Ione Belarra ha dado su primer discurso ante un Consejo Ciudadanos de Podemos como secretaria general. Y aunque ha centrado su intervención en las cosas de comer del partido -es decir, lo que lo debe mantener vivo, que es tensar el Gobierno de coalición pero no demasiado como para que se rompa-, se ha ganado el titular de prensa ejerciendo de ariete antisistema.

Ni la separación de poderes ni el modelo de Estado son obstáculo para ella ante el interés superior del partido: "Reconstruir el país sobre nuevos cimientos", que es como parecen llamar ahora en Podemos a "romper el candado del 78". Así, ante sus compañeros, tuvo andanadas contra el Partido Popular, contra el Poder Judicial y contra la Monarquía.

Al PP de Pablo Casado le dio por "bloquear el funcionamiento democrático" del primero y por ser "la muleta" de la segunda. Y a las dos altas instituciones del Estado, por ser "estar poniendo en cuestión las propias reglas de la democracia, causándole un grave daño". La líder morada sugirió, de nuevo, la dimisión de Carlos Lesmes al frente del CGPJ y del Tribual Supremo "si es que está tan preocupado" y le acusó de actuar "siempre asociado al PP".

Y respecto al modelo de Estado, Belarra no se salió del discurso que ya inició su antecesor: "Los datos sucesivos que vamos conociendo sobre los negocios del Rey emérito hacen cada vez más insostenible su huida y colocan a la Monarquía en una situación imposible de cuestionamiento social". La líder de Podemos exigió su vuelta a España, y que "rinda cuentas ante la Justicia" y "ante el Congreso de los Diputados".

Belarra ha pedido la vez. Es la heredera de Podemos, el "instrumento para el cambio" que una vez llegó a 69 diputados y le disputó la primacía de la izquierda al PSOE, y que ahora se hunde en las encuestas. Pero que está en el Gobierno y que, por tanto, tiene el poder de influir en la política... o de "hacer políticas públicas para la gente". Así lo expresaba la secretaria general.

Como ejemplo de lo primero, un golpe duro a su socio el PSOE, que es un partido "con intereses opuestos" a los de los morados que, recordemos, son los de "los desfavorecidos, los vulnerables y las minorías". Y como muestra de lo segundo, las exigencias de Podemos en la negociación de los Presupuestos de 2022.

Consejo Ciudadano

Belarra cumple esta semana tres meses como secretaria general de Podemos y, en breve, seis como ministra. En este tiempo ni siquiera ha tratado de sacudirse de encima la alargadísima sombra de Pablo Iglesias, el exvicepresidente y fundador de Podemos. Y además, quien la designó para el puesto.

Cuando se fue tras la debacle del 4-M en Madrid, descubrimos que tenía un 'cuaderno azul' como el de Aznar, donde estaban apuntados los nombres de dos mujeres: una para cuidar su legado en el Gobierno, Yolanda Díaz, y otra para tratar de reflotar el partido, ella.

Este viernes, en un horario terrible si no eres Pedro Sánchez -las 15.00 horas, los telediarios sólo conectan de inicio con la Moncloa o la Zarzuela-, Belarra ha convocado su primer Consejo Ciudadano Estatal, el más alto órgano de dirección morado entre congresos. Y en él no sólo ha hecho un repaso a lo que ha heredado, como líder de partido y como ministra tras la pandemia... también ha sentado las bases de lo que quiere. De lo que exigirá. 

Y todo eso pasa por otro estreno, el de su primera negociación presupuestaria. Al menos, como responsable máxima de Podemos en ella: "Es evidente que hay muchas decisiones que ha tomado este Gobierno que no se explicarían sin la presencia de Unidas Podemos en él", ha presumido, antes de poner ejemplos: "El escudo social, los ERTE, la subida del Salario Mínimo, la ley de libertades sexuales, la prohibición de la publicidad de las casas de apuestas o la reducción de los beneficios de las eléctricas"... aún por lograr.

La verdad es que todo el discurso de Belarra ante los suyos giró, de un modo u otro, en torno a "la guerra que las eléctricas han declarado al primer gobierno que se ha atrevido a tocar sus 'beneficios caídos del cielo'", atribuyéndose ese mérito, por cierto. Porque la líder morada quiso dejar muy claro que si el Ejecutivo de coalición "gobierna defendiendo a las personas y recortando privilegios a los poderosos" es porque incluye a Unidas Podemos.

"La gente" o "lo opuesto"

"Nosotras tenemos claro a quién defendemos, aunque a veces no logremos todos los avances que queremos". Es decir, palo al PSOE, desde "la posición minoritaria" del Consejo de Ministros, porque "somos conscientes de que este Gobierno lo conforman dos fuerzas políticas distintas, con trayectorias diferentes y que responden a intereses en ocasiones opuestos". Y porque eso provoca una "tensión constante", que crece a cada vuelta de verano, cuando toca hablar de las cuentas públicas.

"Así [con esta tensión] vamos a llevar a cabo la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2022". Algo que dejó meridianamente claro, con su primera advertencia concreta: "No sería lógico abordar esta negociación sin que los acuerdos cerrados el año pasado fuesen ya una realidad". Es decir, lo que el año pasado fueron los alquileres lo representará este año la factura de la luz.

"No se puede bajar el precio de la luz sin tocar los beneficios del oligopolio eléctrico, ni se pueden regular los precios del alquiler sin que los grandes propietarios dejen de hacer negocio con el derecho a la vivienda", dijo.

Y en fuentes de su partido, este periódico ha podido confirmar dos cosas al respecto: la primera, que sin ver plasmada la intervención del mercado de alquileres -"como está firmado desde hace casi un año, para los PGE de 2021"- ni se sentarán a negociar con el PSOE. Y la segunda, que la condición sine qua non para este año serán "las medidas inmediatas para bajar la factura eléctrica".

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