La presentación de una moción de censura de Ciudadanos y el PSOE contra el PP en la Región de Murcia y en el Ayuntamiento de la capital ha provocado un terremoto en la política nacional.

A ese movimiento de fichas en Murcia, capitaneado por Inés Arrimadas, ha respondido Isabel Díaz Ayuso convocando elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid para el próximo 4 de mayo, martes. Inmediatamente después, se conocía la decisión de Maás Madrid y, de inmediato, del PSOE de presentar sendas mociones de censura en Madrid. Los socialistas también lo hicieron, al rato, en Castilla y León.

Es muy propable que la moción de censura anunciada por el PSOE y la del partidod e Íñigo Errejón tengan que dilucidarse en los tribunales. Carecerían de validez si la presidenta madrileña hubiera firmado antes el decreto de convocatoria de elecciones, extremo que aún no se ha podido dilucidar al haber versiones encontradas.

Funetes del Gobierno de Ayuso informaron de que el decreto de disolución se firmó "poco antes de las 12.00 del mediodía". Y las mociones se registraron pasadas las 13.00 horas, siempre según fuentes interesadas de cada parte.

Si son ciertas las cadenas temporales, habría que dilucidar si el acto administrativo de firmar el decreto invalida la posibilidad de presentar una moción, porque la Cámara ya está formalmente disuelta... o si la moción presentada -y calificada por la Mesa de la Asamblea- invalida la posibilidad de publicar el decreto este jueves en el Boletín Oficial de la Comunidad.

Efecto dominó

En pleno debate sobre las relaciones entre el PP y Ciudadanos, condicionadas en los lugares donde cogobiernan por Vox, el viraje de Arrimadas ha hecho saltar todo por los aires. ¿Calculó el efecto dominó de su moción en Murcia? ¿Hasta dónde llega su acuerdo con el PSOE? 

A expensas de una explicación oficial y de ver los resultados de este golpe de timón, en Ciudadanos hierven las críticas en público y en privado. El más contundente ha sido el líder del partido en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó. "Cualquiera que me conozca puede imaginar qué pienso de la decisión que ha tomado mi partido en Murcia y de las consecuencias que eso acarrea", afirmó en su cuenta de Twitter.

Ahora bien, ni en Andalucía, ni en Castilla y León o en la ciudad de Madrid, por citar algunos ejemplos, peligran de momento las alianzas PP-Cs. José Luis Martínez Almeida confirmó que había hablado con la vicealcaldesa Begoña Villacís, de Cs, y que la "estabilidad" del gobierno municipal estaba "garantizada".

En Andalucía, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs), trasladaba también un mensaje de tranquilidad: "Andalucía seguirá siendo una isla en mitad del ruido político en España". Y el presidente Juanma Moreno (PP), añadía un compromiso de cumplir la legislatura: "Andalucía está viviendo la peor crisis de su historia y lo que necesita ahora es gestión. Este es un Gobierno serio. Los ciudadanos nos piden responsabilidad y que la legislatura dure cuatro años".

En Madrid es donde está ahora el principal enredo: por lo pronto, a la espera de que se aclare si las elecciones prevalecen sobre las mociones de censura, el Ejecutivo de Ayuso será sólo del PP, ya que la presidenta ha destituido a todos los consejeros de Cs, empezando por el vicepresidente, Ignacio Aguado, con quien nunca hizo buenas migas.

Enfrente, los socialistas buscan candidato para medirse a Ayuso, toda vez que Ángel Gabilondo se da ya por amortizado y se piensa en él como próximo Defensor de Pueblo... si es que finalmente hay elecciones el 4 de mayo.