La primera visita del presidente del Gobierno a una residencia de ancianos de la pandemia llegó un año y medio después del inicio de la crisis del coronavirus. Y lo hizo dentro del marco de lo que en Moncloa se vive como un nuevo rumbo de la imagen de Pedro Sánchez, con más calle y menos formalismos. Interrumpido varias veces por los aplausos de los vecinos, sonriente entre saludos y selfies, el jefe del Ejecutivo se guardó una sorpresa para el final de sus apenas cinco minutos de "declaración institucional": habrá AVE a Extremadura y será "en un año".

La revolución en el Gobierno, el pasado 10 de julio fue el primer paso de este nuevo Sánchez, que se desembarazó de las figuras de más peso político del Consejo de Ministros. El segundo, la visita a las zonas quemadas de Ávila el pasado domingo, con firma de escayola incluida a una señora mayor... y el tercero ha sido este jueves, con la visita al Hogar de Mayores de Navalmoral de la Mata (Cáceres).

Rodeado de los habitantes del pueblo, presentado por la alcaldesa, Raquel Medina, y por el presidente de la región, Guillermo Fernández-Vara, Sánchez jugaba en casa y con viento a favor. Se dio un baño de multitudes y aplausos, al grito de "¡presidente, presidente!", le interrumpieron el discurso y repartió sonrisas agradecidas.

Sánchez asegura que el AVE a Extremadura llegará el próximo año.

Lo cierto es que del AVE sólo dijo esa frase reflejada más arriba. "Agradezco el recibimiento del presidente de la Junta y, como él ha recordado, lo veremos. Habrá tren a Extremadura, y será por estas fechas, en un año".

El jefe del Ejecutivo, no sólo fue agasajado a su llegada a la localidad. También recibió algunos abucheos por parte de un grupo de personas de la Plataforma 'No al Muro' que pide el soterramiento del AVE a su paso por la localidad.

En realidad, no fue una "declaración institucional"; como había anunciado Moncloa. O no, al menos, del estilo de las que nos tenía acostumbrado el Pedro Sánchez formal que llegó hace tres años a la Moncloa: leída, firme y prolija. Fue casi un mitin a favor del único acuerdo que trajo el primer Consejo de Ministros tras el verano: la reforma de las pensiones.

"Pensiones dignas siempre"

Un acuerdo que sólo incluía la parte buena, la de la revalorización con el IPC por ley. Pero al que le falta la parte mala: quién va a pagar ese ritmo de subida del gasto en los próximos años, en los que ya empiezan a retirarse las generaciones del baby-boom. Eso se dejó para ser negociado "en los próximos meses".

Pero Sánchez obvió este punto y se centró en las "promesas cumplidas". La de la vacunación, "que trae crecimiento económico", y la de "la dignidad de las pensiones, actuales y futuras, que debe recibir el apoyo de toda la oposición", advirtió.

Una vez más, el presidente reclamó el apoyo a sus políticas, porque son las buenas para España. Y proclamó la bondad del consenso en torno a sus ideas. Aunque es cierto que en este punto, se puede apoyar en "el consenso del Pacto de Toledo y con los agentes sociales", Moncloa trata de forzar un sí rápido a esta norma antes de empantanarse en las discusiones de cuál será el mecanismo que sustituya al derogado factor de sostenibilidad.

Pedro Sánchez, rodeado de vecinos en Navalmoral de la Mata (Cáceres). E.E.

"La recuperación ya está aquí, pero debe ser justa", apuntó el presidente. "Y debe trasladarse a los salarios, al empleo juvenil... y a las jubilaciones dignas para los mayores, los de hoy y los de siempre". Y de eso fue a hablar a Navalmoral, "del importante acuerdo del Consejo de Ministros de esta semana, para los pensionistas de hoy y de mañana".

Para Sánchez, el acuerdo del Consejo de Ministros cumple tres premisas: la de reconstruir el consenso con fuerzas políticas y agentes sociales -"que ha vuelto tras 10 años roto por otra Administración, distinta a la nuestra"-, la de revalorizar las pensiones con el IPC -"que cumplíamos por compromiso, pero que ahora obligará a todos los gobiernos que vengan"-, y la de clarificar las fuentes de financiación de la Seguridad Social -"para tranquilizar a los pensionistas de mañana"-.

Por eso, sonriente y ufano bajo la sombra del campo extremeño, pidió "a todos los grupos políticos y a la oposición que dejemos la confrontación, la crispación, y aprobemos en el Congreso este importante acuerdo". Y además, con prisas, porque el trámite parlamentario, anticipó, lo quiere solventado "dentro de unas semanas".

Noticias relacionadas