El pasado mes de septiembre la ministra de Igualdad, Irene Montero, se reunió con representantes de los médicos y las enfermeras de España para plantearles las líneas de su departamento en cuestiones de salud sexual y reproductiva.

La cita culminó con el beneplácito, por parte de la ministra, de estudiar la puesta en marcha casas de partos; un modelo de atención sanitaria que tiene como principal atractivo ofrecer a las madres protocolos específicos para el desarrollo del parto natural.

Proyecto al que ahora le sale un aliado: Ciudadanos. El partido de Inés Arrimadas ha registrado una iniciativa legislativa en el Congreso de los Diputados para impulsar "la mejor atención que reciben las mujeres durante el parto y el postparto" para su debate en la Comisión de Igualdad.

En ella, los naranjas abren la puerta a muchas peticiones que ha liderado Unidas Podemos como "crear casas de partos" fuera de los hospitales. Concretamente, en centros de maternidad "imbricados en complejos hospitalarios".

Además, van un paso más allá y abordan la necesidad de que todas las mujeres que lo deseen puedan acceder al llamado parto en el agua dentro la red de hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Esta técnica, en la actualidad, se ofrece en algunos paritorios o casas de partos, mayoritariamente en régimen privado o concertado. Empezó a normalizarse a partir de los años 80 en España y, aunque no se practique con asiduidad, está recomendada por la Estrategia de Atención al Parto Normal (de 2010).

Concretamente, el documento publicado por el Ministerio de Sanidad presentaba esta opción como una alternativa al uso de analgesia o epidural. En su argumentación, Ciudadanos solicita hacer una evaluación inicial de cómo está actualmente el sistema de atención al parto evaluando la tasa de cesáreas, los partos inducidos, el uso de la técnica del contacto piel con piel, entre otros.

Creen que, una vez se realice este análisis, se debe de actualizar la estrategia incorporando más recursos económicos para "garantizar una atención personalizada a las embarazadas" donde la madre gestante esté más implicada "e informada" en la toma de decisiones durante el parto.

Ciudadanos pretende eliminar, además, algunas prácticas obstétricas como "la maniobra Kristeller, en línea con los avances científicos en el campo de la ginecología". Esta práctica, en la actualidad, está contraindicada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (desde 2007) aunque se sigue practicando. 

Gestación subrogada

Pero el encuentro entre Irene Montero e Inés Arrimadas gracias al fomento del parto natural es de los pocos puntos en común que tienen Ciudadanos y Unidas Podemos en esta área. Los planteamientos de la nueva legislación de salud sexual incluirán también la prohibición de una de las grandes batallas de los naranjas: la gestación subrogada. 

La ministra de Igualdad, Irene Montero, anunció el pasado 21 de octubre que perseguirá la gestación subrogada como un tipo de "violencia contra las mujeres" en la futura ley del aborto que plantea su departamento para el año 2022.

La puesta en marcha de la ley supondría el carpetazo definitivo a la posibilidad de regular la gestación subrogada en España, tal y como propone Ciudadanos. Bien es cierto que la cosa ya se ponía difícil para los de Inés Arrimadas. El resto de grupos parlamentarios se han puesto de perfil en varias ocasiones respecto a la propuesta naranja.

En una Comisión de Igualdad celebra en noviembre de 2020, el PSOE, el PP, Vox y Unidas Podemos rechazaron la defensa de la gestación subrogada realizada por el partido de Inés Arrimadas.

Ahora, la ministra sugiere tipificar por ley esta práctica y establecer "los instrumentos jurídicos que eviten que la explotación reproductiva sea una forma de violencia tolerada de facto en nuestro país". 

La ministra de Unidas Podemos ha asegurado que, dentro de la reforma de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, su equipo pretende considerar la gestación subrogada como una manera de "explotación reproductiva" y un modo de "violencia contra las mujeres".

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