No será la primera vez que un partido nacionalista, o incluso independentista, sienta a un representante en uno de los sillones institucionales del Estado. Pero sí sorprende más que la formación que ha encarnado el separatismo catalán en el último siglo no sólo forma parte ahora del "bloque de gobernabilidad" del Estado, sino que esté maniobrando para que se le respete una supuesta "cuota" en el gobierno de los jueces, que negocian PSOE y PP estos días a contrarreloj.

ERC no sólo quiere un asiento en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Es que considera que es su derecho, y así lo expresa. Fuentes de la formación secesionista aseguraban a este periódico que "es así, porque los espacios que nos ganamos, lo que vamos conquistando, los debemos ocupar". Y da por hecho que Pedro Sánchez le va a ceder un puesto en su cupo, respetando su peso en las mayorías que le permiten seguir en Moncloa. 

Tiene un poder especial Sánchez, el presidente con el menor apoyo parlamentario de la historia de la democracia. Cuando le conviene el enfrentamiento y la bronca, logra su objetivo y se erige como única boya en la marejada. Y cuando lo que desea es un ambiente de consenso, todo el hemiciclo lanza besos cruzados y él aparece como el pacificador.

Ahora, al presidente le viene bien el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial y tiene a Unidas Podemos apartados de la negociación, pero encantados. Invita a Pablo Casado a comer con el Rey y le prepara un ambiente tan encantador que hasta los padres de la Constitución exclaman "¡no sabíamos que os llevabais tan bien!"... y hasta consigue que los partidos nacionalistas e independentistas breguen por un sillón en los órganos constitucionales del "Estado opresor".

Este miércoles, EL ESPAÑOL ya anticipaba que también el PNV tendrá una silla en el nuevo CGPJ, según las conversaciones del Ejecutivo y el PP. En este caso será el partido de Pablo Casado el que ceda a los nacionalistas vascos uno de los 10 vocales que, en principio, le correspondería proponer según el acuerdo que los negociadores tratan de cerrar antes de que este jueves el Congreso elija a los miembros del consejo de administración de RTVE.

Todos los sillones

Y es que eso también se negocia. Según las últimas informaciones que corren por los pasillos del Congreso, 10 vocales serán para la cuota PP y otros 10 y el presidente, para la cuota PSOE. Los conservadores no sólo deberán ceder uno a los nacionalistas vascos, según algunas fuentes parlamentarias podrían perder uno más en el reparto.

Y esto sería así porque los socialistas prevén entregar dos sillones a representantes cercanos a Unidas Podemos y otro más a los republicanos de Esquerra. Este posible descuento de última hora se haría para evitar que, en rigor, el PSOE acabaría contando con ocho vocales y el PP con nueve.

Fuentes de los independentistas catalanes aseguran que quieren "al menos, tener oídos ahí dentro", ya que un solo representante no le daría el peso suficiente para decantar decisiones, pero su presencia en el órgano de gobierno de los jueces la consideran estratégica para estar "donde nos toca y nos hemos ganado".

Los días de pleno en el Congreso suelen ser jornadas de cotilleos y conversaciones de pasillo. En ellas, los diputados de unas y otras fuerzas se hacen los encontradizos con los periodistas. Y entre bromas y veras, colocan su mensaje.

Este miércoles es precisamente uno de esos días. Y de los más jugosos, con el CGPJ en juego dentro de un pack que incluye el consejo de RTVE el nombre del Defensor del Pueblo, algunos puestos en el Constitucional y hasta el presidente del Consejo de Transparencia... aunque todo esto se siga negociando a puerta cerrada.

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