Es la primera vez que Ciudadanos ve una luz en la tiniebla de los sondeos. Cuando Isabel Díaz Ayusó pulsó el botón de las elecciones, los liberales comenzaron a encargar encuestas. Los resultados que obtenían ni siquiera les garantizaban el 2% del voto, muy lejos del 5% necesario para obtener representación en la Asamblea de Madrid.

Según fuentes autorizadas consultadas por este periódico, la formación de Inés Arrimadas acaba de conocer el primer resultado favorable: un aprobado raspado que garantizaría su supervivencia.

Sin embargo, la carrera contrarreloj sigue siendo muy delicada. La media de las encuestas internas de Ciudadanos sitúa el porcentaje de voto alrededor del 4,8%. Un 0,2% menos del objetivo.

"Somos conscientes de esa realidad, pero la dinámica es buena. Está clara una cosa: desde que se convocaron elecciones, hemos ido hacia arriba", reseña a este diario un importante dirigente de la organización liberal.

El contexto del adelanto electoral empujó la imagen de Ciudadanos al desastre. Tras el terremoto murciano, llegó la Opa del PP. Los periódicos publicaban cada día las noticias relacionadas con uno y otro asunto.

Desde entonces, los de Arrimadas han dado un vuelco a su estrategia de comunicación y han centrado sus esfuerzos en "demostrar la utilidad del centro". Su lema, "Elige centro", busca abrir hueco en mitad de la polarización. Algunos mandatarios del partido ya advierten de la "catalanización de la política madrileña".

Pero, ¿eso cómo se traduce? Ciudadanos es consciente de que sus pactos murcianos con la izquierda han hecho desconfiar a su electorado más liberal. De ahí que hayan aclarado la postura que mantendrán en caso de lograr escaños: "Reeditaremos el pacto con el PP". No han dejado siquiera una rendija a la negociación con Ángel Gabilondo.

Madrid era, junto a Andalucía, una de las regiones donde el liberalismo había conseguido un suelo electoral más sólido, pero otro tanto podía decirse de Cataluña... y a la vista queda el descalabro de la última cita.

Aunque no lo verbalizan en público, muchos dirigentes del partido hablan en privado de las "elecciones de la supervivencia". Ese razonamiento encuentra un reflejo en los primeros mítines de campaña: Inés Arrimadas -presidenta de la formación- y Begoña Villacís -uno de los rostros mejor valorados- siempre acompañan a Edmundo Bal.

El abogado del Estado es un político muy respetado tanto dentro del partido como en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, el ciudadano medio -así lo creen algunos de sus compañeros- "todavía no lo conoce todo lo que debería".

Por eso, Ciudadanos está dando mucha importancia a la cartelería y las redes sociales, donde potencian cada día el relato biográfico de Bal. También, según explica un miembro del equipo de comunicación, confían "mucho" en los dos debates.

Desde un punto de vista técnico, los liberales ven en Bal un mejor contendiente que Ayuso y Monasterio, con las que compite por una gran bolsa de su electorado.

Muchos de los sondeos publicados, precisamente, diagnostican que Ayuso está devorando el voto que obtuvo Ciudadanos en 2019. Las encuestas de SocioMétrica para EL ESPAÑOL también lo indican así, aunque vaticinan la supervivencia naranja, con un 5,4%.

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