La Ley Trans que impulsa Irene Montero sigue sumando detractores. En la víspera del 8 de marzo, la norma estrella del Ministerio de Igualdad ha recibido unas duras e inesperadas críticas: las de la propia militancia feminista de Unidas Podemos.

Bajo el rótulo En Podemos también hay feministas, distintos cargos públicos de la formación morada han expresado su "profunda preocupación por la manera en que se está abordando la cuestión de la mal llamada ley trans". De momento, el manifiesto ya cuenta con más de 1.200 adhesiones de cargos y militantes morados.

En primer lugar, las feministas de Unidas Podemos disidentes con la norma que impulsa Irene Montero denuncian que el borrador "no ha sido sometido a debate en ningún órgano del partido ni con las bases": "Se ha impuesto una posición única e inamovible".

Todo esto constituye, a su modo de entender, "una forma de autoritarismo que no encaja con la idiosincrasia de ninguna organización democrática y que no podemos compartir ni permitir". Por ello exigen un "debate público e interno sobre las implicaciones de las políticas de autodeterminación de género" que "tengan en cuenta las advertencias de profesionales de las distintas áreas de estudio".

Teoría 'queer'

Desde el principio, el ministerio de Igualdad ha hurtado el debate a los colectivos feministas radicales. Es decir, de raigambre marxista. Estos son muy críticos con la norma por cuanto entienden que asume postulados queer que "borran la categoría de mujer".

Lo que las feministas rechazan es que se introduzca en la legislación el concepto de "autodeterminación de género" en sustitución del "sexo biológico" como "hecho real sobre el que se construye la discriminación de las mujeres". Y es que la Ley Trans da por suficiente la "libre declaración de la persona interesada" para cambiar el sexo registral a partir de los 16 años.

Tras meses reclamando en balde una reunión con la ministra, los colectivos feministas han recibido ahora el inesperado apoyo de cargos de Unidas Podemos, que aseguran en el manifiesto ser conscientes de "las teorías que vienen a contradecir lo avalado por más de tres siglos de lucha feminista no sólo no tienen nada que ver con los posicionamientos y objetivos de nuestra agenda, sino que frenan y debilitan nuestros avances".

"Tenemos claro que la irrupción de las teorías queer en nuestros espacios constituyen una clara maniobra de entrismo que pretende desarticular nuestra lucha, despolitizando y debilitando nuestra fuerza colectiva, haciendo del pensamiento mágico y del más puro individualismo sus armas para manipular la realidad a su antojo", abundan los firmantes.

Por todo ello, los firmantes solicitan que la postura de los colectivos feministas radicales "sea tomada en consideración" por Irene Montero: "Instamos a la ministra a sentarse a dialogar con estas organizaciones a fin de acercar posiciones en una Ley que proteja a las personas transexuales sin socavar los derechos de las mujeres ni de la infancia".

El rechazo interno a la norma que impulsa Unidas Podemos desde el Ministerio de Igualdad se suma al del ala socialista del Gobierno, al de los colectivos feministas radicales -es decir, de raigambre marxista- y al de los expertos, que arguyen que "no se puede hormonar a un menor de espaldas a sus padres".

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