"Estamos muy contentos", aseguran fuentes del Gobierno, "la apuesta por Salvador Illa ha salido muy bien". Aunque a mitad de noche, el PSC ganaba no sólo en votos , sino que también en escaños, "ante lo que podíamos aspirar, ya que una mayoría constitucionalista era imposible, es un resultado inmejorable".

Ahora, desde Moncloa, desde el PSOE y desde el PSC se trabaja por lograr su investidura: buscarán apoyos en todos los grupos "salvo en Vox" y, si todo se bloquea, reclamarán lo mismo que Pedro Sánchez en 2019: "Que nos dejen gobernar, somos la lista más votada"

Las elecciones en Cataluña se siguen jugando, una vez abiertas las urnas y recontados los votos. El resultado ha cambiado todo, pero todo sigue igual. La campaña de "todos contra Illa" ha dado paso a una resaca en la que lo que se vislumbra es el bloqueo cruzado de todos contra todos.

En Moncloa creen que Junts no permitirá que gobierne Esquerra, arrebatándole así la primacía separatista, y que producto de ese bloqueo, "al final, dejen gobernara Salvador Illa, porque él ha sido el más votado, y una repetición electoral sería un fracaso de todos y para todos".

En ese río revuelto en el que ni el PSC votará sí a Pere Aragonès ni Esquerra apoyará a Illa; en el que Carles Puigdemont no permitirá que Laura Borràs invista a un candidato de ERC si éste no impulsa la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) "de inmediato", quiere pescar el magro triunfador de la noche del 14-F. El exministro de Sanidad se reivindica como "la opción preferida, claramente, por los catalanes" y a sus intenciones de "presentarse a la investidura" le añade también ese plan B a largo plazo.

Para empezar, la Mesa

¿Cómo de largo? El equipo de Presidencia del Gobierno ha colaborado y casi pilotado la carrera electoral del PSC. Como el mismo Illa reconoció en sus agradecimientos de este domingo, Iván Redondo no sólo estuvo detrás de su designación y de cómo ésta fue anunciada por entregas, sino de la estrategia de campaña. Y ahora Moncloa mide de nuevo sus pasos. 

La primera clave es quién presidirá el Parlament. Y para empezar, el PSC no entregará gratis esa negociación. Fuentes del Gobierno opinan que si el president acaba siendo de Junts, "eso significará que hay pacto indepe para repetir el mismo modelo fracasado de la última década". Cambiarían los papeles de la pasada legislatura, en la que Quim Torra, un vicario de Puigdemont, presidía la Generalitat, y Roger Torrent, de ERC manejaba los resortes de la Cámara. "Pero todo sería igual", añaden las fuentes socialistas.

Illa abre contactos para su investidura y para que el PSC presida el Parlament.

Illa quiere sentarse en esa negociación y no da por sentado que el Legislativo tenga que caer en manos de un independentista. "Quien les habla", dijo este lunes en al menos cuatro ocasiones durante su rueda de prensa, "es quien ha ganado las elecciones, así que como mínimo estaremos en esa negociación", defendió. Es decir, que el PSC exige a los separatistas que se retraten desde el principio.

La llave de ERC

La segunda clave es con quién intente sumar Esquerra. Aragonès es quien tiene la llave de la gobernabilidad, y puede optar por más procés o por "entenderse con las izquierdas". Eso es lo que se desea, fervientemente, desde Unidas Podemos y su marca catalana, En Comú Podem. "Somos decisivos y trabajaremos por un govern progresista en Cataluña", explican las fuentes moradas.

Y en esa opción confían los socialistas... porque dan por hecho que JxCat cerrará su puerta a ERC si no se compromete a la DUI. "Puigdemont está por eso, es su baza para bloquear y forzar una repetición electoral", se argumenta en el entorno de Sánchez. Y es que en Moncloa dan por hecho que Junts sí que apostará por volver a las urnas "y tratar de comerse los votos del PDeCAT".

Y es que las 77.059 papeletas de la vieja Convergència no sirvieron para lograr un solo escaño. Pero sumadas a la lista de Puigdemont "rebasaría a ERC y nos competiría la primera plaza", apuntan desde el PSOE.

Pero si los republicanos miran a la formación de Pablo Iglesias y Jessica Albiach para formar un govern en minoría, no bastaría con una abstención condescendiente del PSC: "Los noes de Puigdemont se sumarían a los de Vox, Ciudadanos, el Partido Popular...", se concluye en Moncloa. "Y lo que es seguro es que Illa no votará a un president independentista... tanto como que ERC no votará  a un president constitucionalista".

Cómo desbloquear

De modo que llegaríamos a la tercera clave: cómo salir de ese embrollo. "Hay más sumas, pero son fórmulas imaginativas", apuntan las fuentes consultadas. Una de ellas, una jugada de los Comunes tipo 'Borgen' -esa serie política de la TV danesa en la que una candidata que no es primera ni segunda acaba siendo investida porque es la única aceptable por todos-. "Pero cosas así son muy poco probables", añaden.

Así que todo el socialismo, desde el PSC al PSOE y desde el equipo de Illa al Gobierno de la nación, confía en "los hechos". Y es que el viraje de Esquerra al pragmatismo, le ha sido rentable: sus pactos en Madrid con Sánchez e Iglesias le han permitido, por fin, rebasar a Junts.

"Los más radicales de ERC ya no pueden defender que la DUI es el camino, porque si no Puigdemont los derrota", aduce una fuente del Ejecutivo, "y eso puede hacer más fácil un entendimiento con el PSC". Claro, que socialistas y republicanos también se bloquean mutuamente, de ahí que Illa confíe en la carambola y que, como sólo Puigdemont apostará por nuevas elecciones... y acabe él investido president por ser el más votado.

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