "preocupado" por los problemas judiciales que acechan a su círculo político, personal y familiar. Según esas fuentes, el presidente del Gobierno manda a Illa "como emisario" para intentar "mejorar el ambiente" entre los partidos, dado que ahora mismo la relación entre Junts y el PSOE es "mala".

"Nada que negociar"

Y es que Puigdemont sigue firme en su posición: sin catalán oficial en la UE, sin las competencias de inmigración para la Generalitat y sin la aplicación "efectiva" de la Ley de Amnistía, "no hay nada que negociar" ni avanzar. Y según el entorno del expresident, "ninguna de esas cosas dependen directamente de Sánchez".

La oficialidad de la lengua catalana en las instituciones europeas, "exige que él se remangue", pero en Junts ya son conscientes de la pérdida de peso del presidente español en la Unión.

La "prevaricación" de la que acusa el entorno de Puigdemont a los jueces del Supremo, que "están en rebeldía contra una ley aprobada en el Legislativo español", es otro obstáculo. Y además, en Junts entienden que o el Tribunal Constitucional resuelve ya el recurso de amparo de Puigdemont, o el TJUE puede anular la norma antes de que el líder de Junts se beneficie de ella.

Así, mientras el PSOE no cumpla con los compromisos acordados, "no hay nada que hablar", exponen desde el entorno independentista.

Según Junts, el encuentro en Bruselas servirá únicamente para "escuchar lo que el líder del PSC más españolista tenga que decir".

Puigdemont no está dispuesto a negociar Presupuestos, un punto clave que Sánchez necesita para prolongar la legislatura y dotarse de legitimidad. Junts no ve ningún incentivo en abrir esa conversación, especialmente porque Podemos ya ha anunciado que no negociará esas cuentas. Y sus cuatro votos son tan imprescindibles como los siete de Junts.

"Una tomadura de pelo"

Desde el partido de Puigdemont insisten en otros compromisos importantes atascados. La negociación sobre la llamada "financiación singular" para Cataluña no avanza en absoluto.

Señalan que lo pactado entre el PSC de Illa y la ERC de Oriol Junqueras durante su investidura fue simplemente una rebaja respecto al llamado 'Acuerdo de Bruselas' firmado en noviembre de 2023 por Santos Cerdán, en nombre del PSOE, para la investidura de Sánchez.

Las fuentes consultadas recalcan que lo aprobado ahora es, a su juicio, "una tomadura de pelo más del PSOE a Esquerra". Puestos en contexto, la comparativa entre los compromisos de Bruselas y lo finalmente acordado sitúa a Junts en una posición intransigente ante futuras negociaciones.

El mes de agosto ha sido "particularmente tranquilo", reconocen desde Junts. Tras la entrada en prisión de Cerdán, el PSOE designó nuevos interlocutores, pero estos no han mantenido encuentros con Puigdemont en Ginebra, al menos hasta la semana pasada.

No hubo reuniones mensuales en Suiza entre los negociadores socialistas e independentistas, salvo por lo informado este lunes por la noche por Elnacional.cat, que corroboraba la información recabada por EL ESPAÑOL sobre el complicado momento en las relaciones entre el PSOE y Junts.

El portal independentista añade que la última reunión entre negociadores, celebrada a finales de la semana pasada en Ginebra, confirmó la difícil situación.

Moncloa mantiene la esperanza de que el encuentro entre Illa y Puigdemont ayude a "allanar" el camino hacia los Presupuestos de 2026. Sin embargo, todas las partes implicadas reconocen que el clima es poco propicio y que las exigencias de Junts siguen intactas.