Una vez que el conflicto con Marruecos "se ha reconducido", el Gobierno parece haber renunciado al clima de "entendimiento" que había establecido con el Partido Popular desde el estallido de la "grave crisis fronteriza" en Ceuta. Así, la ministra portavoz ha utilizado este martes la mesa del Consejo de Ministros para calificar a Pablo Casado de "ansioso" por su empeño en acabar con la legislatura -al calor de las encuestas- y al PP de "chantajista" por vincular la renovación del Consejo del Poder Judicial a que Pedro Sánchez no conceda los indultos previstos a los presos del procés.

María Jesús Montero se ha mostrado extremadamente optimista en la crisis de Ceuta. Según fuentes del Gobierno, Rabat "ha plegado velas" después de que "el mundo entero haya visto imágenes terribles de bebés tirados al agua".

Por eso, precisamente, la declaración "satisfecha" del presidente del Gobierno este lunes, a su entrada en el Consejo Europeo extraordinario de Bruselas antepuso la posición española respecto al conflicto abierto por Bielorrusia a la consideración sobre las tensiones fronterizas en Ceuta.

La ministra portavoz, de hecho, ha acusado a los populares de estar "obsesionados" con las encuestas y les ha advertido de que "aún queda mucha legislatura por delante". Montero ha dicho "comprender la ansiedad de algunos" porque "quizás es que su tiempo se les agota".

Ha considerado "relativo" el valor de las encuestas "salvo para quien vive con premura su liderazgo". Y de hecho, sin nombrarlo, ha puesto como ejemplo "del tiempo líquido que vivimos en lo electoral" a Ciudadanos: "Hace cuatro o cinco años, una formación parecía que iba a ganar las elecciones y hoy prácticamente ha desaparecido... o se ha diluido".

El "récord" y los ERTE

A propósito del PP, le ha pedido que "espere sentado, porque tenemos mucho trabajo para la recuperación económica". Así, ha significado que el Gobierno es muy optimista al respecto, y ha lanzado, sin pregunta alguna y sin haberse tratado el tema en la reunión, que "este lunes se ha alcanzado una cifra de afiliación a la Seguridad Social por encima de la que había antes de la pandemia".

Para el Gobierno, los 19,3 millones de afiliados son un "récord" más allá de que, de ellos, más de 600.000 son trabajadores que no pueden ejercer porque siguen en ERTE.

Es más, respecto a la renovación de esta figura, Montero también ha sido optimista, a pesar del fracaso de las negociaciones que obligarán a una reunión extraordinaria del gabinete esta misma semana: "Sin duda, rotundamente, habrá acuerdo y convocaremos extraordinariamente al Consejo de Ministros". Probablemente, este jueves, según apuntan fuentes de su entorno.

También hay optimismo sobre la recuperación del turismo, y el anuncio sobre nuevas medidas políticas, la llegada del nuevo govern a Cataluña y las "expectativas de diálogo que se abren" con Pere Aragonès en la Generalitat. Estas declaraciones, más voluntaristas, tienen que ver con la necesidad del Ejecutivo de asegurarse un buen clima con los republicanos, de quienes depende Sánchez en el Congreso.

Diálogo e indultos

Pero es justamente sobre "el conflicto catalán" donde Montero ha repetido, al menos en dos ocasiones, la terminología independentista, al referirse a los "lazos de afecto entre Cataluña y España", como cosas aparte. Ahora mismo, hay tres asuntos abiertos una vez formado el govern. La cinta "bilateral de ambos presidentes"; la convocatoria de "la mesa de diálogo para el reencuentro"; y los indultos.

El primero, "por pura lógica", antecederá al segundo. El segundo, si no hay cambios, será una prueba de imagen para Sánchez, porque esta cita de la Mesa corresponde hacerla en Barcelona. Y a nadie se le escapa que si ha habido "parafernalia independentista" en estos días de negociación, acuerdo y asunción del cargo, como admitía la misma Montero, más habrá para recibir a los negociadores del Gobierno de la nación en la capital catalana.

Y el tercer asunto es el que más espinas levantará, razón por la que Montero ha tratado de esquivarlo durante toda la rueda de prensa: "No tenemos más que añadir que lo que dijo el ministro Campo el lunes", ha tratado de esquivar la portavoz. Es decir, verlos "con naturalidad".

"Chantaje sin excusas"

Sin embargo, preguntada por la advertencia del PP de que será "muy difícil" una cuerdo en la renovación del CGPJ si Sánchez indulta a los golpistas del 1-O, Montero ha saltado: "Lo que no puede ser es que el PP chantajee con el cumplimiento de la Constitución", ha sentenciado.

"Dependiendo del día, y en función de la actualidad política, chantajean con una cosa o con otra", ha reiterado. "Además, lo hacen usando algo que ellos mismos dicen que no harán, que es cumplir el mandato constitucional de renovar los órganos institucionales". 

Montero ha forzado la realidad -cuando no engañado-, al decir que "el PP quiere cambiar la norma que lleva vigente toda la democracia para la elección de los vocales del Poder Judicial", ha dicho textualmente, "y su posición podría dar a entender que quieren cambiarla porque la ha hecho este Ejecutivo, pero no, es la norma de toda la democracia".

Sin embargo, la ley que exige reformar el PP data de 1985, con el Gobierno socialista de Felipe González, que forzó la interpretación de la Constitución para que todos los miembros del CGPJ fueran elegidos por las Cortes, en lugar de que una parte de ellos salieran de los propios miembros de la carrera judicial.

"Es una excusa más del PP para chantajear, y eso simplemente porque no quieren cumplir con la ley, y creen que su mejor opción es no renovar el Consejo". La ministra ha concluido su argumentación poniendo en duda el compromiso del PP con la Constitución Española. "No podemos entender que una formación que ha ejercido responsabilidades de gobierno supedite el cumplimiento de la Constitución da igual a qué materia; no tienen excusa creíble".

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