Si Pedro Sánchez se veía durmiendo a pierna suelta con la salida de Pablo Iglesias del Gobierno no debe confiarse. Hay en Podemos una estrategia de ofensiva coordinada para mantenerle el insomnio.

Fuentes de un lado y otro del Ejecutivo se confiesan expectantes ante el rol que vaya a jugar Yolanda Díaz, nueva líder del sector morado en el Gobierno de coalición.

"No depende tanto de la personalidad de cada uno, sino de la actitud que adopte", apunta un ministro del PSOE. La nueva vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo "sabe ser tan combativa como Iglesias, otra cosa es que hasta ahora no lo haya necesitado", explican desde el entorno del ya exvicepresidente.

'El sueño de la sinrazón'. Guillermo Serrano Amat

El pasado jueves, Iglesias presentaba formalmente su candidatura a las elecciones autonómicas anticipadas en la Comunidad de Madrid. Allí coincidieron, convocados para arropar al líder morado, todos los ministros y gran parte de los secretarios de Estado de Unidas Podemos.

Minutos antes de comenzar el acto, la ministra de Igualdad Irene Montero conversaba con alguien de confianza acerca del plan que se está pergeñando en Podemos para mantener el insomnio del presidente: "Que no crean que sin Pablo llega la calma", explicaba la ministra, tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL.

Pablo Iglesias, candidato de Unidas Podemos a las Comunidad de Madrid, en la presentación de su candidatura. E.E.

En la formación morada consideran que hay un espacio interesante, que ofrece muchas posibilidades, en el que pueden colaborar Yolanda Díaz, Irene Montero y Ione Belarra. Sus otros dos ministros, Alberto Garzón y Manuel Castells, dirigen carteras que entienden "menores". 

Según explican a este diario en fuentes de Podemos, existe un plan para que el lado socialista del Ejecutivo destierre sus "tentaciones" de minusvalorar a la nueva vicepresidenta tercera en relación a la figura de Iglesias.

La estrategia se basa en dos pilares. El primero y principal es que, como nueva líder de Unidas Podemos dentro de la coalición, Yolanda Díaz deje de esconder su verdadero carácter combativo. Al menos, en su relación con Sánchez. El segundo, trazar un calendario temático a tres, con Ione Belarra e Irene Montero, titulares de dos  carteras que pueden sacar adelante políticas rentables para Unidas Podemos que además serán fáciles de aprobar por su escaso coste presupuestario.

La Yolanda combativa

En estos 14 meses de legislatura, la ministra de Trabajo ha cultivado una imagen dialogante que se corresponde con su personalidad. Pero sólo con una parte de ella. Desde que ejercía como abogada laboralista en representación de los trabajadores industriales de su Galicia natal, Díaz destacó por su capacidad de negociación. Dialogante, pero incansable.

Llegaba al Ejecutivo con las ideas claras y un objetivo primordial: desmantelar la reforma laboral del PP y elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Y para ello, negociar incansablemente con la líder de la política económica en Moncloa, Nadia Calviño: al fin y al cabo, su némesis ideológica en el seno del Ejecutivo.

Eso tocará en breve, pero la pandemia le cambió las prioridades, y en este tiempo demostró su capacidad de diálogo cimentando hasta ocho acuerdos de todo tipo con los agentes sociales, gran parte de ellos diseñando y retocando unos ERTE que formaban parte de las estructuras legales que quería demoler.

Sindicatos y empresarios son testigos de cuál es su primer punto del orden del día cada vez que los convoca: "De esta mesa no nos levantamos hasta que haya acuerdo". Y con más o menos satisfacción en cada una de las partes, por ahora, siempre lo ha logrado.

Pero antes de esto, Yolanda Díaz fue uno de los arietes dialécticos más incisivos contra las políticas del primer Gobierno de Sánchez, el surgido de la moción de censura.

Yolanda Díaz, diputada de Unidos Podemos, en una intervención de 2018 en la tribuna del Congreso. Congreso

Entonces, eran otras las personas que negociaban con los ministros del PSOE -Montero y Belarra, entre ellas-, y Yolanda Díaz la parlamentaria agresiva en el atril y en sus comparecencias ante los medios. Es ése el papel que ahora le toca recuperar para, como había estado haciendo Iglesias hasta ahora, mantener al presidente en tensión constante "y evitar la natural tendencia del PSOE a practicar políticas más conservadoras".

Tres mejor que uno

En aquella conversación informal previa al acto de presentación de la lista de Pablo Iglesias para el 4-M, Montero también habló sobre la reactivación del partido a partir del ánimo de su líder, que según su equipo está "hiperactivo" tras dejar Moncloa. El exvicepresidente ha recuperado la ilusión con el nuevo reto que se ha autoimpuesto: echar a Isabel Díaz Ayuso de la presidencia de la Comunidad de Madrid. 

Ese comentario coincide con la opinión del ala socialista del Ejecutivo. Pasados pocos días desde el anuncio de la dimisión de Iglesias, un miembro del Gobierno de Sánchez lo diagnosticó en conversación con este periódico: "Le hemos visto muy contento, liberado... como en su salsa". De hecho, Iglesias vuelve a las calles: "Es que él es más un activista", explicaba ese mismo ministro.

Pero a cambio, el PSOE se va a encontrar ahora con una ofensiva a tres bandas entre Díaz, Montero y Belarra. La primera no sólo ha ascendido, sino que ahora abordará el trabajo político para el que se le entregó la cartera de Trabajo: la remodelación del mercado laboral en España. La ficha de reformas enviada por el Ejecutivo a Bruselas hace unos meses -y que publicó EL ESPAÑOL en exclusiva- ya anticipaba muchos de sus planes.

Entre tanto, y cuando acabe la tregua que Iglesias ha impuesto durante la campaña electoral -"las izquierdas no tenemos que soltarnos puyitas si queremos ganar Madrid"-, Montero volverá a levantar la voz contra el "secuestro" de su Ministerio, el bloqueo de las leyes Trans y LGTBI y el necesario replanteamiento de la ley Zerolo que presentó el PSOE por su cuenta en el Congreso.

Y aún quedan los planes de Belarra. Como secretaria de Estado ejerció de Pepito Grillo no sólo en las mesas de negociación con José Luis Ábalos, sino en la redes sociales con Margarita Robles. "Vamos a ganar en coordinación, y ellos van a perder línea de tiro", explican fuentes de Unidas Podemos: "Pablo era sólo uno, muy llamativo y fácilmente atacable... ahora serán tres".

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