Los socios europeos empiezan a mostrar abiertamente su hartazgo ante la insistente presión del Gobierno de Pedro Sánchez para que el catalán sea reconocido como lengua oficial en la UE, una solicitud que ha vuelto a naufragar estrepitosamente en el Consejo de Asuntos Generales celebrado este viernes en Bruselas.
Se trata de un compromiso que Sánchez asumió con Carles Puigdemont en agosto de 2023 como "pago adelantado" a cambio de su apoyo a la elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso y de su propia investidura.
Cada vez que el presidente del Gobierno necesita amarrarse el apoyo de Junts, reactiva en Bruselas la petición para que se reconozca el catalán. Este viernes ha sido la séptima vez que España ha exigido un debate a nivel ministerial, pese a saber de antemano que no cuenta con la unanimidad necesaria.
Como ya ocurriera en mayo, Alemania ha liderado de nuevo el rechazo a las demandas de Sánchez. Sostiene que hay que hacer caso al dictamen negativo de los servicios jurídicos del Consejo, que alega que el reconocimiento del catalán exigiría una reforma de los Tratados, algo impensable en el actual contexto europeo.
El secretario de Estado para la UE, Fernando Sampedro, se ha revuelto contra los argumentos de Berlín y ha protagonizado un tenso enfrentamiento con su homólogo alemán, Gunther Krichbaum, según confirman a EL ESPAÑOL varias fuentes europeas.
"España y Alemania han tenido un intenso tira y afloja", explica un diplomático de un país del sur. Sampedro ha presentado a sus colegas un informe alternativo de la Abogacía del Estado que concluye que no haría falta modificar los Tratados.
"No ha ido muy bien. Alemania ha explicado con firmeza que legalmente es imposible y a partir de ahí España ha adoptado una actitud bastante agresiva, lo que no ha ayudado en absoluto al debate. De hecho, podría considerarse incluso un paso atrás", señala otro diplomático de un país centroeuropeo.
Sampedro ya había endurecido considerablemente el tono a su llegada a la reunión, arremetiendo (sin nombrarlos) contra los países que bloquean la petición española sobre el catalán, que de nuevo han impedido que haya una votación.
El secretario de Estado alemán para la UE, Günther Krichbaum, durante el anterior Consejo de Asuntos Generales de junio
"Lo que no puede ser es secuestrar o retrasar los debates innecesariamente. Si hay cualquier Estado miembro que necesite cualquier otra cuestión de la Comisión o del Consejo, que lo pidan y espero que lo tengamos listo", ha señalado.
"Quizá hay otros motivos que explican sus posiciones. Pero desde luego no es la falta de información, no es la falta de explicaciones y no hay ningún argumento, ni económico, ni en términos legales, ni en términos de precedentes que pueda justificar retrasar esta iniciativa en un minuto", sostiene Sampedro.
"Alemania, en particular, ha señalado las dificultades legales de base de la propuesta española, con el respaldo de Italia", explica un tercer diplomático también de la Europa central. Berlín ha endurecido considerablemente su postura desde la llegada al Gobierno del democristiano Friedrich Merz.
Durante el Consejo de Asuntos Generales, también han intervenido en contra de la petición de Sánchez los ministros de Francia, Suecia, Finlandia, Bulgaria, Irlanda y Croacia. Además, Polonia, Austria y Luxemburgo han mostrado sus dudas al llegar a la reunión.
En el pasado, los bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) habían expresado públicamente su rechazo, aunque desde que el Financial Times publicó que el ministerio de Exteriores les había amenazado con retirar las tropas españolas desplegadas en el marco de la OTAN guardan un elocuente silencio.
Por su parte, los servicios jurídicos han repetido por enésima vez este viernes sus objeciones contra el reconocimiento del catalán.
Los únicos países que han apoyado a Sampedro en la reunión a puerta cerrada han sido Bélgica, Eslovaquia, Chipre y Eslovenia, según las fuentes consultadas por este periódico.
A este creciente rechazo se suma el malestar acumulado por la actitud de Sánchez respecto a la Alianza Atlántica. Su negativa a sumarse al compromiso del 5% en gasto militar fue interpretada como un intento de hacer política interna a costa del resto.
Al final del debate, que ha durado aproximadamente una hora, la ministra danesa de Asuntos Europeos, Marie Bjerre, que ocupa la presidencia de turno del Consejo, ha concluido que "quedan muchas cuestiones pendientes de resolver" y que la petició española necesita más trabajo, aunque no ha fijado ningún calendario.
Aún así, el Gobierno sostiene que "hemos dado un paso más en el camino del reconocimiento de las lenguas oficiales españolas en la UE, un camino irrenunciable e irreversible".
"España está dispuesta a seguir trabajando con todos sobre cualquier cuestión para resolver la discriminación de España frente a otros Estados Miembros a los que sí se les ha respetado su identidad nacional plurilingüe. El día D no es hoy, pero el día D hoy está más cerca", sostienen fuentes de Exteriores.
En contraste con el optimismo de Sánchez, la ministra sueca de Asuntos Europeos, Jessica Rosencrantz, asegura que "el debate ha sido muy similar al de hace dos meses" y no ha servido para resolver las dudas operativas, financieras y legales de los Estados miembros.
La ministra de Asuntos Europeos de Dinamarca, Marie Bjerre, ha presidido el Consejo de Asuntos Generales
El naufragio de la iniciativa de Sánchez sobre el catalán quedaba al descubierto incluso antes del inicio del Consejo de Asuntos Generales, porque varios ministros han expresado públicamente sus reservas a la prensa nada más llegar.
En una semana en la que la UE ha tenido muchas dificultades para aprobar nuevas sanciones contra Rusia y es incapaz de adoptar decisiones sobre Israel o un alto el fuego en Gaza "este no es, en absoluto, el momento adecuado" para plantear el reconocimiento del catalán, se ha quejado el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel.
"Entiendo perfectamente que para los españoles el multilingüismo y las tradiciones sean muy importantes, pero, desde mi punto de vista, este momento no es el adecuado, aunque no lo voy a bloquear. Se lo dije también a los colegas españoles", ha insistido Bettel, que fue primer ministro de su país.
"Como saben, hay muchas preocupaciones entre los Estados miembros, especialmente de carácter legal, y creo que se necesita más tiempo", ha dicho el ministro polaco de Asuntos Europeos, Adam Szlapka.
"La opinión de los servicios jurídicos no ha cambiado y nos la tenemos que tomar muy en serio", alega la ministra austriaca, Claudia Plakolm. "En otras palabras, mientras haya una propuesta sobre la mesa que plantee dudas legales sin aclarar, no nos es posible dar nuestra aprobación", ha zanjado.
"Finlandia siempre está dispuesta a discutir de forma constructiva, pero no creemos que haya habido suficientes avances. En cuanto a los servicios jurídicos, sigue habiendo cuestiones que no se han resuelto", alega su ministro de Asuntos Europeos, Joakim Strand.
Con este nuevo revés, el reconocimiento del catalán volverá a meterse en un cajón y Sánchez va a tener muchas dificultades para reactivar el debate.
La presidencia danesa lo incluyó en la agenda del Consejo de Asuntos Generales como gesto de buena voluntad, pero es improbable que vuelva a hacerlo a menos que haya avances claros. Habrá que esperar como mínimo a la próxima presidencia chipriota en enero de 2026.
