Desde que por la mañana del lunes, el Gobierno filtró que se van a duplicar los Consejos de Ministros de aquí a final de año, celebrando dos a la semana, la rumorología monclovita dio muchas vueltas. La noticia no pudo tapar el llamativo dato de inflación, un 5,6% en noviembre, el más alto en casi tres décadas. Fuentes del socio minoritario del Gobierno decían desconocer los motivos. Que simplemente, les habían informado de que el viernes se adelantaban algunos de "sus temas", que estuvieran preparados.

Pero sugerían desde Unidas Podemos que, a la vista del IPC, las previsiones macroeconómicas se podrían revisar a la baja, como ya sugirió el Ejecutivo hace sólo un mes, y que el aparato propagandístico socialista necesitaba contrarrestar los nubarrones con algo llamativo.

Que Nadia Calviño comparecería ante los medios este martes y presentaría no sólo una ley, sino "alguna cosa más". Y esa cosa más podría ser una rebaja de las previsiones de crecimiento, en la línea de lo dicho por Bruselas hace apenas dos semanas, a la vista de que los Presupuestos ya están encarrilados con los socios parlamentarios

Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra de Economía, en rueda de prensa. ADP

Sin embargo, en Presidencia el mensaje era justo el contrario para explicar que en las próximas semanas vaya a haber citas los martes y los viernes en Moncloa: "Los datos de empleo van a ser históricos, como avanzó el ministro de Seguridad Social la semana pasada", explica una fuente autorizada cercana al presidente, en conversación con este periódico. "Lo que no se crezca este año, se crecerá en 2022 o en 2023, no estamos preocupados".

Buena ejecución

Desde el Ministerio de Calviño, el mensaje era muy similar: "Nada de revisión de previsiones, estamos cumpliendo la senda de déficit y de deuda, incluso mejor de lo esperado", explicaba una portavoz. "Estamos permanentemente pendientes de los indicadores, y no hay preocupación para continuar con la buena ejecución".

Ésa es una de las claves que en el Gobierno nadie explica, y motivo principal del optimismo. Nadie entiende que España esté creando empleo a un ritmo "histórico" y las cifras de crecimiento económico se hayan dado la vuelta: las previsiones nos ponían a la cabeza de la recuperación de Occidente, y la realidad nos coloca a la cola del mundo desarrollado.

"Esta crisis es distinta a las anteriores, porque no es puramente económica, y está provocando vaivenes de todo tipo", explica una fuente de Economía. "Crecemos menos de lo esperado, pero los ingresos fiscales baten récords y la afiliación a la Seguridad Social está en sus mejores niveles de la historia". ¿Por qué pasa esto? Nadie lo sabe explicar, pero se confía en que esta creación de empleo sea el anticipo y alimente, con actividad, las expectativas de crecimiento de los próximos dos años.

El IPC desbocado

De vuelta al palacio donde reside Pedro Sánchez, se explicaba el acelerón en las reuniones del Consejo de Ministros con un mensaje optimista. "No es sólo que queramos demostrarle al ciudadano que estamos trabajando duro, sino que de verdad lo estamos haciendo. España avanza a buen ritmo", afirma este portavoz monclovita, "y el Gobierno debe crear los marcos y contextos para dar soluciones".

¿Soluciones? ¿Hay algo que vaya mal, además de la inflación descontrolada? "El IPC es un problema", se admite en el Gobierno, "pero damos por hecho que será coyuntural, hasta la primavera; además, no es un asunto aislado de España, otros países están peor que nosotros; y el Gobierno ya ha legislado para absorber sus efectos". Así, se cita la indexación de las pensiones a la inflación media del año, y el escudo social "para proteger a las personas en situación más vulnerable".

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, comparece ante la prensa. ADP

Ahora toca dar un empujón final al ejercicio. Y hay demasiado volumen de temas, opina Sánchez, y no se pueden sacar en una sola reunión semanal de aquí a final de año. "Necesitamos impulsar la actividad normativa del Gobierno en todos los frentes, no sólo el económico".

De aquí a que acabe el año, y en cumplimiento del Plan Anual Normativo, habrá iniciativas de Ciencia, de Sanidad -el PERTE 'Salud de Vanguardia'-, Agricultura, inversiones de todo tipo directas y a través de las Comunidades Autónomas... 

Y en el plano económico, que -aunque el Gobierno quiera difuminarlo- es lo que más preocupa, Calviño aún tiene que sacar adelante, al menos, cuatro normas. La ley Crea y Crece, la Concursal, la de Start-ups y la trasposición de la directiva Audiovisual europea -ésa recientemente acordada, que incluye las cuotas en lenguas cooficiales en plataformas como Netflix o HBO-. 

Luces de alarma

Lo cierto es que todo el cuadro económico está construido a partir de dos elementos que no dependen del Gobierno. O de los que depende el Gobierno, para ser exactos. La llegada (y ejecución) de los fondos de recuperación europeos; y los estímulos del Banco Central Europeo (BCE).

Eso, por un lado, explica el apretón de Consejos de Ministros, para cumplir los compromisos que exige Bruselas para ir abriendo el grifo de ayudas. Y por el otro, las prisas del Ejecutivo para impulsar el crecimiento: los halcones del BCE ya advierten de que la inflación tiene que provocar un cambio de política, y regresar al mandato primigenio del organismo. Es decir, controlar el IPC subiendo tipos y dejando de imprimir dinero (o sea, no comprar más deuda soberana sin fin a los países del sur). 

Un escenario así, apuntan fuentes de la oposición, "no lo soportaríamos, con los desequilibrios que tienen nuestras cuentas públicas", apunta un portavoz económico del PP, "el nivel de endeudamiento y el gasto comprometido nos ahogarían".

La duplicación de reuniones de los ministros no será, en todo caso, tan así como se vende. En realidad, sólo habrá tres citas más y no cinco, porque el viernes 24 y el 31 no se prevén convocatorias en Moncloa, que apaga las luces de alarma de la derecha parlamentaria.

"El contexto es muy bueno" y el Plan de Recuperación "se está cumpliendo en tiempo y forma". Según Moncloa, lo único que se le está encallando es la reforma laboral, "pero lo conseguiremos". Para empezar, ya no habrá una reunión ni dos cada semana, sino tres, de la mesa del diálogo social.

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