La victoria de la formación de extrema derecha Hermanos de Italia en las elecciones de este domingo ha generado euforia en Vox. Así lo trasladan todos sus dirigentes y militantes, que tratan de extrapolar el resultado a España. 

Sin embargo, los flecos de la crisis generada por la salida de Macarena Olona de Vox ha empañado este momento. Entre otras cosas, porque el perfil de Giorgia Meloni, futura presidenta italiana, guarda muchas similitudes con la abogado del Estado.

Durante la campaña para las recientes elecciones andaluzas en el mes de junio, un acto en el que participaron juntas las dos políticas en Marbella sirvió para evidenciar el parecido entre ambas, especialmente por el tono y el fondo del discurso. Entonces, ya se especuló con eso de que Olona podía ser “la Meloni de Vox”.

Hoy, esa circunstancia sigue intacta con una gran salvedad, que la ya conocida como “Meloni española” protagoniza una convulsa disputa con la dirección del que fue su partido hasta el mes de julio, hasta el punto de que no descarta montar su propio proyecto político, para el que, asegura, ya tiene financiación.

En los últimos días, la letrada ha llegado a acusar a dirigentes de la formación de Santiago Abascal de financiar cuentas de extrema derecha para acosarla en redes sociales. También ha cargado contra los modos de algunos de sus excompañeros, acusándoles -entre otras cosas- de falta de democracia interna. 

Felicitaciones de Vox

Desde que se conocieron las primeras encuestas a pie de urna que auguraban el éxito de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), los máximos responsables de Vox se lanzaron a una suerte de competición por ver quién admiraba más a la líder Meloni o tenía más relación con ella.

Concretamente Abascal compartía una serie de fotografías con ella junto al siguiente mensaje: "Esta noche millones de europeos tienen sus esperanzas puestas en Italia. Giorgia Meloni ha mostrado el camino para una Europa orgullosa, libre y de naciones soberanas, capaces de cooperar para la seguridad y la prosperidad de todos. Avanti Fratelli d'Italia". 

Posteriormente, ya tras la jornada electoral, el perfil oficial de Vox en Twitter celebraba el inicio de "una nueva Europa", asegurando que "Italia ha dicho basta a la izquierda y al globalismo" y anticipó que "muy pronto lo hará España con Santiago Abascal".

Esta idea la refuerzan todos los dirigentes de Vox. Por ejemplo, Herman Tertsch, eurodiputado, remarcaba que "Fratelli y Vox son dos partidos hermanos que trabajan en el Europarlamento en magnífica sincronización y armonía". 

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De la misma forma, también Macarena Olona seguía esa estrategia y rescataba una publicación del mes de julio en la que sale abrazada a Meloni, para felicitar públicamente a la política italiana: "Lo conseguiste, el amor del pueblo italiano ha sido más fuerte".

La decisión de Vox de dar un portazo a la que fue su principal activo en el Congreso de los Diputados, negándole una vuelta como ella buscaba, ha incrementado si cabe más la polémica. Todo apunta a que la siguiente parada de la alicantina será la construcción de su propio partido político. 

Partido de Olona

Sin embargo, ya ha vaticinado que esto no se decidirá hasta las elecciones municipales y autonómicas. Si entonces el partido de Abascal "deja de ser alternativa", Olona "dará un paso al frente". A esto el vicepresidente de Vox, Jorge Buxadé, respondió que no van a dejar de ser "jamás" una alternativa, "es el compromiso con España". 

En rueda de prensa este lunes, el número dos de la formación reconoció que no se puede comparar la política italiana con la española. Aunque también expresó su creencia de que cuando se celebren las generales en nuestro país superarán incluso la gesta de Meloni. 

Contra esto, las encuestas confirman una tendencia descendente de Vox tras el mal resultado en las andaluzas que se ha consolidado con la abrupta marcha de Olona, la "Meloni" española. 

Lejos de sellar la paz con sus antiguos jefes, la abogado del Estado está inmersa en una gira de conferencias universitarias y volvió a reunirse este lunes con Mario Conde en Sevilla, donde siguió alimentado la idea de que su trayectoria política aún tiene mucho recorrido.

La identificación de la futura presidenta italiana con la exportavoz andaluza, genera controversia en los votantes de Vox. La felicidad de Abascal, que busca rentabilizar el triunfo del "patriotismo" en Italia, finalmente, se ve enturbiada por la guerra soterrada con su candidata en Andalucía.