El cortejo está en marcha. Desde la noche electoral de este domingo, en la que Salvador Illa logró por primera vez para el PSC ganar las elecciones autonómicas en Cataluña en votos y escaños, los socialistas ven cada vez con mejores ojos a ERC, con la que aspiran a reeditar una alianza similar a la de los tripartitos de Pascual Maragall y José Montilla entre 2003 y 2010.

La Ejecutiva Federal del PSOE, presidida este lunes por Pedro Sánchez, evitaba eclipsar la rueda de prensa de Illa en Barcelona y no convocaba otra en Ferraz. A cambio, publicaba una significativa nota en la que se aludía a las "raíces" y la "solera" de ERC, frente a Junts per Catalunya. Sin citar a los de Carles Puigdemont, los socialistas se refieren a ellos como la "derecha independentista" que "sigue ofreciendo sólo división, enfrentamiento y frustración a la sociedad catalana".

La voluntad de conquistar, políticamente hablando, a los de Pere Aragonés lleva a la cúpula socialista a ubicar a ERC junto al PSC en el podio de las elecciones, refiriéndose a las dos formaciones como "los que han ganado estas elecciones tanto en votos como en escaños" y además como los que "abogan por el diálogo" aunque, matizan, "mirando cada uno por sus principios u objetivos políticos".  

Pedro Sánchez preside la reunión ejecutiva del PSOE.

Illa presume de victoria

Illa, sin embargo, aseguraba en su primera comparecencia pública después de la que hizo durante la noche electoral que él había sido el claro ganador de las elecciones. Incluso subrayaba la, a su juicio, importante distancia sobre ERC, que tiene los mismos escaños, 33, que el PSC, aunque los socialistas obtuvieron alrededor de 50.000 votos más en las cuatro provincias catalanas.  

Para el PSOE la "gran perdedora" de los comicios del domingo es la derecha. La de Puigdemont por los motivos antes apuntados, y también la española por no ser "capaz de ofrecer nada a los catalanes, ni de entender la diversidad y la pluralidad" limitándose, aseguran, "a sembrar el anticatalanismo en el resto de España". 

Ferraz considera, en definitiva, que la victoria de Illa "abre un camino de esperanza en Cataluña y supone una apuesta decidida por el reencuentro, el cambio, la convivencia y el diálogo". Y por ello la Ejecutiva socialista decidía respaldar formalmente la intención del exministro de Sanidad, ya anunciada el domingo por la noche, de presentarse a la investidura en el Parlament. Un camino que no podrá llegar a buen puerto sin el concurso de ERC.

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