Bruselas

Pedro Sánchez confiaba en ser investido de nuevo como presidente del Gobierno la semana que viene. De hecho, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, tendría que haber convocado este mismo viernes el debate para los días 7 y 8 de noviembre, según el calendario manejado por Moncloa.

Sin embargo, Junts per Catalunya ha enfriado las posibilidades de una investidura inminente de Sánchez por desacuerdos políticos y técnicos sobre el perímetro de la ley de amnistía, el principal pago que exige Carles Puigdemont (fugado en Bélgica desde octubre de 2017) a cambio de sus siete votos. Al final, Armengol no ha anunciado ningún calendario y la norma sigue sin registrarse, pese a que ya ha sido acordada con Esquerra Republicana de Cataluña.

Después de dos jornadas caóticas en Bruselas, Junts y el PSOE han fracasado en su intento de cerrar un acuerdo sobre la investidura. Y eso que la cúpula del partido de Puigdemont celebró este jueves una reunión presencial en la capital belga en la que tenía previsto dar luz verde al pacto.

[Page sobre Sánchez y Puigdemont: "Uno u otro va a terminar siendo un botifler"]

Además, el secretario de organización socialista, Santos Cerdán, había viajado de nuevo a Bruselas para firmar el contrato, pero al final ni siquiera se ha visto con el expresidente catalán pese a que ambos han coincidido en la sede de la Eurocámara. Cerdán no quería hacerse otra foto con Puigdemont tras la fuerte polémica desatada por la que se publicó este lunes, con la imagen de la urna del 1-O de telón de fondo.

Eso sí, las dos partes insisten en que "las negociaciones continúan: no se han roto ni ha habido ninguna pausa en ningún momento". Y señalan que "todavía queda tiempo" para cerrar un acuerdo antes del 27 de noviembre, la fecha límite en que se convocarían automáticamente elecciones anticipadas si no ha habido investidura. "Hay algunos problemas técnicos y políticos que todavía no se han resuelto, pero la voluntad es que se resuelvan", señalan fuentes conocedoras de las negociaciones.

El propio Puigdemont ya tiene experiencia en esperar hasta el último momento, ya que fue elegido presidente de la Generalitat el domingo 10 de enero de 2016, en el límite del plazo legal antes de la convocatoria automática de nuevas elecciones catalanas. Pero el objetivo de las dos partes es no apurar hasta el final. "No hay nada cerrado, pero seguimos en tiempo y forma", insisten las fuentes consultadas.

Ni el PSOE ni Junts quieren dar muchos detalles sobre cuál es el escollo concreto en la negociación de la ley de amnistía. Puigdemont insiste en que debe ser una amnistía total "de la represión iniciada desde antes de la consulta del 9 de noviembre de 2014", tal y como dijo en su discurso del 5 de septiembre.

Los socialistas aseguran que no se está hablando de nombres concretos de posibles beneficiarios de este olvido legal de los delitos. Alegan que el redactado de la ley de amnistía es "complejo" tanto a nivel político como técnico y además tiene que ser una norma sólida que esté blindada frente a los más que seguros recursos del Partido Popular. "Hay textos muy avanzados, pero no cerrados", señalan las fuentes consultadas.

Por segundo día consecutivo, Junts y el PSOE han intentado esquivar este viernes a la prensa, ocultando el lugar y el horario de sus reuniones en la capital de Bélgica. Pero los corresponsales han localizado a Puigdemont en su despacho en la sede de la Eurocámara en Bruselas, junto con el secretario general del partido, Jordi Turull, y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras.

El expresidente catalán ha dicho que los tres estaban haciendo "trabajo interno" y que no tenían previsto reunirse con Santos Cerdán. Sin embargo, el secretario de organización del PSOE se encontraba también en la sede del Parlamento Europeo, aunque ha sido imposible conseguir su foto. Eso sí, el líder del PSOE en la Eurocámara, Javier Moreno, se ha acercado a media mañana al despacho de Puigdemont, aunque se ha dado la vuelta sin dar explicaciones al ver a la prensa allí congregada.

Las conversaciones y el intercambio de documentos entre Junts y el PSOE continuarán en las próximas horas y días. Aunque nadie lo descarta categóricamente, las posibilidades de cerrar el acuerdo durante el fin de semana son escasas. Lo que sí parece claro es que las dos partes apuestan por que al final habrá fumata blanca, pero la investidura de Pedro Sánchez podría acercarse peligrosamente hasta la fecha límite del 27 de noviembre.